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La izquierda latinoamericana y el terrorismo islámico

Ilustración por Gabo®
Rafael Párraga
03 de noviembre, 2023

Israel perdió otro aliado en la región el 31 de octubre, cuando Bolivia oficializó la ruptura de relaciones diplomáticas con el país, a raíz de la guerra con Hamás en Gaza.
 

Panorama general. Por segunda vez en menos de 15 años, el gobierno de Bolivia rompió relaciones con Israel, país al que Evo Morales, en su momento, acusó de ser un estado terrorista, por sus ataques en la Franja de Gaza —controlada por el grupo terrorista Hamás—.

 

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  • Bolivia se convirtió en el primer país de América en imponer sanciones diplomáticas a Israel por sus represalias contra Hamás, provocadas por los ataques terroristas del 7 de octubre, dónde murieron aproximadamente 1,400 personas.
     

  • El gobierno de Luis Arce no es el primero de la región en posicionarse a favor de Hamás. El 9 de octubre, el presidente colombiano, Gustavo Petro, condenó el accionar del gobierno de Netanyahu, al cual comparó con el régimen nazi.
     

  • Tanto Petro como Arce obvian el hecho de que las represalias de Israel corresponden al accionar de un gobierno que se defiende de un grupo terrorista, que no solo busca la destrucción de su Estado, sino también la erradicación del pueblo judío.  

 

Hemeroteca. En 2009, el gobierno de Evo Morales rompió relaciones diplomáticas con Israel por primera vez, debido a una operación militar israelí, conocida como “operación plomo fundido”, cuyo objetivo era frenar los ataques terroristas de lanzamiento de cohetes de parte de Hamás, que lleva desde 2007 en control de la Franja de Gaza.  

 

  • En 2014, Morales decidió revocar el derecho de visa de los ciudadanos israelíes para viajar a Bolivia, declarando a Israel como un “Estado terrorista”, debido a sus represalias contra un verdadero grupo terrorista.
     

  • En 2019, no obstante, tras las fraudulentas elecciones de Evo Morales —que terminaron en un golpe de Estado— el gobierno transitorio de Jeanine Áñez restauró las relaciones diplomáticas con Israel.
     

  • Cuatro años después, y con un nuevo gobierno de izquierda en Bolivia, la tendencia anti-israelí del gobierno sudamericano resurge, de la misma manera que en Venezuela, Nicaragua, Argentina, Cuba y, más recientemente, Colombia.

 

Entre líneas. La enemistad con Israel por parte de los gobiernos de izquierda no se debe al pretexto humanitario que declaran sus mandatarios, sino meramente una cuestión geopolítica. Para la izquierda, Israel representa la manifestación del orden occidental en Medio Oriente, una especie de extensión judía del poder de Estados Unidos en tierra predominantemente árabe.  

 

  • De acuerdo con Angus McNelly, británico experto en política boliviana, “La izquierda boliviana subió al poder gracias al discurso antiimperialista. Entonces, cuando rompe con Israel, no solo lo hace en solidaridad con Palestina, sino que también para consolidar sus bases”.
     

  • La mayoría de los gobiernos de izquierda en América Latina llegan al poder bajo un discurso “anti-imperialista estadounidense”, por lo que, Israel es un enemigo natural en términos geopolíticos.
     

  • Dicha enemistad conlleva fortalecer relaciones con países enemigos de Israel, como el caso de Irán, cuyo involucramiento estatal con grupos terroristas como Hamás y Hezbolá es preocupante para la región.

 

Por qué importa. Desde la formalización de las relaciones de países como Irán en Latinoamérica, el terrorismo ha encontrado un apoyo diplomático indirecto. En Venezuela, por ejemplo, Hezbolá y Hamás tienen alta presencia de militantes, que usan la Isla Margarita como punto para el tráfico de drogas. El beneficio económico del narcotráfico es luego utilizado para financiar sus operaciones terroristas en el Medio Oriente, especialmente en contra de Israel.  

 

  • Mientras que Bolivia ya dio el paso, en la lucha de declaraciones cruzadas entre Petro y el embajador de Israel en Colombia, Gali Dagan, el mandatario colombiano amenazó con la posibilidad de romper las relaciones entre ambos países.
     

  • La izquierda latinoamericana acarrea una preocupante tendencia de apoyo, no al Islam, sino que al terrorismo radical y al antisemitismo dónde, en casos como el de Argentina, ha conllevado a atentados terroristas como el de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994.
     

  • Bolivia y Colombia se suman a la lista de países que apoyan directamente a grupos terroristas, no por condenar actos de guerra reprochables, sino por su enemistad con una visión política democrática y occidental como la de Israel.

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La izquierda latinoamericana y el terrorismo islámico

Ilustración por Gabo®
Rafael Párraga
03 de noviembre, 2023

Israel perdió otro aliado en la región el 31 de octubre, cuando Bolivia oficializó la ruptura de relaciones diplomáticas con el país, a raíz de la guerra con Hamás en Gaza.
 

Panorama general. Por segunda vez en menos de 15 años, el gobierno de Bolivia rompió relaciones con Israel, país al que Evo Morales, en su momento, acusó de ser un estado terrorista, por sus ataques en la Franja de Gaza —controlada por el grupo terrorista Hamás—.

 

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  • Bolivia se convirtió en el primer país de América en imponer sanciones diplomáticas a Israel por sus represalias contra Hamás, provocadas por los ataques terroristas del 7 de octubre, dónde murieron aproximadamente 1,400 personas.
     

  • El gobierno de Luis Arce no es el primero de la región en posicionarse a favor de Hamás. El 9 de octubre, el presidente colombiano, Gustavo Petro, condenó el accionar del gobierno de Netanyahu, al cual comparó con el régimen nazi.
     

  • Tanto Petro como Arce obvian el hecho de que las represalias de Israel corresponden al accionar de un gobierno que se defiende de un grupo terrorista, que no solo busca la destrucción de su Estado, sino también la erradicación del pueblo judío.  

 

Hemeroteca. En 2009, el gobierno de Evo Morales rompió relaciones diplomáticas con Israel por primera vez, debido a una operación militar israelí, conocida como “operación plomo fundido”, cuyo objetivo era frenar los ataques terroristas de lanzamiento de cohetes de parte de Hamás, que lleva desde 2007 en control de la Franja de Gaza.  

 

  • En 2014, Morales decidió revocar el derecho de visa de los ciudadanos israelíes para viajar a Bolivia, declarando a Israel como un “Estado terrorista”, debido a sus represalias contra un verdadero grupo terrorista.
     

  • En 2019, no obstante, tras las fraudulentas elecciones de Evo Morales —que terminaron en un golpe de Estado— el gobierno transitorio de Jeanine Áñez restauró las relaciones diplomáticas con Israel.
     

  • Cuatro años después, y con un nuevo gobierno de izquierda en Bolivia, la tendencia anti-israelí del gobierno sudamericano resurge, de la misma manera que en Venezuela, Nicaragua, Argentina, Cuba y, más recientemente, Colombia.

 

Entre líneas. La enemistad con Israel por parte de los gobiernos de izquierda no se debe al pretexto humanitario que declaran sus mandatarios, sino meramente una cuestión geopolítica. Para la izquierda, Israel representa la manifestación del orden occidental en Medio Oriente, una especie de extensión judía del poder de Estados Unidos en tierra predominantemente árabe.  

 

  • De acuerdo con Angus McNelly, británico experto en política boliviana, “La izquierda boliviana subió al poder gracias al discurso antiimperialista. Entonces, cuando rompe con Israel, no solo lo hace en solidaridad con Palestina, sino que también para consolidar sus bases”.
     

  • La mayoría de los gobiernos de izquierda en América Latina llegan al poder bajo un discurso “anti-imperialista estadounidense”, por lo que, Israel es un enemigo natural en términos geopolíticos.
     

  • Dicha enemistad conlleva fortalecer relaciones con países enemigos de Israel, como el caso de Irán, cuyo involucramiento estatal con grupos terroristas como Hamás y Hezbolá es preocupante para la región.

 

Por qué importa. Desde la formalización de las relaciones de países como Irán en Latinoamérica, el terrorismo ha encontrado un apoyo diplomático indirecto. En Venezuela, por ejemplo, Hezbolá y Hamás tienen alta presencia de militantes, que usan la Isla Margarita como punto para el tráfico de drogas. El beneficio económico del narcotráfico es luego utilizado para financiar sus operaciones terroristas en el Medio Oriente, especialmente en contra de Israel.  

 

  • Mientras que Bolivia ya dio el paso, en la lucha de declaraciones cruzadas entre Petro y el embajador de Israel en Colombia, Gali Dagan, el mandatario colombiano amenazó con la posibilidad de romper las relaciones entre ambos países.
     

  • La izquierda latinoamericana acarrea una preocupante tendencia de apoyo, no al Islam, sino que al terrorismo radical y al antisemitismo dónde, en casos como el de Argentina, ha conllevado a atentados terroristas como el de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994.
     

  • Bolivia y Colombia se suman a la lista de países que apoyan directamente a grupos terroristas, no por condenar actos de guerra reprochables, sino por su enemistad con una visión política democrática y occidental como la de Israel.