La muerte de Esther Orozco Gómez, una joven de 14 años, causó repudio en todos niveles. Fue sindicada de atentar contra el piloto de mototaxi Sirio Neftaly Quevedo García. Orozco recibió múltiples patadas, golpes, bofetadas y finalmente, un hombre identificado como Gregorio Gutiérrez, un piloto de mototaxis la roció con gasolina y la quemaron viva en medio de la turba que hacía justicia por mano propia. La adolescente no murió en el ataque sino cuando fue trasladada al Hospital Regional de Cuilapa, Santa Rosa, el domingo por la noche.
Durante el fin de semana su historia tomó mucha relevancia en las redes sociales, donde muchos comentarios exigían un juicio en el que Orozco tuviera la oportunidad de presentar sus defensas. Gutiérrez fue capturado acusado de bañar a la víctima en gasolina. El ministro de Interior, Mauricio López Bonilla, no tuvo más opción que aceptar ante los medios que los linchamientos suceden cuando existe ausencia de agente policiales.
Según las declaraciones de la madre de la víctima, Eunice Gómez, Esther Orozco estaba amenazada por un privado de libertad recluido en el “El Boquerón”, y dijo que si no mataba al mototaxista Neftaly Quevedo, iban a remeter contra su familia. De acuerdo con las declaraciones de Gómez, si su hija no hacía lo que le estaban pidiendo los reos iban a matarla a ella.
La joven, a quién ningún testigo llegó a declarar ante las autoridades de ser ella la que disparó contra el piloto, sufrió quemaduras en el 80% de su cuerpo y, según el informe médico, su corazón no resistió más. La progenitora de la víctima le exigió a las autoridades investigar el acto que dejó sin vida a su hija, a lo que el Ministerio Público (MP) respondió con la captura del hombre que la roció de gasolina en medio de la turba.
La muerte de Esther Orozco Gómez, una joven de 14 años, causó repudio en todos niveles. Fue sindicada de atentar contra el piloto de mototaxi Sirio Neftaly Quevedo García. Orozco recibió múltiples patadas, golpes, bofetadas y finalmente, un hombre identificado como Gregorio Gutiérrez, un piloto de mototaxis la roció con gasolina y la quemaron viva en medio de la turba que hacía justicia por mano propia. La adolescente no murió en el ataque sino cuando fue trasladada al Hospital Regional de Cuilapa, Santa Rosa, el domingo por la noche.
Durante el fin de semana su historia tomó mucha relevancia en las redes sociales, donde muchos comentarios exigían un juicio en el que Orozco tuviera la oportunidad de presentar sus defensas. Gutiérrez fue capturado acusado de bañar a la víctima en gasolina. El ministro de Interior, Mauricio López Bonilla, no tuvo más opción que aceptar ante los medios que los linchamientos suceden cuando existe ausencia de agente policiales.
Según las declaraciones de la madre de la víctima, Eunice Gómez, Esther Orozco estaba amenazada por un privado de libertad recluido en el “El Boquerón”, y dijo que si no mataba al mototaxista Neftaly Quevedo, iban a remeter contra su familia. De acuerdo con las declaraciones de Gómez, si su hija no hacía lo que le estaban pidiendo los reos iban a matarla a ella.
La joven, a quién ningún testigo llegó a declarar ante las autoridades de ser ella la que disparó contra el piloto, sufrió quemaduras en el 80% de su cuerpo y, según el informe médico, su corazón no resistió más. La progenitora de la víctima le exigió a las autoridades investigar el acto que dejó sin vida a su hija, a lo que el Ministerio Público (MP) respondió con la captura del hombre que la roció de gasolina en medio de la turba.