En anuncio en conferencia a la prensa, el presidente Otto Pérez Molina descartó la implementación de un Estado de Excepción en San Mateo Ixtatán, Huehuetenango, donde el lunes una turba destruyó las instalaciones de la hidroeléctrica Promoción y Desarrollos Hídricos, S.A. e hirió de bala a tres trabajadores de dicha empresa. Además, los pobladores causaron daños a una constructora. 

Según el funcionario, los líderes comunitarios están de acuerdo con los proyectos hidroeléctricos en San Mateo Ixtatán, por lo que el Gobierno no puede imponer un Estado de Excepción en dicho municipio. Asimismo, el mandatario indicó que los responsables de los hechos vandálicos no son originarios de aquella región. Pérez Molina resaltó que los grupos que cometen esa clase de ataques se van reduciendo, pero actúan de forma violenta y en el anonimato. 

La hidroeléctrica afectada, Promoción y Desarrollos Hídricos, emitió un comunicado por medio del cual califica de terrorista el ataque en su contra. También dieron a conocer que, preliminarmente, las pérdidas materiales por los destrozos a las instalaciones de la empresa asciende a US$5 millones. 

Según se dio a conocer, quienes lideraron la protesta ocurrida el lunes en San Mateo Ixtatán obligaban a los pobladores a unirse al ataque para que los proyectos hidroeléctricos sean retirados de Huehuetenango. Amenazaban con represalias en su contra de no colaborar con ellos. Trascendió que presuntamente los Rigoberto Juárez y Saturnino Figueroa habría incitado a la población, información no ha sido confirmada oficialmente. Ambos son líderes locales, por lo que autoridades mayas, como el Consejo del Pueblo Maya, niegan el extremo.