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Captura de líderes del narcotráfico no termina con ilícito

Redacción República
13 de marzo, 2015

Las capturas que las autoridades guatemaltecas han realizado en contra de presuntos líderes del narcotráfico en los últimos años han dado como resultado la detención del presunto narcotraficante Juan Alberto Ortiz López alias “Chamalé”. Fue detenido el 30 de marzo pasado y acusado por el Gobierno de los Estados Unidos por los delitos de conspiración para traficar cocaína y conspiración para distribuir droga. Se cree que montó una organización que fue capaz de transportar por la vía marítima 3 mil 200 kilogramos de cocaína sólo en 2009.

Asimismo, se aprehendió a Waldemar Lorenzana Lima, supuesto narcotraficante vinculado con el cartel mexicano de Sinaloa y quien fue extraditado hacia EE. UU. Se cree que es el supuesto líder de una red de narcotraficantes que operaban en oriente del país.

Según las autoridades, el narcotráfico y el traslado de drogas (cocaína, heroína y marihuana) están en manos de organizaciones identificadas como los Mendoza, los Leones, los Lorenzana y Chamalé, liderada por supuestos narcotraficantes guatemaltecos.

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Además, existen dos organizaciones ligadas a los carteles mexicanos como los Zetas, que de acuerdo con las autoridades se encuentran operando en cinco departamentos. El grupo de los Zetas apareció desde el 2008 para apoderarse de algunas rutas de trasiego, sobre todo en Cobán, Alta Verapaz, y es considerado el grupo más violento y sanguinario del narcotráfico.

La segunda organización es el cartel de Sinaloa que se ubica en cuatro departamentos: Chiquimula, Retalhuleu, San Marcos y Huehuetenango, cuyas operaciones son vigiladas y coordinadas por Juan Ortiz, extraditado recientemente a los Estados Unidos.

Otra de las capturas que han realizado las autoridades fue la de Haroldo Mendoza Matta, vinculado con el trasiego de drogas en Izabal. Sin embargo, su captura no es por este delito sino por el de asesinato. Según informes oficiales, el detenido sería el encargado de coordinar todas las transacciones de drogas en el país.

La familia Mendoza, según las autoridades, es una de las principales organizaciones de trasiego de drogas en Guatemala  y tiene vínculos con políticos.

A pesar de las capturas descritas el tráfico de drogas no parece terminar, más bien parece acrecentar en vista de la cantidad de incautaciones y personas que se dedican a estos ilícitos. De acuerdo con expertos, esto se debe al nivel de estructura que tiene el crimen organizado.

No hay capturas de capos, sólo de líderes

Según Mario Mérida, experto en seguridad, el fenómeno del narcotráfico no termina con la captura de los máximos líderes, porque es una estructura criminal que se encuentra jerarquizada y una vez cae el cabecilla principal hay otro que lo releva. Esas son las características del crimen organizado; tiene una estructura con jerarquía, es permanente, tiene un manejo financiero de acuerdo a la evolución de la dinámica del mundo, tiene su propio método de comunicación y los recursos e inteligencia para realizar el análisis geopolíticos y estratégicos de los países a los que les convienen llegar con droga para almacenarla o producirla.

Agrega que en Guatemala sólo se han capturado a los líderes que están a cargo de las actividades ilícitas, que facilitan y controlan el paso de la droga en el país hacia México y posteriormente a los Estados Unidos. “El concepto de capo priva en países grandes como Estados Unidos y México. Particularmente en los Estados Unidos donde no hay conocimiento de quién maneja esa enorme distribución de drogas en el país”.

De acuerdo con María del Carmen Aceña, investigadora del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), el negocio del narcotráfico es rentable y se encuentra organizado en redes. Cuando capturan al líder, gracias a esa estructura simplemente fijan a uno nuevo y empiezan a armar todo con otro cabecilla.

Aceña asegura que el fenómeno no termina con la captura de los líderes del narcotráfico porque no se le da un seguimiento a la estructura criminal por parte de las autoridades para desarticular de una vez por todas a quienes operan ilegalmente. La analista indica que el mejor combate que se podría hacer en contra del narcotráfico es la transformación en la educación y salud, así como el fortalecimiento de las instituciones de justicia, sobre todo la generación de oportunidades para la población.

De acuerdo con estadísticas del Ministerio Público (MP), durante el 2013 se detuvieron a 1,764 personas por los delitos de narcoactividad. De esas, 1,099 fueron capturadas por posesión para el consumo; 216 por promoción o estímulo a la drogadicción; 205 por comercio, tráfico y almacenamiento ilícito y 161 por promoción y fomento. Los restantes se encuentran entre los delitos de asociaciones delictivas, encubrimiento personal siembra y cultivo. Por otro lado, según las estadísticas solamente cuatro personas fueron detenidas por tránsito internacional.

En el 2014 las capturas descendieron levemente a 1746, siendo las personas que consumen drogas las que registraron más capturas con un total de 1,074, y el resto en los otros delitos ya mencionados, y solamente una persona capturada por tránsito internacional de drogas.

Según el MP, en lo que va del año 2015 se han capturado 210 personas por los delitos de narcoactividad, registrándose 133 personas detenidas por posesión para el consumo, 39 por promoción o estímulo a la drogadicción, 24 por comercio, tráfico y almacenamiento ilícito.

Recientemente la Organización de las Naciones Unidas (ONU) indicó que América Central es una de las principales rutas de tránsito de drogas, y no solamente es víctima de la violencia y la corrupción que genera, sino que también aumenta la producción y el consumo de sustancias prohibidas.

“Los problemas de seguridad relacionados con el negocio de las drogas, como los altos niveles de violencia, el blanqueo de dinero, la corrupción y otras actividades ilícitas, son cuestiones acuciantes para los países de Centroamérica y el Caribe”, señala la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), un organismo autónomo dentro del sistema de la ONU.

La JIFE insiste en que la región es “explotada” por grupos criminales locales e internacionales como rutas de tránsito de drogas, desde los países productores de Sudamérica hacia los consumidores de los países ricos de Europa y Estados Unidos.

De hecho, la JIFE estima que el 80% de la cocaína que entra clandestinamente en Estados Unidos pasa por Centroamérica. Los altos beneficios que genera el narcotráfico, especialmente de esa droga, provoca una feroz competencia entre distintas bandas y ha hecho crecer la violencia.

“Las zonas más preocupantes en lo que respecta a la violencia están en el litoral de Honduras, en ambos lados de la frontera entre Guatemala y Honduras, y en Guatemala a lo largo de las fronteras con Belice y México”, detalla la Junta.

El documento se refiere a los cálculos que hablan de la existencia de unas 900 bandas criminales o “maras” en Centroamérica, con unos 70,000 miembros. “En El Salvador, Guatemala y Honduras el 15% de los homicidios guardan relación con esas bandas, que tienen vínculos importantes con actividades de tráfico de drogas”, advierte la JIFE.

El informe señala que el tráfico de cocaína ha aumentado, sobre todo en la frontera entre Guatemala y Honduras, debido a la intensificación de la lucha contra la droga en México. Además del tráfico de cocaína, el cultivo de adormidera, de la que se extrae el opio y la heroína, preocupa cada vez a los Gobiernos de la región.

Según Mérida, no se puede hacer una afirmación como la realizada por la ONU, pero lo que sí hay que considerar es que se ha movilizado, principalmente en la frontera norte del país, los laboratorios clandestinos para la elaboración de droga. Y por supuesto lo que prevalece en el área es la plantación de amapola, que aunque se hace el mayor esfuerzo para erradicarla mientras no llegue el desarrollo a esas comunidades seguirán existiendo esas plantaciones.

Mérida indica que los centroamericanos no son consumidores de drogas porque la que queda en Guatemala sería un aproximado del 8% de lo que se trasiega en el país, aunque en muchas oportunidades es el pago a los traficantes para el consumo y venta interna. Pero no hay estadísticas nacionales que digan que somos un país consumidor de alguna droga en particular.

Por su parte, Aceña indica que, según datos a los que se han tenido acceso, la mayoría de la cocaína viene de Venezuela y el norte de Colombia. Anteriormente las rutas se hacían desde el Caribe y una vez controlada dicha ruta se pasaron directamente por Honduras, El Salvador, Guatemala y Belice.

La analista del CIEN señala que la droga que pasa por los países de la región es por la debilidad que se tiene de las instituciones, ya que no se tienen policías especializados cuidando las fronteras. Además, menciona la pobreza que hace que las personas sean más vulnerables y busquen una actividad económica ilícita.

Agrega que no se ha podido comprobar que el consumo y producción de droga en la región sea la causante de la creciente violencia. En Medellín, Colombia, después de dos años de investigación llegaron a la conclusión que el 30% de los homicidios tenían relación con la droga. Mientras que en Guatemala a ciencia cierta no se conoce cuánto de los homicidios tienen relación directa con el tráfico de drogas.

“Lo que sí se sabe es que hay todo un proceso paralelo ilegal que genera incentivos perversos a nivel económico”, señala Aceña.

Trasiego de drogas en aumento

Como ya se mencionó, a pesar de las capturas de líderes e incautaciones en los últimos años el trasiego de droga no ha disminuido y el delito pareciera ir en ascenso. De acuerdo con Mérida, hay un tema determinante para responder esa gran interrogante. Mientras que los países que la producen en Suramérica no logren controlar las fronteras de su territorio para reducir la salida de la droga hacia Centroamérica y posteriormente a Estados Unidos la demanda crecerá.

El dilema es que Perú, Ecuador y Colombia no han logrado alcanzar un nivel que limite la producción interna y la transportación de ese producto hacia Centroamérica, que es el paso para que llegue la droga hacia Estados Unidos. “Guatemala podrá hacer el mayor esfuerzo en su territorio, pero existe una enorme asimetría económica, tecnológica y financiera de los recursos del narcotráfico versus los recursos del Estado”.

De acuerdo con estadísticas de la Policía Nacional Civil (PNC), durante el 2013 al narcotráfico se le incautó más  de Q29,528 millones entre bienes decomisados, dinero incautado y droga, siendo la mayor cantidad en la historia del decomiso de drogas como la cocaína, marihuana, amapola y algunos estupefacientes para la creación de drogas sintéticas. Mientras que en el 2014 la cantidad disminuyó a casi Q16, 548 millones, siendo las matas de amapola y marihuana las drogas más decomisadas.

En tanto, en lo que va del año el total de lo incautado al narcotráfico es de más de Q13, 511 millones, siendo las matas de amapola la droga con el más alto porcentaje, seguido de las anfetaminas producto para la realización de droga sintética.

Captura de líderes del narcotráfico no termina con ilícito

Redacción República
13 de marzo, 2015

Las capturas que las autoridades guatemaltecas han realizado en contra de presuntos líderes del narcotráfico en los últimos años han dado como resultado la detención del presunto narcotraficante Juan Alberto Ortiz López alias “Chamalé”. Fue detenido el 30 de marzo pasado y acusado por el Gobierno de los Estados Unidos por los delitos de conspiración para traficar cocaína y conspiración para distribuir droga. Se cree que montó una organización que fue capaz de transportar por la vía marítima 3 mil 200 kilogramos de cocaína sólo en 2009.

Asimismo, se aprehendió a Waldemar Lorenzana Lima, supuesto narcotraficante vinculado con el cartel mexicano de Sinaloa y quien fue extraditado hacia EE. UU. Se cree que es el supuesto líder de una red de narcotraficantes que operaban en oriente del país.

Según las autoridades, el narcotráfico y el traslado de drogas (cocaína, heroína y marihuana) están en manos de organizaciones identificadas como los Mendoza, los Leones, los Lorenzana y Chamalé, liderada por supuestos narcotraficantes guatemaltecos.

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Además, existen dos organizaciones ligadas a los carteles mexicanos como los Zetas, que de acuerdo con las autoridades se encuentran operando en cinco departamentos. El grupo de los Zetas apareció desde el 2008 para apoderarse de algunas rutas de trasiego, sobre todo en Cobán, Alta Verapaz, y es considerado el grupo más violento y sanguinario del narcotráfico.

La segunda organización es el cartel de Sinaloa que se ubica en cuatro departamentos: Chiquimula, Retalhuleu, San Marcos y Huehuetenango, cuyas operaciones son vigiladas y coordinadas por Juan Ortiz, extraditado recientemente a los Estados Unidos.

Otra de las capturas que han realizado las autoridades fue la de Haroldo Mendoza Matta, vinculado con el trasiego de drogas en Izabal. Sin embargo, su captura no es por este delito sino por el de asesinato. Según informes oficiales, el detenido sería el encargado de coordinar todas las transacciones de drogas en el país.

La familia Mendoza, según las autoridades, es una de las principales organizaciones de trasiego de drogas en Guatemala  y tiene vínculos con políticos.

A pesar de las capturas descritas el tráfico de drogas no parece terminar, más bien parece acrecentar en vista de la cantidad de incautaciones y personas que se dedican a estos ilícitos. De acuerdo con expertos, esto se debe al nivel de estructura que tiene el crimen organizado.

No hay capturas de capos, sólo de líderes

Según Mario Mérida, experto en seguridad, el fenómeno del narcotráfico no termina con la captura de los máximos líderes, porque es una estructura criminal que se encuentra jerarquizada y una vez cae el cabecilla principal hay otro que lo releva. Esas son las características del crimen organizado; tiene una estructura con jerarquía, es permanente, tiene un manejo financiero de acuerdo a la evolución de la dinámica del mundo, tiene su propio método de comunicación y los recursos e inteligencia para realizar el análisis geopolíticos y estratégicos de los países a los que les convienen llegar con droga para almacenarla o producirla.

Agrega que en Guatemala sólo se han capturado a los líderes que están a cargo de las actividades ilícitas, que facilitan y controlan el paso de la droga en el país hacia México y posteriormente a los Estados Unidos. “El concepto de capo priva en países grandes como Estados Unidos y México. Particularmente en los Estados Unidos donde no hay conocimiento de quién maneja esa enorme distribución de drogas en el país”.

De acuerdo con María del Carmen Aceña, investigadora del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), el negocio del narcotráfico es rentable y se encuentra organizado en redes. Cuando capturan al líder, gracias a esa estructura simplemente fijan a uno nuevo y empiezan a armar todo con otro cabecilla.

Aceña asegura que el fenómeno no termina con la captura de los líderes del narcotráfico porque no se le da un seguimiento a la estructura criminal por parte de las autoridades para desarticular de una vez por todas a quienes operan ilegalmente. La analista indica que el mejor combate que se podría hacer en contra del narcotráfico es la transformación en la educación y salud, así como el fortalecimiento de las instituciones de justicia, sobre todo la generación de oportunidades para la población.

De acuerdo con estadísticas del Ministerio Público (MP), durante el 2013 se detuvieron a 1,764 personas por los delitos de narcoactividad. De esas, 1,099 fueron capturadas por posesión para el consumo; 216 por promoción o estímulo a la drogadicción; 205 por comercio, tráfico y almacenamiento ilícito y 161 por promoción y fomento. Los restantes se encuentran entre los delitos de asociaciones delictivas, encubrimiento personal siembra y cultivo. Por otro lado, según las estadísticas solamente cuatro personas fueron detenidas por tránsito internacional.

En el 2014 las capturas descendieron levemente a 1746, siendo las personas que consumen drogas las que registraron más capturas con un total de 1,074, y el resto en los otros delitos ya mencionados, y solamente una persona capturada por tránsito internacional de drogas.

Según el MP, en lo que va del año 2015 se han capturado 210 personas por los delitos de narcoactividad, registrándose 133 personas detenidas por posesión para el consumo, 39 por promoción o estímulo a la drogadicción, 24 por comercio, tráfico y almacenamiento ilícito.

Recientemente la Organización de las Naciones Unidas (ONU) indicó que América Central es una de las principales rutas de tránsito de drogas, y no solamente es víctima de la violencia y la corrupción que genera, sino que también aumenta la producción y el consumo de sustancias prohibidas.

“Los problemas de seguridad relacionados con el negocio de las drogas, como los altos niveles de violencia, el blanqueo de dinero, la corrupción y otras actividades ilícitas, son cuestiones acuciantes para los países de Centroamérica y el Caribe”, señala la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), un organismo autónomo dentro del sistema de la ONU.

La JIFE insiste en que la región es “explotada” por grupos criminales locales e internacionales como rutas de tránsito de drogas, desde los países productores de Sudamérica hacia los consumidores de los países ricos de Europa y Estados Unidos.

De hecho, la JIFE estima que el 80% de la cocaína que entra clandestinamente en Estados Unidos pasa por Centroamérica. Los altos beneficios que genera el narcotráfico, especialmente de esa droga, provoca una feroz competencia entre distintas bandas y ha hecho crecer la violencia.

“Las zonas más preocupantes en lo que respecta a la violencia están en el litoral de Honduras, en ambos lados de la frontera entre Guatemala y Honduras, y en Guatemala a lo largo de las fronteras con Belice y México”, detalla la Junta.

El documento se refiere a los cálculos que hablan de la existencia de unas 900 bandas criminales o “maras” en Centroamérica, con unos 70,000 miembros. “En El Salvador, Guatemala y Honduras el 15% de los homicidios guardan relación con esas bandas, que tienen vínculos importantes con actividades de tráfico de drogas”, advierte la JIFE.

El informe señala que el tráfico de cocaína ha aumentado, sobre todo en la frontera entre Guatemala y Honduras, debido a la intensificación de la lucha contra la droga en México. Además del tráfico de cocaína, el cultivo de adormidera, de la que se extrae el opio y la heroína, preocupa cada vez a los Gobiernos de la región.

Según Mérida, no se puede hacer una afirmación como la realizada por la ONU, pero lo que sí hay que considerar es que se ha movilizado, principalmente en la frontera norte del país, los laboratorios clandestinos para la elaboración de droga. Y por supuesto lo que prevalece en el área es la plantación de amapola, que aunque se hace el mayor esfuerzo para erradicarla mientras no llegue el desarrollo a esas comunidades seguirán existiendo esas plantaciones.

Mérida indica que los centroamericanos no son consumidores de drogas porque la que queda en Guatemala sería un aproximado del 8% de lo que se trasiega en el país, aunque en muchas oportunidades es el pago a los traficantes para el consumo y venta interna. Pero no hay estadísticas nacionales que digan que somos un país consumidor de alguna droga en particular.

Por su parte, Aceña indica que, según datos a los que se han tenido acceso, la mayoría de la cocaína viene de Venezuela y el norte de Colombia. Anteriormente las rutas se hacían desde el Caribe y una vez controlada dicha ruta se pasaron directamente por Honduras, El Salvador, Guatemala y Belice.

La analista del CIEN señala que la droga que pasa por los países de la región es por la debilidad que se tiene de las instituciones, ya que no se tienen policías especializados cuidando las fronteras. Además, menciona la pobreza que hace que las personas sean más vulnerables y busquen una actividad económica ilícita.

Agrega que no se ha podido comprobar que el consumo y producción de droga en la región sea la causante de la creciente violencia. En Medellín, Colombia, después de dos años de investigación llegaron a la conclusión que el 30% de los homicidios tenían relación con la droga. Mientras que en Guatemala a ciencia cierta no se conoce cuánto de los homicidios tienen relación directa con el tráfico de drogas.

“Lo que sí se sabe es que hay todo un proceso paralelo ilegal que genera incentivos perversos a nivel económico”, señala Aceña.

Trasiego de drogas en aumento

Como ya se mencionó, a pesar de las capturas de líderes e incautaciones en los últimos años el trasiego de droga no ha disminuido y el delito pareciera ir en ascenso. De acuerdo con Mérida, hay un tema determinante para responder esa gran interrogante. Mientras que los países que la producen en Suramérica no logren controlar las fronteras de su territorio para reducir la salida de la droga hacia Centroamérica y posteriormente a Estados Unidos la demanda crecerá.

El dilema es que Perú, Ecuador y Colombia no han logrado alcanzar un nivel que limite la producción interna y la transportación de ese producto hacia Centroamérica, que es el paso para que llegue la droga hacia Estados Unidos. “Guatemala podrá hacer el mayor esfuerzo en su territorio, pero existe una enorme asimetría económica, tecnológica y financiera de los recursos del narcotráfico versus los recursos del Estado”.

De acuerdo con estadísticas de la Policía Nacional Civil (PNC), durante el 2013 al narcotráfico se le incautó más  de Q29,528 millones entre bienes decomisados, dinero incautado y droga, siendo la mayor cantidad en la historia del decomiso de drogas como la cocaína, marihuana, amapola y algunos estupefacientes para la creación de drogas sintéticas. Mientras que en el 2014 la cantidad disminuyó a casi Q16, 548 millones, siendo las matas de amapola y marihuana las drogas más decomisadas.

En tanto, en lo que va del año el total de lo incautado al narcotráfico es de más de Q13, 511 millones, siendo las matas de amapola la droga con el más alto porcentaje, seguido de las anfetaminas producto para la realización de droga sintética.