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El Basto: Sándwiches del mundo en un solo rincón de Guatemala

Las experiencias culinarias que han vivido sus propietarios en diferentes partes del mundo, los llevaron a crear este concepto que busca ofrecer más que una simple comida. 

Restaurante El Basto (Fotografía: el_basto)
Alicia Utrera
23 de agosto, 2023

En el centro comercia La Estación, en la zona 10 de la Ciudad de Guatemala, se encuentra “El Basto”, comida rústica. Un rincón en donde los aromas de la buena comida se mezclan con la calidez de sus instalaciones. Este es un sitio que no solo sacia el hambre, sino que también llena el alma de satisfacción.

Su nombre cobra vida en cada bocado, creado por la pasión compartida de Natalia Cozza y Leonel Vaccaro, una pareja que sostiene que la alegría de comer proviene especialmente de la bastedad. 

Natalia y Leonel comparten una conexión profunda con la comida, por los platillos que han tenido la oportunidad de probar en los distintos lugares que han visitado les dejaron una marca imborrable. Fue así como nació la idea de crear un espacio donde pudieran compartir con las demás personas esas experiencias culinarias y al mismo tiempo, transmitirles esa sensación de bastedad. 

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El corazón de su menú son los sándwiches, obras maestras llenas de sabor y sustancia. El “Supremo”, por ejemplo, es una mezcla de embutidos selectos, diversos quesos y otros ingredientes cuidadosamente elegidos. Cada sándwich es una obra de arte en sí mismo, una creación que representa el espíritu de El Basto, que es ofrecer mucho más que una simple comida. 

Además, Natalia y Leonel, querían ofrecerles a sus clientes sus productos de una manera real y no plasmada en una fotografía, como usualmente se acostumbra en la mayoría de los restaurantes. Ellos deseaban crear algo auténtico, algo que fuera tangible e innovador. Es por eso que decidieron exponer sus sándwiches y pizzas en una vitrina, invitando a los visitantes a dejarse llevar por la vista y elegir con el corazón. Ya no se trata solo de una imagen en un menú, sino más bien de una conexión emocional con cada plato.

El término “comida rústica” cobra vida en la cocina de El Basto, en donde todo el equipo trabaja con dedicación y amor, cada día desde las 5:30 am para preparar cada elemento a mano. El horno se convierte en un aliado en la creación de estas delicias artesanales, y es precisamente esta atención a los detalles y la dedicación a los métodos tradicionales lo que confiere a los platos esa cualidad rústica que como llaman ellos es sinónimo de artesanal. “Aquí todos los platos son diferentes, ninguno tiene la misma medida, porque nosotros hacemos todo, no son formas perfectas ni estandarizadas, eso es lo rústico porque todo es hecho a mano”, expresó Natalia Cozza. 

Los sandwichés son su especialidad

A pesar de que cuentan con distintas opciones de comida, en los sándwiches es donde su creatividad y pasión culinaria se elevan a nuevas alturas. Estos no son comunes y corrientes, sino monumentos a la bastedad, obras maestras que desafían las normas. 

En su mayoría, estos se convierten en protagonistas indiscutibles de este espectáculo culinario. Pero lo que realmente distingue a El Basto es su enfoque en la autenticidad y la variedad. No se conforman con lo convencional; en lugar de eso, dan vida a la originalidad con sándwiches en pan focaccia, un tesoro culinario raramente visto en el mercado, pan hoagie caracterizado por su suavidad, y la baguette, que añade un crujido tentador.

Esta atención a los detalles y la adaptación a las preferencias del cliente son solo un ejemplo más del compromiso de este concepto culinario con la excelencia.

Para Leonel, el placer de la comida no puede disfrutarse en pequeñas porciones. Su lema es simple pero poderoso: sabor, cantidad y calidad. Y en cada plato que sale su cocina, se refleja este compromiso. 

 

Fotografía: República
 
Fotografía: República
 

Fotografía: República
    
Fotografía: República
          

                                          

Fotografía: República

La Fugazzetas: una versión única de pizzas en Guatemala 

Pero El Basto no se detiene ahí. Su diversidad culinaria también se refleja en las fugazzetas, una versión única de la pizza argentina. Esta se presenta en porciones individuales y cuentan con un relleno de queso Mozzarella, Provolone Ahumado, jamón Virginia, glaseado, balsámico, aceitunas y orégano.

Cada platillo es un viaje sensorial, una experiencia que fusiona ingredientes seleccionados con el talento de sus cocineros en el horno que dan como resultado un deleite inolvidable.

El secreto detrás de sus recetas

Detrás de cada plato excepcional de El Basto, hay un proceso de preparación que se crea, como se mencionó anteriormente, a partir de las experiencias vividas y la pasión innata por la culinaria de sus propietarios.

Las recetas que cobran vida en este rincón gastronómico no son simplemente combinaciones de ingredientes; son historias de viajes, adaptaciones ingeniosas y la culminación de años de amor por la comida.

Desde Argentina hasta rincones lejanos, han explorado distintas cocinas y han absorbido influencias que luego tropicalizan y transforman en creaciones originales que desafían las expectativas.

El cerebro creativo detrás de estas recetas es Leonel Vaccaro, un apasionado de la cocina que ha hecho de sus platos una manifestación tangible de su amor por la comida.

Con una sonrisa, Leonel comentó: “Tengo más tiempo de cocinar que cualquier otro chef, se los aseguro”. La pasión por la cocina ha sido una constante en su vida desde la infancia, una vocación que fluye por sus venas.

Además, la influencia familiar es un componente clave en la elaboración de sus recetas, como se refleja en el Sándwich Capresse, un favorito de uno de sus hijos. La combinación de ingredientes frescos con el pan focaccia se traduce en una experiencia única que mezcla nostalgia y sabor en cada bocado.

La consolidación de las ideas para dar vida a los platillos es un proceso meticuloso y apasionado. Una que estas nacen basadas en sus experiencias culinarias y deseos personales, Natalia y Leonel se sumergen en la investigación y el refinamiento de cada receta.

Cabe resaltar que antes de presentar sus creaciones al público, buscaron la validación de sus amigos y allegados, quienes participaron en degustaciones y encuestas para así ir perfeccionando cada platillo y finalmente elegir cuáles estarían es su menú. 

Los postres 

El Basto también ha abierto sus puertas a un mundo de dulzura con su selección de postres artesanales. En cada uno de ellos destaca una historia de amor por la tradición, un tributo a los sabores que han marcado a generaciones y una manifestación de la pasión por la cocina. 

Estas creaciones son auténticas piezas de historia familiar. Natalia comparte con una sonrisa que estos postres son: “literalmente puras recetas de la abuelita”. Dos de ellos, el Flan Napolitano y su versión única del Tiramisú, que se sirve en una presentación de helado, son legados de su mamá, creaciones que llenaban su hogar de sabor y amor. Ahora, estas recetas encuentran un nuevo hogar en El Basto. 

Además, también cuentan con la Tarta Vasca, una deliciosa sorpresa hecha con quesos y libre de harina y pan, cada mordisco es una mezcla de suavidad y contraste de sabores. El queso mascarpone y el queso crema dan vida un equilibrio de lo dulce y lo agrio, creando así un sabor para nada empalagante. 

Asimismo, sus postres se distinguen por su adaptación cuidadosa a las necesidades y deseos de los clientes. Dado que muchas de las recetas en el menú principal están hechas a base de harinas, decidieron que sus opciones dulces no se realizarían de la misma manera. 

Variedad y originalidad en sus bebidas 

El restaurante también cuenta con una gran variedad de bebidas alcohólicas y no alcohólicas para acompañar de la mejor manera cada uno de sus platillos. Sin embargo, entre ellas se destacan: la Wine Margarita, la cual su base es un smoothie de fresa y  se le agrega tequila, vino y jugo de naranja. 

Y una bebida cuyo nombre se elegirá próximamente, la cual está elaborada con una base de smoothie de mango y se le agrega, tequila, chamoy y tajín. 

Huerto decorativo y funcional

El Basto, también es un espacio donde los sabores frescos y la conexión con la naturaleza se conectan en una sinfonía de aromas y colores. Este destino cuenta con un huerto propio, el cual no solo añade un toque decorativo, sino que también establece una conexión directa entre los ingredientes y las delicias que llegan hasta la mesa.

En este el romero y la albahaca se alzan como estrellas centrales. Estas plantas aromáticas, que son fundamentales en muchas de las recetas del restaurante, son cultivadas con esmero y amor.

Cada vez que se necesita un toque de frescura, pueden dirigirse al huerto y cosechar las hojas que darán vida a sus platos. Esta conexión directa con los ingredientes no solo garantiza la frescura, sino que también añade un valor especial a cada plato que se sirve.

La integración de un huerto en el restaurante no solo añade frescura a los ingredientes, sino que también aporta un aspecto multisensorial a la experiencia culinaria. Como mencionó Natalia: “Cuando uno se sienta a la par, se siente su olor delicioso, el cual está en todas nuestras recetas”.

Los precios

Los precios varían dependiendo de los ingredientes y el platillo que se escoja. Los sándwiches van desde Q60 hasta Q80. Las Fugazzetas tienen un precio de Q75, mientras que las pizzas van desde los Q55 hasta los Q70. Además, podrás probar postres desde Q25 hasta de Q40.

Ubicación y horarios 

El Basto se encuentra ubicado en la 16 calle 6-72, zona 10, en el centro comercial La Estación y su horario de atención es de: lunes a jueves de 12:00 PM a 9:00 PM, viernes de 12:00 PM a 10:00 PM, sábado de 8:00 AM a 10:00 PM y domingo de 8:00 AM a 7:00 PM.   

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El Basto: Sándwiches del mundo en un solo rincón de Guatemala

Las experiencias culinarias que han vivido sus propietarios en diferentes partes del mundo, los llevaron a crear este concepto que busca ofrecer más que una simple comida. 

Restaurante El Basto (Fotografía: el_basto)
Alicia Utrera
23 de agosto, 2023

En el centro comercia La Estación, en la zona 10 de la Ciudad de Guatemala, se encuentra “El Basto”, comida rústica. Un rincón en donde los aromas de la buena comida se mezclan con la calidez de sus instalaciones. Este es un sitio que no solo sacia el hambre, sino que también llena el alma de satisfacción.

Su nombre cobra vida en cada bocado, creado por la pasión compartida de Natalia Cozza y Leonel Vaccaro, una pareja que sostiene que la alegría de comer proviene especialmente de la bastedad. 

Natalia y Leonel comparten una conexión profunda con la comida, por los platillos que han tenido la oportunidad de probar en los distintos lugares que han visitado les dejaron una marca imborrable. Fue así como nació la idea de crear un espacio donde pudieran compartir con las demás personas esas experiencias culinarias y al mismo tiempo, transmitirles esa sensación de bastedad. 

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El corazón de su menú son los sándwiches, obras maestras llenas de sabor y sustancia. El “Supremo”, por ejemplo, es una mezcla de embutidos selectos, diversos quesos y otros ingredientes cuidadosamente elegidos. Cada sándwich es una obra de arte en sí mismo, una creación que representa el espíritu de El Basto, que es ofrecer mucho más que una simple comida. 

Además, Natalia y Leonel, querían ofrecerles a sus clientes sus productos de una manera real y no plasmada en una fotografía, como usualmente se acostumbra en la mayoría de los restaurantes. Ellos deseaban crear algo auténtico, algo que fuera tangible e innovador. Es por eso que decidieron exponer sus sándwiches y pizzas en una vitrina, invitando a los visitantes a dejarse llevar por la vista y elegir con el corazón. Ya no se trata solo de una imagen en un menú, sino más bien de una conexión emocional con cada plato.

El término “comida rústica” cobra vida en la cocina de El Basto, en donde todo el equipo trabaja con dedicación y amor, cada día desde las 5:30 am para preparar cada elemento a mano. El horno se convierte en un aliado en la creación de estas delicias artesanales, y es precisamente esta atención a los detalles y la dedicación a los métodos tradicionales lo que confiere a los platos esa cualidad rústica que como llaman ellos es sinónimo de artesanal. “Aquí todos los platos son diferentes, ninguno tiene la misma medida, porque nosotros hacemos todo, no son formas perfectas ni estandarizadas, eso es lo rústico porque todo es hecho a mano”, expresó Natalia Cozza. 

Los sandwichés son su especialidad

A pesar de que cuentan con distintas opciones de comida, en los sándwiches es donde su creatividad y pasión culinaria se elevan a nuevas alturas. Estos no son comunes y corrientes, sino monumentos a la bastedad, obras maestras que desafían las normas. 

En su mayoría, estos se convierten en protagonistas indiscutibles de este espectáculo culinario. Pero lo que realmente distingue a El Basto es su enfoque en la autenticidad y la variedad. No se conforman con lo convencional; en lugar de eso, dan vida a la originalidad con sándwiches en pan focaccia, un tesoro culinario raramente visto en el mercado, pan hoagie caracterizado por su suavidad, y la baguette, que añade un crujido tentador.

Esta atención a los detalles y la adaptación a las preferencias del cliente son solo un ejemplo más del compromiso de este concepto culinario con la excelencia.

Para Leonel, el placer de la comida no puede disfrutarse en pequeñas porciones. Su lema es simple pero poderoso: sabor, cantidad y calidad. Y en cada plato que sale su cocina, se refleja este compromiso. 

 

Fotografía: República
 
Fotografía: República
 

Fotografía: República
    
Fotografía: República
          

                                          

Fotografía: República

La Fugazzetas: una versión única de pizzas en Guatemala 

Pero El Basto no se detiene ahí. Su diversidad culinaria también se refleja en las fugazzetas, una versión única de la pizza argentina. Esta se presenta en porciones individuales y cuentan con un relleno de queso Mozzarella, Provolone Ahumado, jamón Virginia, glaseado, balsámico, aceitunas y orégano.

Cada platillo es un viaje sensorial, una experiencia que fusiona ingredientes seleccionados con el talento de sus cocineros en el horno que dan como resultado un deleite inolvidable.

El secreto detrás de sus recetas

Detrás de cada plato excepcional de El Basto, hay un proceso de preparación que se crea, como se mencionó anteriormente, a partir de las experiencias vividas y la pasión innata por la culinaria de sus propietarios.

Las recetas que cobran vida en este rincón gastronómico no son simplemente combinaciones de ingredientes; son historias de viajes, adaptaciones ingeniosas y la culminación de años de amor por la comida.

Desde Argentina hasta rincones lejanos, han explorado distintas cocinas y han absorbido influencias que luego tropicalizan y transforman en creaciones originales que desafían las expectativas.

El cerebro creativo detrás de estas recetas es Leonel Vaccaro, un apasionado de la cocina que ha hecho de sus platos una manifestación tangible de su amor por la comida.

Con una sonrisa, Leonel comentó: “Tengo más tiempo de cocinar que cualquier otro chef, se los aseguro”. La pasión por la cocina ha sido una constante en su vida desde la infancia, una vocación que fluye por sus venas.

Además, la influencia familiar es un componente clave en la elaboración de sus recetas, como se refleja en el Sándwich Capresse, un favorito de uno de sus hijos. La combinación de ingredientes frescos con el pan focaccia se traduce en una experiencia única que mezcla nostalgia y sabor en cada bocado.

La consolidación de las ideas para dar vida a los platillos es un proceso meticuloso y apasionado. Una que estas nacen basadas en sus experiencias culinarias y deseos personales, Natalia y Leonel se sumergen en la investigación y el refinamiento de cada receta.

Cabe resaltar que antes de presentar sus creaciones al público, buscaron la validación de sus amigos y allegados, quienes participaron en degustaciones y encuestas para así ir perfeccionando cada platillo y finalmente elegir cuáles estarían es su menú. 

Los postres 

El Basto también ha abierto sus puertas a un mundo de dulzura con su selección de postres artesanales. En cada uno de ellos destaca una historia de amor por la tradición, un tributo a los sabores que han marcado a generaciones y una manifestación de la pasión por la cocina. 

Estas creaciones son auténticas piezas de historia familiar. Natalia comparte con una sonrisa que estos postres son: “literalmente puras recetas de la abuelita”. Dos de ellos, el Flan Napolitano y su versión única del Tiramisú, que se sirve en una presentación de helado, son legados de su mamá, creaciones que llenaban su hogar de sabor y amor. Ahora, estas recetas encuentran un nuevo hogar en El Basto. 

Además, también cuentan con la Tarta Vasca, una deliciosa sorpresa hecha con quesos y libre de harina y pan, cada mordisco es una mezcla de suavidad y contraste de sabores. El queso mascarpone y el queso crema dan vida un equilibrio de lo dulce y lo agrio, creando así un sabor para nada empalagante. 

Asimismo, sus postres se distinguen por su adaptación cuidadosa a las necesidades y deseos de los clientes. Dado que muchas de las recetas en el menú principal están hechas a base de harinas, decidieron que sus opciones dulces no se realizarían de la misma manera. 

Variedad y originalidad en sus bebidas 

El restaurante también cuenta con una gran variedad de bebidas alcohólicas y no alcohólicas para acompañar de la mejor manera cada uno de sus platillos. Sin embargo, entre ellas se destacan: la Wine Margarita, la cual su base es un smoothie de fresa y  se le agrega tequila, vino y jugo de naranja. 

Y una bebida cuyo nombre se elegirá próximamente, la cual está elaborada con una base de smoothie de mango y se le agrega, tequila, chamoy y tajín. 

Huerto decorativo y funcional

El Basto, también es un espacio donde los sabores frescos y la conexión con la naturaleza se conectan en una sinfonía de aromas y colores. Este destino cuenta con un huerto propio, el cual no solo añade un toque decorativo, sino que también establece una conexión directa entre los ingredientes y las delicias que llegan hasta la mesa.

En este el romero y la albahaca se alzan como estrellas centrales. Estas plantas aromáticas, que son fundamentales en muchas de las recetas del restaurante, son cultivadas con esmero y amor.

Cada vez que se necesita un toque de frescura, pueden dirigirse al huerto y cosechar las hojas que darán vida a sus platos. Esta conexión directa con los ingredientes no solo garantiza la frescura, sino que también añade un valor especial a cada plato que se sirve.

La integración de un huerto en el restaurante no solo añade frescura a los ingredientes, sino que también aporta un aspecto multisensorial a la experiencia culinaria. Como mencionó Natalia: “Cuando uno se sienta a la par, se siente su olor delicioso, el cual está en todas nuestras recetas”.

Los precios

Los precios varían dependiendo de los ingredientes y el platillo que se escoja. Los sándwiches van desde Q60 hasta Q80. Las Fugazzetas tienen un precio de Q75, mientras que las pizzas van desde los Q55 hasta los Q70. Además, podrás probar postres desde Q25 hasta de Q40.

Ubicación y horarios 

El Basto se encuentra ubicado en la 16 calle 6-72, zona 10, en el centro comercial La Estación y su horario de atención es de: lunes a jueves de 12:00 PM a 9:00 PM, viernes de 12:00 PM a 10:00 PM, sábado de 8:00 AM a 10:00 PM y domingo de 8:00 AM a 7:00 PM.