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Qué genes pueden influir en la elección de alimentos, esto dice la ciencia

Todos los humanos somos idénticos en un 99,9 % en lo que se refiere a la secuencia genética. Sin embargo, variaciones del 0,1 % en la misma ocasionan las diferencias, ya sea en pelo, el color de piel, la altura o el peso, así como una susceptibilidad individual para la enfermedad o para la salud.

Fotografía utilizada con fines ilustrativos de Andrea Piacquadio y obtenida de https://www.pexels.com/
Edgar Quiñónez
15 de junio, 2022

Los resultados preliminares de un nuevo estudio en el que han participado más de 6.000 adultos han revelado que los genes relacionados con la percepción del gusto pueden influir en la elección de alimentos.

Se trata de uno de los primeros trabajos en los que se examina cómo la genética vinculada a la percepción de los cinco sabores (dulce, salado, ácido, amargo y umami) se asocia al consumo de grupos de alimentos y a factores de riesgo cardiometabólico, señala un comunicado de la American Society for Nutrition.

Los resultados sugieren que los genes que determinan la percepción del sabor podrían ser importantes a la hora de desarrollar una orientación nutricional personalizada dirigida a mejorar la calidad de la dieta y a reducir el riesgo de enfermedades crónicas relacionadas, como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares.

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“Sabemos que el sabor es uno de los motores fundamentales de lo que elegimos para comer y, por extensión, de la calidad de nuestra dieta”, señala el estudio dirigido por Julie E. Gervis, de la Universidad Tufts.

Más detalles del estudio 

Los expertos tilizaron esta información para desarrollar una nueva medida conocida como “puntuación poligénica del sabor”; por ejemplo, una clasificación de este tipo más alta para el sabor amargo significa que una persona tiene una mayor predisposición genética a percibir sabores amargos.

Los investigadores analizaron las puntuaciones poligénicas del gusto, la calidad de la dieta y los factores de riesgo cardiometabólico de 6.230 adultos -incluidos en el Estudio Framingham del Corazón-; estos factores de riesgo incluían el perímetro de la cintura, presión arterial y glucosa plasmática, así como las concentraciones de triglicéridos y colesterol HDL.

En general, el análisis identificó ciertas asociaciones entre los genes relacionados con el sabor con los grupos de alimentos y los factores de riesgo cardiometabólico.

Los datos revelaron que los genes relacionados con los sabores amargo y umami podrían desempeñar un papel especial en la calidad de la dieta al influir en la elección de alimentos, mientras que los genes relacionados con el dulce parecían ser más importantes para la salud cardiometabólica.

También observaron que tener una puntuación de sabor poligénico umami más alta se asociaba con el consumo de menos verduras, sobre todo rojas y naranjas, y que tener una puntuación de sabor poligénico dulce más alta tendía a asociarse con menores concentraciones de triglicéridos.

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Todos los humanos somos idénticos en un 99,9 % en lo que se refiere a la secuencia genética. Sin embargo, variaciones del 0,1 % en la misma ocasionan las diferencias, ya sea en pelo, el color de piel, la altura o el peso, así como una susceptibilidad individual para la enfermedad o para la salud.

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Edgar Quiñónez
15 de junio, 2022

Los resultados preliminares de un nuevo estudio en el que han participado más de 6.000 adultos han revelado que los genes relacionados con la percepción del gusto pueden influir en la elección de alimentos.

Se trata de uno de los primeros trabajos en los que se examina cómo la genética vinculada a la percepción de los cinco sabores (dulce, salado, ácido, amargo y umami) se asocia al consumo de grupos de alimentos y a factores de riesgo cardiometabólico, señala un comunicado de la American Society for Nutrition.

Los resultados sugieren que los genes que determinan la percepción del sabor podrían ser importantes a la hora de desarrollar una orientación nutricional personalizada dirigida a mejorar la calidad de la dieta y a reducir el riesgo de enfermedades crónicas relacionadas, como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares.

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“Sabemos que el sabor es uno de los motores fundamentales de lo que elegimos para comer y, por extensión, de la calidad de nuestra dieta”, señala el estudio dirigido por Julie E. Gervis, de la Universidad Tufts.

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Los expertos tilizaron esta información para desarrollar una nueva medida conocida como “puntuación poligénica del sabor”; por ejemplo, una clasificación de este tipo más alta para el sabor amargo significa que una persona tiene una mayor predisposición genética a percibir sabores amargos.

Los investigadores analizaron las puntuaciones poligénicas del gusto, la calidad de la dieta y los factores de riesgo cardiometabólico de 6.230 adultos -incluidos en el Estudio Framingham del Corazón-; estos factores de riesgo incluían el perímetro de la cintura, presión arterial y glucosa plasmática, así como las concentraciones de triglicéridos y colesterol HDL.

En general, el análisis identificó ciertas asociaciones entre los genes relacionados con el sabor con los grupos de alimentos y los factores de riesgo cardiometabólico.

Los datos revelaron que los genes relacionados con los sabores amargo y umami podrían desempeñar un papel especial en la calidad de la dieta al influir en la elección de alimentos, mientras que los genes relacionados con el dulce parecían ser más importantes para la salud cardiometabólica.

También observaron que tener una puntuación de sabor poligénico umami más alta se asociaba con el consumo de menos verduras, sobre todo rojas y naranjas, y que tener una puntuación de sabor poligénico dulce más alta tendía a asociarse con menores concentraciones de triglicéridos.