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Ricardo Arjona escribe carta a doña Mimi, su madre.

Redacción República
15 de diciembre, 2013

Esta misiva que hizo público describe a una mujer segura de si misma y apasionada por el amor a su padre, quien se le antecedió en la muerte. 

Es una revelación de su niñez, cuando su madre le dio lecciones de entereza y respeto por si mismo. 
Dice en la introducción de la misiva, cuando describe una pelea infantil y callejera; su madre apareció y le preguntó: ¿Vos provocaste la pelea? ¡no! Contesté con dificultad. De inmediato se puso en pie y con voz pausada dijo ¡entonces defiéndase mijo! Así era, nadie tenía más convicción que ella incluso cuando se equivocaba. 

Su carta dice que su madre era poca para el protocolo y las mentiras piadosas; asegura que nunca causo una primera buena impresión pero al final todo terminaban queriéndola y por sobre todo admirando su manera de ser y queriendo ser un poco como ella. 
Explica en su carta que sus padres nunca le dijeron –tienes que ganar- -tienes que llegar primero- solo me dejaron ser testigo de las tantas veces que le ganaron la batalla a la vida. 
Cuenta que días antes estuvo con su mamá frente a la tumba de su padre y le pidió que la sepultara junto a él, cosa que sucedió tres días después. 
Finaliza con frases que suenan a plegaria diciendo que trata de imaginarla joven otra vez… subiendo a los árboles de mango y palos de coco… pero enfatiza que desde que murió su esposo, ella ya no volvió a ser feliz y le dice que la extrañara pero no volverá a cantar su canción, porque será don Ricardo quien lo hará ya que él, la canta mejor que yo…dice al final.

Ricardo Arjona escribe carta a doña Mimi, su madre.

Redacción República
15 de diciembre, 2013

Esta misiva que hizo público describe a una mujer segura de si misma y apasionada por el amor a su padre, quien se le antecedió en la muerte. 

Es una revelación de su niñez, cuando su madre le dio lecciones de entereza y respeto por si mismo. 
Dice en la introducción de la misiva, cuando describe una pelea infantil y callejera; su madre apareció y le preguntó: ¿Vos provocaste la pelea? ¡no! Contesté con dificultad. De inmediato se puso en pie y con voz pausada dijo ¡entonces defiéndase mijo! Así era, nadie tenía más convicción que ella incluso cuando se equivocaba. 

Su carta dice que su madre era poca para el protocolo y las mentiras piadosas; asegura que nunca causo una primera buena impresión pero al final todo terminaban queriéndola y por sobre todo admirando su manera de ser y queriendo ser un poco como ella. 
Explica en su carta que sus padres nunca le dijeron –tienes que ganar- -tienes que llegar primero- solo me dejaron ser testigo de las tantas veces que le ganaron la batalla a la vida. 
Cuenta que días antes estuvo con su mamá frente a la tumba de su padre y le pidió que la sepultara junto a él, cosa que sucedió tres días después. 
Finaliza con frases que suenan a plegaria diciendo que trata de imaginarla joven otra vez… subiendo a los árboles de mango y palos de coco… pero enfatiza que desde que murió su esposo, ella ya no volvió a ser feliz y le dice que la extrañara pero no volverá a cantar su canción, porque será don Ricardo quien lo hará ya que él, la canta mejor que yo…dice al final.