Las inversiones directas chinas en Estados Unidos se duplicaron en 2013 hasta alcanzar los 14.000 millones de dólares, especialmente en los sectores de energía y alimentación, según un estudio de un gabinete de analistas publicado este martes.
Los expertos del Rhodium Group revelaron ‘más transacciones y de mayor amplitud’ tras un 2012 en el que las inversiones directas chinas habían, según sus datos, descendido un 36%.
Su estudio registró 82 operaciones chinas en Estados Unidos, repartidas entre 44 adquisiciones de empresas y 38 nuevos proyectos especialmente en el sector energético, debido al boom del petróleo y del gas de esquisto.
‘Las inversiones en el boom del gas y del petróleo no convencional son uno de los principales motores de inversión directa china en Estados Unidos’, indicó el estudio.
El documento cita especialmente la compra por el gigante petrolero chino CNOOC del grupo energético canadiense Nexen y de sus actividades en Estados Unidos, adquirido por un total de 15.100 millones de dólares en febrero.
Según el Rhodium Group, el apetito de los inversores chinos fue sin embargo más voraz en el sector de la alimentación, con la compra por 7.100 millones de la estadounidense Smithfield por Shuanghui International.
En total un 87% de las transacciones fueron llevadas a cabo por empresas privadas que representaron ‘la gran mayoría’ de las inversiones chinas en Estados Unidos, señala el estudio, apuntando a que esta proporción se amplió de forma neta en 2013.
Las inversiones directas chinas en Estados Unidos se duplicaron en 2013 hasta alcanzar los 14.000 millones de dólares, especialmente en los sectores de energía y alimentación, según un estudio de un gabinete de analistas publicado este martes.
Los expertos del Rhodium Group revelaron ‘más transacciones y de mayor amplitud’ tras un 2012 en el que las inversiones directas chinas habían, según sus datos, descendido un 36%.
Su estudio registró 82 operaciones chinas en Estados Unidos, repartidas entre 44 adquisiciones de empresas y 38 nuevos proyectos especialmente en el sector energético, debido al boom del petróleo y del gas de esquisto.
‘Las inversiones en el boom del gas y del petróleo no convencional son uno de los principales motores de inversión directa china en Estados Unidos’, indicó el estudio.
El documento cita especialmente la compra por el gigante petrolero chino CNOOC del grupo energético canadiense Nexen y de sus actividades en Estados Unidos, adquirido por un total de 15.100 millones de dólares en febrero.
Según el Rhodium Group, el apetito de los inversores chinos fue sin embargo más voraz en el sector de la alimentación, con la compra por 7.100 millones de la estadounidense Smithfield por Shuanghui International.
En total un 87% de las transacciones fueron llevadas a cabo por empresas privadas que representaron ‘la gran mayoría’ de las inversiones chinas en Estados Unidos, señala el estudio, apuntando a que esta proporción se amplió de forma neta en 2013.