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Cuba se abre a modernidad e inversión extranjera con megapuerto de Mariel

Redacción República
25 de enero, 2014

Los primeros 700 metros de muelle del nuevo megapuerto de Mariel serán inaugurados el lunes por los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y Brasil, Dilma Rousseff, en el primer paso de la isla hacia la modernización y la inversión extranjera a gran escala.

Mariel, situado a 45 km al oeste de La Habana, será el primer gran puerto de la cuenca del Caribe, que abrirá la posibilidad a que se convierta en punto de reembarque hacia otros países, aunque el embargo estadounidense sobre Cuba puede complicar su funcionamiento.

La inauguración de la primera etapa del nuevo puerto será una de las actividades paralelas más relevantes de la II cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que acoge La Habana el martes y el miércoles.

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Se trata del mayor proyecto de infraestructura en la historia de Cuba, cuyo desarrollo debe durar una década para concentrar en una área de 465 km2 el puerto, construido por la empresa brasileña Odebrecht, y una zona franca industrial y comercial.

El gobierno de Rousseff, que se ha convertido en el segundo mayor socio comercial de la isla en América Latina después de Venezuela, ha financiado el 75% de las obras. Hace cuatro años otorgó a la isla un crédito de 600 millones de dólares y estudia ahora concederle un segundo.


Beneficios de la ampliación del Canal de Panamá

El centro del proyecto es el megapuerto, en el cual podrán atracar los grandes buques Postpamanax -capaces de transportar más de 12.000 contenedores- y que absorberá el tráfico de mercancías que durante cinco siglos concentró La Habana. La bahía de la capital quedará reservada para los cruceros.

Mariel se beneficiará además de la ampliación del Canal de Panamá, que debe culminar en 2015 y que permitirá el paso de los Postpanamax, lo que abaratará el transporte marítimo.

Los muelles del puerto cubano tendrán capacidad para mover entre 800.000 y un millón de contenedores al año, pero todavía falta que se construya una autopista y una vía férrea para conectar en forma expedita Mariel con La Habana. Será administrado por la compañía PSA International, de Singapur, que ya gestiona más de una decena en el mundo.


Zona Franca

Junto al recinto portuario se levantará la nueva zona franca de Mariel, de 45,8 km2. Las autoridades cubanas dicen que será un enclave de alta tecnología para productos agroindustriales, biotecnológicos e incluso informáticos, destinados al mercado cubano y la reexportación. También han subrayado que creará miles de puestos de trabajo con salarios muy superiores al actual promedio mensual de 20 dólares.

Desde el 1 de noviembre ‘hemos recibido propuestas de inversión en diversos sectores por parte de empresas del gigante sudamericano (Brasil), de México, Argentina, Chile y República Dominicana’ declaró a la prensa Ana Igarza, directora de la Oficina de la Zona Especial de Desarrollo (ZED), que gestiona los intereses inversionistas. Esto ‘patentiza el interés que ha despertado este proyecto en la región’.

‘En la primera etapa de desarrollo de la zona hemos previsto continuar avanzando en la creación de infraestructuras, así como en el establecimiento de empresas que realicen actividades productivas, fundamentalmente en la biotecnología y la farmacéutica, la informática y las comunicaciones, la agroalimentaria, de envases y embalajes, la ligera y otras ramas relacionadas con la industria tradicional, deficitarias en nuestro país’, agregó.

En un sector del puerto ya funciona una base logística para las empresas extranjeras que buscan petróleo en la Zona Económica Cubana del Golfo de México y en el futuro habrá depósitos de almacenaje para el crudo que Cuba espera extraer algún día.


Abrirse al capital extranjero

Para sacar adelante este ambicioso proyecto Cuba necesita tecnología y, sobre todo, capital.

La isla necesita ‘unos 3.000 millones de dólares’ para alcanzar una adecuada fase productiva, señaló en una reciente conferencia el economista Juan Triana, de la Universidad de La Habana. ‘Nos hace falta inversiones para modernizar el país, y esa inversión tendrá que venir con la inversión extranjera directa’.

En 1993, cuando gobernaba Fidel Castro, comenzó una tímida apertura al capital extranjero, pero dos décadas después los resultados están por debajo de lo esperado. De hecho el número de empresas extranjeras asociadas al Estado cubano cayó a la mitad en los últimos años.

El presidente Rául Castro convocó para marzo una sesión extraordinaria del Parlamento para aprobar una nueva ley de inversión extranjera. Para él, la zona franca ‘está llamada a convertirse en un importante polo de la inversión extranjera’. Los directivos de Mariel, por su parte, sostienen que las actuales condiciones de inversión en este proyecto son atractivas y especiales.

En un intento por borrar el fantasma de las nacionalizaciones de Fidel Castro de 1961, el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, afirmó en noviembre que las inversiones extranjeras en el megapuerto ‘no pueden ser expropiadas’.

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25 de enero, 2014

Los primeros 700 metros de muelle del nuevo megapuerto de Mariel serán inaugurados el lunes por los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y Brasil, Dilma Rousseff, en el primer paso de la isla hacia la modernización y la inversión extranjera a gran escala.

Mariel, situado a 45 km al oeste de La Habana, será el primer gran puerto de la cuenca del Caribe, que abrirá la posibilidad a que se convierta en punto de reembarque hacia otros países, aunque el embargo estadounidense sobre Cuba puede complicar su funcionamiento.

La inauguración de la primera etapa del nuevo puerto será una de las actividades paralelas más relevantes de la II cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que acoge La Habana el martes y el miércoles.

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Se trata del mayor proyecto de infraestructura en la historia de Cuba, cuyo desarrollo debe durar una década para concentrar en una área de 465 km2 el puerto, construido por la empresa brasileña Odebrecht, y una zona franca industrial y comercial.

El gobierno de Rousseff, que se ha convertido en el segundo mayor socio comercial de la isla en América Latina después de Venezuela, ha financiado el 75% de las obras. Hace cuatro años otorgó a la isla un crédito de 600 millones de dólares y estudia ahora concederle un segundo.


Beneficios de la ampliación del Canal de Panamá

El centro del proyecto es el megapuerto, en el cual podrán atracar los grandes buques Postpamanax -capaces de transportar más de 12.000 contenedores- y que absorberá el tráfico de mercancías que durante cinco siglos concentró La Habana. La bahía de la capital quedará reservada para los cruceros.

Mariel se beneficiará además de la ampliación del Canal de Panamá, que debe culminar en 2015 y que permitirá el paso de los Postpanamax, lo que abaratará el transporte marítimo.

Los muelles del puerto cubano tendrán capacidad para mover entre 800.000 y un millón de contenedores al año, pero todavía falta que se construya una autopista y una vía férrea para conectar en forma expedita Mariel con La Habana. Será administrado por la compañía PSA International, de Singapur, que ya gestiona más de una decena en el mundo.


Zona Franca

Junto al recinto portuario se levantará la nueva zona franca de Mariel, de 45,8 km2. Las autoridades cubanas dicen que será un enclave de alta tecnología para productos agroindustriales, biotecnológicos e incluso informáticos, destinados al mercado cubano y la reexportación. También han subrayado que creará miles de puestos de trabajo con salarios muy superiores al actual promedio mensual de 20 dólares.

Desde el 1 de noviembre ‘hemos recibido propuestas de inversión en diversos sectores por parte de empresas del gigante sudamericano (Brasil), de México, Argentina, Chile y República Dominicana’ declaró a la prensa Ana Igarza, directora de la Oficina de la Zona Especial de Desarrollo (ZED), que gestiona los intereses inversionistas. Esto ‘patentiza el interés que ha despertado este proyecto en la región’.

‘En la primera etapa de desarrollo de la zona hemos previsto continuar avanzando en la creación de infraestructuras, así como en el establecimiento de empresas que realicen actividades productivas, fundamentalmente en la biotecnología y la farmacéutica, la informática y las comunicaciones, la agroalimentaria, de envases y embalajes, la ligera y otras ramas relacionadas con la industria tradicional, deficitarias en nuestro país’, agregó.

En un sector del puerto ya funciona una base logística para las empresas extranjeras que buscan petróleo en la Zona Económica Cubana del Golfo de México y en el futuro habrá depósitos de almacenaje para el crudo que Cuba espera extraer algún día.


Abrirse al capital extranjero

Para sacar adelante este ambicioso proyecto Cuba necesita tecnología y, sobre todo, capital.

La isla necesita ‘unos 3.000 millones de dólares’ para alcanzar una adecuada fase productiva, señaló en una reciente conferencia el economista Juan Triana, de la Universidad de La Habana. ‘Nos hace falta inversiones para modernizar el país, y esa inversión tendrá que venir con la inversión extranjera directa’.

En 1993, cuando gobernaba Fidel Castro, comenzó una tímida apertura al capital extranjero, pero dos décadas después los resultados están por debajo de lo esperado. De hecho el número de empresas extranjeras asociadas al Estado cubano cayó a la mitad en los últimos años.

El presidente Rául Castro convocó para marzo una sesión extraordinaria del Parlamento para aprobar una nueva ley de inversión extranjera. Para él, la zona franca ‘está llamada a convertirse en un importante polo de la inversión extranjera’. Los directivos de Mariel, por su parte, sostienen que las actuales condiciones de inversión en este proyecto son atractivas y especiales.

En un intento por borrar el fantasma de las nacionalizaciones de Fidel Castro de 1961, el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, afirmó en noviembre que las inversiones extranjeras en el megapuerto ‘no pueden ser expropiadas’.