La construcción del oleoducto Keystone XL entre Canadá y Estados Unidos no aumentaría significativamente las emisiones de gas invernadero, reveló este viernes un informe presentado por el Departamento de Estado de Estados Unidos.
‘El análisis de los impactos potenciales asociados a la construcción y al funcionamiento del proyecto propuesto sugiere la ausencia de impacto significativo sobre la mayor parte de los recursos a lo largo de la ruta propuesta’, concluye el informe sobre el controvertido proyecto en Estados Unidos y sobre el que el presidente Barack Obama decidirá en última instancia.
El oleoducto tiene como objetivo el transporte de petróleo desde el oeste canadiense hasta las refinerías estadounidenses ubicadas sobre el Golfo de México.
La parte sur, entre Nebraska y el Golfo, ya fue construida.
Pero los ecologistas se oponen fuertemente al proyecto, porque el oleoducto serviría principalmente para transportar el petróleo de arenas bitumitosas, cuya extracción genera emisiones de gas de invernadero más fuertes que las del petróleo tradicional.
El caso se convirtió en un debate político caliente, pues los republicanos denuncian retrasos en la aprobación del proyecto, que dijeron que crearía miles de puestos de trabajo.
‘Este informe de la administración de Obama confirma una vez más que no hay ninguna razón para que la Casa Blanca continúe bloqueando la construcción del oleoducto Keystone XL’, reaccionó este viernes el senador republicano Mitch McConnell.
La decisión final sobre la construcción del oleoducto la tiene el presidente Obama. El secretario de Estado John Kerrry cuenta con un plazo de 90 días para emitir algunas recomendaciones si lo estima conveniente.
La construcción del oleoducto Keystone XL entre Canadá y Estados Unidos no aumentaría significativamente las emisiones de gas invernadero, reveló este viernes un informe presentado por el Departamento de Estado de Estados Unidos.
‘El análisis de los impactos potenciales asociados a la construcción y al funcionamiento del proyecto propuesto sugiere la ausencia de impacto significativo sobre la mayor parte de los recursos a lo largo de la ruta propuesta’, concluye el informe sobre el controvertido proyecto en Estados Unidos y sobre el que el presidente Barack Obama decidirá en última instancia.
El oleoducto tiene como objetivo el transporte de petróleo desde el oeste canadiense hasta las refinerías estadounidenses ubicadas sobre el Golfo de México.
La parte sur, entre Nebraska y el Golfo, ya fue construida.
Pero los ecologistas se oponen fuertemente al proyecto, porque el oleoducto serviría principalmente para transportar el petróleo de arenas bitumitosas, cuya extracción genera emisiones de gas de invernadero más fuertes que las del petróleo tradicional.
El caso se convirtió en un debate político caliente, pues los republicanos denuncian retrasos en la aprobación del proyecto, que dijeron que crearía miles de puestos de trabajo.
‘Este informe de la administración de Obama confirma una vez más que no hay ninguna razón para que la Casa Blanca continúe bloqueando la construcción del oleoducto Keystone XL’, reaccionó este viernes el senador republicano Mitch McConnell.
La decisión final sobre la construcción del oleoducto la tiene el presidente Obama. El secretario de Estado John Kerrry cuenta con un plazo de 90 días para emitir algunas recomendaciones si lo estima conveniente.