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El cártel de los sapos se quedó corto…

Redacción República
11 de abril, 2015

Si no tienen cable o Netflix, no se preocupen. Lo que pasa en la vida real en nuestro país es mucho más entretenido, chistoso y a veces triste que la oferta de entretenimiento.

Por ejemplo, esa señora que ocupa la silla vicepresidencial no para de darnos material para escribir y comentar (y hacer memes). Su paso por la vida a ratos parece una comedia, otras algo así como “Aunque usted no lo crea”, pero a ratos se torna como historia macabra y sombría como la Dimensión desconocida. Esta semana nos dio un episodio digno de CSI y otro del Cartel de los Sapos.

Algo impresionante de conducir en esta ciudad es que de repente aparecen unos carros enormes que vienen precedidos por motos y patrullas que te obligan a quitarte del camino. Esto ocurre porque allí va alguien “importante” del gobierno. Siempre he pensado que un día iba a pasar un accidente porque esos no miran si uno comprendió sus señales o si uno tiene a dónde moverse, solo pasan a toda máquina y sálvese el que pueda.

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Pues justamente una pobre cristiana iba en su carro, en su carril, con la vía, con el semáforo en verde y de repente, pum, que le choca un carro de esos que se pasó en rojo a toda velocidad. Todo es muy confuso, se cree que la vice iba manejando, pero no hay confirmación de eso ni de qué le pasó, supuestamente no hay videos del accidente. Sin embargo, tengo información de primera mano.

Un testigo ocular dice que efectivamente la señora B. iba manejando y al bajar vio que tenía heridas solo en las manos. Sin embargo, la sacaron inmediatamente del lugar, como es de esperarse por medidas de seguridad. Pero lo más impresionante, me cuenta mi informante, es que en cuestión de minutos limpiaron la escena, barrieron y movieron todo y como que allí no había pasado nada. No sé qué tan legal es eso.

También me cuentan que fueron 5 cuadras las que se movieron los carros chocados y a los implicados, o sea que no fue precisamente para no perjudicar el tráfico. A la otra conductora no solo no la atendieron de inmediato, sino que los agentes de la SAAS no le permitían llamar a su esposo para avisar de lo ocurrido.

En lo que esperaban a los bomberos, metieron a la señora a una academia de baile y un testigo vio cómo le decían que no llamara a nadie, quitándole su teléfono móvil. Ese mismo testigo la ayudó llamando al esposo al número que ella le gritó desde lejos. Muy raro todo, ¿no creen?

Lo más seguro es que no sabremos lo que en realidad ocurrió, sobre todo, por qué iba manejando ella. Esas maniobras viales que hacen los carros oficiales deben realizarlas pilotos expertos, para no provocar este tipo de cosas. ¿O será tan controladora que hasta del volante se tiene que hacer cargo?

Y el otro episodio, más parecido pero al Cartel de los sapos (aquella telenovela donde un narco soplón entrega a todos sus cómplices), tiene que ver con una señora que está presa en los USA. ¿Recuerdan que ya comentamos que por posibles vínculos con ella el vice gringo Biden no quiso saber de la  vice chapina?

Pues poco a poco se va desenrollando más el chambre, porque esta señora quiere cantar hasta las rancheras, seguramente para salvar su propio pellejo. Según reportan medios internacionales, sus nexos criminales están relacionados con los más altos en el mundo del narcotráfico regional. Se cree que lo que está contándoles a los gringos la señalada “Reina del Sur” va a tener consecuencias a muchos niveles, incluido el político.

Dentro de todo este drama, se dice que dicha narcotraficante confesa donó algunos millones de quetzales (malhabidos, por supuesto) a la campaña electoral que llevó al poder a la vice. Aunque las mujeres dicen no ser amigas, hay quienes afirman lo contrario. Incluso, es famoso el chisme que para la fiesta de 50 años de la vice, la “lavandera” de dólares llegó y la otra se chivió toda, pero no podía hacer nada más que recibirla “a un ladito”.

Por eso es tan importante verificar de dónde viene todo ese dinero que se malgastan los políticos en esas insoportables campañas, que por cierto, como predije, no pararon para la Semana Santa. Estamos a la espera de las sanciones correspondientes del TSE luego de decenas de denuncias de los ciudadanos, que al parecer ya están hartos de tanto abuso.

Pero los políticos ni se inmutan, como si estuvieran en el programa “Laura en América” fingen inocencia y acusan a otros. Se hacen los que no sabían de dicha propaganda, ofendidos de que sus seguidores hagan campaña política anticipada. Si no, miren a la exprimera dama, la de los ojos verdes, que supuestamente expulsó al culpable que de que hubiera mujeres con poca ropa con los colores y el nombre de su partido. Ay sí, cómo no, pero el daño ya estaba hecho. El descanso y actividades religiosas se vieron empañadas por ese circo que arman los políticos.

Otro episodio pero de telenovela tipo La Malquerida (bueno, aquí sería El Malquerido) es el de esa misma exprimera dama y su flamante vicepresidenciable, que antes era financista de los naranjas. ¿Quién montó en cólera e hizo una escena? Pues el expresidente y exesposo, fundador de ese partido. A parte de los celos, pues dicen que él sigue colgado de ella, le cayó muy mal que también los verdes empiecen a tomar un color sospechosamente “naranja”. Hasta habló que las manitas en forma de paloma se estaban cerrando para formar un puño, todo dramático el señor.

Pero no se acaban los escándalos, ¡por Dios Santo! El ministro que nos debería dar seguridad, aquel que defendió la Fundación Contra el Terrorismo Mediático, resulta que también está siendo salpicado por otro bocón que está preso y que dice haber hecho “negocios” de drogas con él. Como quien dice un episodio de “Prison Break”.

Ha sido tan específico que dice que en la casa del ministro hay escondites y “caletas” donde se guarda dinero en efectivo, de cobros ilegales, y droga que en lugar de ser confiscada es robada para hacer negocio. Aunque dicen que ese exmilitar preso no hay que creerle todo, y que está enojado porque le quitaron el poder y el control de las cárceles; se siente traicionado por su “cuaz” (militar con el que se es uña y mugre). Pero como dicen las viejitas, cuando el río suena…

Se me acaba el espacio y el tiempo, pero todavía hay más para contar. Aquí en Guate ni los velorios son aburridos. Recientemente en uno de ellos hubo un zafarrancho, digno de un reality show de celebridades,  entre el alcalde de la Capital Iberoamericana de la Cultura 2015 y un directivo (y dueño) de medios de comunicación.

El afectado dice que el canche solo lo empujó, pero los chismes dicen que sí lo sopapeó. Muy culto el señor alcalde, ¿no? (sí puessss). Parece que la tirria que le tiene a los medios de comunicación llega extremos insospechados y violentos. Aguas con el canche, no hay que invitarlo ni a velorios, sobre todo si van a haber periodistas presentes.

No se despeguen de este canal, porque las historias siguen y siguen…

El cártel de los sapos se quedó corto…

Redacción República
11 de abril, 2015

Si no tienen cable o Netflix, no se preocupen. Lo que pasa en la vida real en nuestro país es mucho más entretenido, chistoso y a veces triste que la oferta de entretenimiento.

Por ejemplo, esa señora que ocupa la silla vicepresidencial no para de darnos material para escribir y comentar (y hacer memes). Su paso por la vida a ratos parece una comedia, otras algo así como “Aunque usted no lo crea”, pero a ratos se torna como historia macabra y sombría como la Dimensión desconocida. Esta semana nos dio un episodio digno de CSI y otro del Cartel de los Sapos.

Algo impresionante de conducir en esta ciudad es que de repente aparecen unos carros enormes que vienen precedidos por motos y patrullas que te obligan a quitarte del camino. Esto ocurre porque allí va alguien “importante” del gobierno. Siempre he pensado que un día iba a pasar un accidente porque esos no miran si uno comprendió sus señales o si uno tiene a dónde moverse, solo pasan a toda máquina y sálvese el que pueda.

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Pues justamente una pobre cristiana iba en su carro, en su carril, con la vía, con el semáforo en verde y de repente, pum, que le choca un carro de esos que se pasó en rojo a toda velocidad. Todo es muy confuso, se cree que la vice iba manejando, pero no hay confirmación de eso ni de qué le pasó, supuestamente no hay videos del accidente. Sin embargo, tengo información de primera mano.

Un testigo ocular dice que efectivamente la señora B. iba manejando y al bajar vio que tenía heridas solo en las manos. Sin embargo, la sacaron inmediatamente del lugar, como es de esperarse por medidas de seguridad. Pero lo más impresionante, me cuenta mi informante, es que en cuestión de minutos limpiaron la escena, barrieron y movieron todo y como que allí no había pasado nada. No sé qué tan legal es eso.

También me cuentan que fueron 5 cuadras las que se movieron los carros chocados y a los implicados, o sea que no fue precisamente para no perjudicar el tráfico. A la otra conductora no solo no la atendieron de inmediato, sino que los agentes de la SAAS no le permitían llamar a su esposo para avisar de lo ocurrido.

En lo que esperaban a los bomberos, metieron a la señora a una academia de baile y un testigo vio cómo le decían que no llamara a nadie, quitándole su teléfono móvil. Ese mismo testigo la ayudó llamando al esposo al número que ella le gritó desde lejos. Muy raro todo, ¿no creen?

Lo más seguro es que no sabremos lo que en realidad ocurrió, sobre todo, por qué iba manejando ella. Esas maniobras viales que hacen los carros oficiales deben realizarlas pilotos expertos, para no provocar este tipo de cosas. ¿O será tan controladora que hasta del volante se tiene que hacer cargo?

Y el otro episodio, más parecido pero al Cartel de los sapos (aquella telenovela donde un narco soplón entrega a todos sus cómplices), tiene que ver con una señora que está presa en los USA. ¿Recuerdan que ya comentamos que por posibles vínculos con ella el vice gringo Biden no quiso saber de la  vice chapina?

Pues poco a poco se va desenrollando más el chambre, porque esta señora quiere cantar hasta las rancheras, seguramente para salvar su propio pellejo. Según reportan medios internacionales, sus nexos criminales están relacionados con los más altos en el mundo del narcotráfico regional. Se cree que lo que está contándoles a los gringos la señalada “Reina del Sur” va a tener consecuencias a muchos niveles, incluido el político.

Dentro de todo este drama, se dice que dicha narcotraficante confesa donó algunos millones de quetzales (malhabidos, por supuesto) a la campaña electoral que llevó al poder a la vice. Aunque las mujeres dicen no ser amigas, hay quienes afirman lo contrario. Incluso, es famoso el chisme que para la fiesta de 50 años de la vice, la “lavandera” de dólares llegó y la otra se chivió toda, pero no podía hacer nada más que recibirla “a un ladito”.

Por eso es tan importante verificar de dónde viene todo ese dinero que se malgastan los políticos en esas insoportables campañas, que por cierto, como predije, no pararon para la Semana Santa. Estamos a la espera de las sanciones correspondientes del TSE luego de decenas de denuncias de los ciudadanos, que al parecer ya están hartos de tanto abuso.

Pero los políticos ni se inmutan, como si estuvieran en el programa “Laura en América” fingen inocencia y acusan a otros. Se hacen los que no sabían de dicha propaganda, ofendidos de que sus seguidores hagan campaña política anticipada. Si no, miren a la exprimera dama, la de los ojos verdes, que supuestamente expulsó al culpable que de que hubiera mujeres con poca ropa con los colores y el nombre de su partido. Ay sí, cómo no, pero el daño ya estaba hecho. El descanso y actividades religiosas se vieron empañadas por ese circo que arman los políticos.

Otro episodio pero de telenovela tipo La Malquerida (bueno, aquí sería El Malquerido) es el de esa misma exprimera dama y su flamante vicepresidenciable, que antes era financista de los naranjas. ¿Quién montó en cólera e hizo una escena? Pues el expresidente y exesposo, fundador de ese partido. A parte de los celos, pues dicen que él sigue colgado de ella, le cayó muy mal que también los verdes empiecen a tomar un color sospechosamente “naranja”. Hasta habló que las manitas en forma de paloma se estaban cerrando para formar un puño, todo dramático el señor.

Pero no se acaban los escándalos, ¡por Dios Santo! El ministro que nos debería dar seguridad, aquel que defendió la Fundación Contra el Terrorismo Mediático, resulta que también está siendo salpicado por otro bocón que está preso y que dice haber hecho “negocios” de drogas con él. Como quien dice un episodio de “Prison Break”.

Ha sido tan específico que dice que en la casa del ministro hay escondites y “caletas” donde se guarda dinero en efectivo, de cobros ilegales, y droga que en lugar de ser confiscada es robada para hacer negocio. Aunque dicen que ese exmilitar preso no hay que creerle todo, y que está enojado porque le quitaron el poder y el control de las cárceles; se siente traicionado por su “cuaz” (militar con el que se es uña y mugre). Pero como dicen las viejitas, cuando el río suena…

Se me acaba el espacio y el tiempo, pero todavía hay más para contar. Aquí en Guate ni los velorios son aburridos. Recientemente en uno de ellos hubo un zafarrancho, digno de un reality show de celebridades,  entre el alcalde de la Capital Iberoamericana de la Cultura 2015 y un directivo (y dueño) de medios de comunicación.

El afectado dice que el canche solo lo empujó, pero los chismes dicen que sí lo sopapeó. Muy culto el señor alcalde, ¿no? (sí puessss). Parece que la tirria que le tiene a los medios de comunicación llega extremos insospechados y violentos. Aguas con el canche, no hay que invitarlo ni a velorios, sobre todo si van a haber periodistas presentes.

No se despeguen de este canal, porque las historias siguen y siguen…