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Las leyes antimonopolio

Redacción
22 de abril, 2015

La intención de las leyes antimonopolio es admirable pero la aplicación de dichas leyes puede perjudicar a los que intenta proteger.  Los monopolios generalmente son vistos como entidades que se deben evitar y normas legislativas prohibiendo su existencia parece una forma efectiva para lograr este objetivo.  Aplicando la misma lógica de porque un monopolio es nocivo llegamos a la conclusión que la concentración de mercado en pocos participantes tampoco es deseable, por lo que las leyes antimonopolio no solo restringen la existencia de un solo vendedor (monopolio) sino también restringen la concentración de mercado en pocos vendedores, por ejemplo en la Unión Europea cualquier transacción que involucre a participantes cuya participación es en conjunto superior al 40% serán evaluadas detalladamente por la comisión antimonopolio de esa región.  Transacciones que la comisión considere dañinas para el consumidor no serán permitidas o solo serán permitidas bajo ciertas condiciones, por ejemplo la venta de líneas de negocio o de ciertas marcas a la competencia.  En principio las leyes antimonopolio tienen el objetivo de proteger al consumidor, pero muchas veces, en la práctica estas leyes son usadas para restringir la innovación y la competencia.

En los años 90 existía un navegador de internet que se llamaba Netscape.  Netscape fue pionero en su momento, sin embargo Microsoft lanzó Internet Explorer como parte de su paquete de Windows y le hizo un gran daño al modelo de negocio de Netscape.  Ya que Netscape vendía su producto y Internet Explorer era ‘gratis’ cuando el consumidor compraba Windows.  Claro, Microsoft tenía una ventaja competitiva en el mercado de software, ya que Windows era, y sigue siendo, el sistema operativo más popular.  Pero eso es hasta cierto punto irrelevante, ya que nadie culpa a Coca Cola cuando lanza una nueva bebida, y claramente esta empresa tiene ventajas competitivas contra otras operando en el mismo mercado, esto es parte del ambiente de negocios.  Es más, cuestionaría seriamente al equipo gerencial que inicie un nuevo negocio sin tener alguna ventaja contra sus competidores.  Netscape vio la introducción de Internet Explorer como un abuso y se dio inicio a un prolongado juicio de antimonopolio.  Algunos analistas comentan que es incalculable la cantidad de recursos que Microsoft le dedico a dicho juicio, y probablemente el recurso más valioso fue el tiempo que Bill Gates le dedicó a este proceso en lugar de seguir desarrollando nuevos productos.

Hoy en día la Unión Europea está evaluando el mercado de las telecomunicaciones, ya que se considera que la competencia que enfrentan las grandes empresas de telefonía contra otros servicios como skype o facetime audio es ‘injusta’, ya que estos servicios le proveen al consumidor alternativas gratis para las comunicaciones de larga distancia.  Representantes de la industria comentan que solo quieren regulaciones que establezcan un campo justo en donde todos los vendedores de servicios compitan bajo las mismas reglas.  Si existen privilegios o subsidios para skype o empresas similares estos deberían ser eliminados, igualmente si las regulaciones sobre las empresas telefónicas grandes son muy onerosas.  Sin embargo, usualmente estos procesos en donde el gobierno intenta ‘mejorar una industria’ tienden a restringir la competencia y no aumentarla.  Tanto el caso de Internet Explorer como el caso de skype son ejemplos de innovación, en donde cualquier intento de frenar su desenvolvimiento perjudica al consumidor, quien es al que supuestamente la ley intenta proteger.

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No hay consenso en la ciencia económica sobre el efecto de los monopolios.  La opinión general de que los monopolios son dañinos para la economía no es aceptada por todos, especialmente cuando el monopolio es ‘natural’ y no el fruto de un privilegio del Estado.  Ya que si el monopolio es natural, siempre existirá la posibilidad de competencia, y esa potencial amenaza obligará a la empresa a comportarse de cierta forma.  Inclusive, si una empresa, por ejemplo, tiene el monopolio de gaseosas, compite indirectamente con agua, leche, jugos e inclusive con cerveza.  Es difícil encontrar una empresa que tenga un monopolio y que no tenga productos sustitutos, o que su producto sea completamente indispensable para justificar la expropiación.  El proceso competitivo no es perfecto, pero claramente las leyes antimonopolio tampoco lo son.

Las leyes antimonopolio

Redacción
22 de abril, 2015

La intención de las leyes antimonopolio es admirable pero la aplicación de dichas leyes puede perjudicar a los que intenta proteger.  Los monopolios generalmente son vistos como entidades que se deben evitar y normas legislativas prohibiendo su existencia parece una forma efectiva para lograr este objetivo.  Aplicando la misma lógica de porque un monopolio es nocivo llegamos a la conclusión que la concentración de mercado en pocos participantes tampoco es deseable, por lo que las leyes antimonopolio no solo restringen la existencia de un solo vendedor (monopolio) sino también restringen la concentración de mercado en pocos vendedores, por ejemplo en la Unión Europea cualquier transacción que involucre a participantes cuya participación es en conjunto superior al 40% serán evaluadas detalladamente por la comisión antimonopolio de esa región.  Transacciones que la comisión considere dañinas para el consumidor no serán permitidas o solo serán permitidas bajo ciertas condiciones, por ejemplo la venta de líneas de negocio o de ciertas marcas a la competencia.  En principio las leyes antimonopolio tienen el objetivo de proteger al consumidor, pero muchas veces, en la práctica estas leyes son usadas para restringir la innovación y la competencia.

En los años 90 existía un navegador de internet que se llamaba Netscape.  Netscape fue pionero en su momento, sin embargo Microsoft lanzó Internet Explorer como parte de su paquete de Windows y le hizo un gran daño al modelo de negocio de Netscape.  Ya que Netscape vendía su producto y Internet Explorer era ‘gratis’ cuando el consumidor compraba Windows.  Claro, Microsoft tenía una ventaja competitiva en el mercado de software, ya que Windows era, y sigue siendo, el sistema operativo más popular.  Pero eso es hasta cierto punto irrelevante, ya que nadie culpa a Coca Cola cuando lanza una nueva bebida, y claramente esta empresa tiene ventajas competitivas contra otras operando en el mismo mercado, esto es parte del ambiente de negocios.  Es más, cuestionaría seriamente al equipo gerencial que inicie un nuevo negocio sin tener alguna ventaja contra sus competidores.  Netscape vio la introducción de Internet Explorer como un abuso y se dio inicio a un prolongado juicio de antimonopolio.  Algunos analistas comentan que es incalculable la cantidad de recursos que Microsoft le dedico a dicho juicio, y probablemente el recurso más valioso fue el tiempo que Bill Gates le dedicó a este proceso en lugar de seguir desarrollando nuevos productos.

Hoy en día la Unión Europea está evaluando el mercado de las telecomunicaciones, ya que se considera que la competencia que enfrentan las grandes empresas de telefonía contra otros servicios como skype o facetime audio es ‘injusta’, ya que estos servicios le proveen al consumidor alternativas gratis para las comunicaciones de larga distancia.  Representantes de la industria comentan que solo quieren regulaciones que establezcan un campo justo en donde todos los vendedores de servicios compitan bajo las mismas reglas.  Si existen privilegios o subsidios para skype o empresas similares estos deberían ser eliminados, igualmente si las regulaciones sobre las empresas telefónicas grandes son muy onerosas.  Sin embargo, usualmente estos procesos en donde el gobierno intenta ‘mejorar una industria’ tienden a restringir la competencia y no aumentarla.  Tanto el caso de Internet Explorer como el caso de skype son ejemplos de innovación, en donde cualquier intento de frenar su desenvolvimiento perjudica al consumidor, quien es al que supuestamente la ley intenta proteger.

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No hay consenso en la ciencia económica sobre el efecto de los monopolios.  La opinión general de que los monopolios son dañinos para la economía no es aceptada por todos, especialmente cuando el monopolio es ‘natural’ y no el fruto de un privilegio del Estado.  Ya que si el monopolio es natural, siempre existirá la posibilidad de competencia, y esa potencial amenaza obligará a la empresa a comportarse de cierta forma.  Inclusive, si una empresa, por ejemplo, tiene el monopolio de gaseosas, compite indirectamente con agua, leche, jugos e inclusive con cerveza.  Es difícil encontrar una empresa que tenga un monopolio y que no tenga productos sustitutos, o que su producto sea completamente indispensable para justificar la expropiación.  El proceso competitivo no es perfecto, pero claramente las leyes antimonopolio tampoco lo son.