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Sin Asamblea

María Dolores Arias
05 de mayo, 2015

El pasado sábado, los magistrados del Tribunal Supremo Electoral –TSE- convocaron a las Elecciones Generales.  Con esta convocatoria arranca “oficialmente” el proceso  electoral. Aunque éste arrancó hace casi cuatro años por diferentes candidatos presidenciales en una campaña anticipada que estuvo marcada por sanciones, impugnaciones, amparos y demás artimañas imaginables para burlar la prohibición de hacer propaganda antes de tiempo.

El próximo 6 de septiembre se elegirán a quiénes -durante los próximos cuatro años- ocuparán los cargos de: Presidente, Vicepresidente, Diputados y Alcaldes entre otros. De ser necesaria habrá una segunda vuelta el 25 de octubre entre los dos candidatos presidenciales con más votos de la primera vuelta.

Existen más candidatos presidenciales que propuestas diferentes, la mayoría de ellos están hablando de temas como empleo, desarrollo y programas sociales.  También algunos han mencionado un punto que debemos poner especial atención: el cambio de la Constitución a través de una Asamblea Nacional Constituyente –ANC-

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En otros países, las reformas constitucionales han sido el camino perfecto para instaurar sistemas totalitarios, basta recordar la primera juramentación de Hugo Chávez como presidente de Venezuela  “Juro delante de mi pueblo que sobre esta moribunda Constitución, haré cumplir, impulsaré las transformaciones democráticas necesarias…”

Lo demás es historia en Venezuela, una tercera parte de quienes podían votar decidieron cambiar la Constitución bajo las condiciones propuestas por Chávez.  Democráticamente se hicieron cambios que terminaron con las pocas instituciones republicanas que aún existían.  Entre ellas la Cámara –ahora unicameral- cedió sus funciones de promulgar leyes al Ejecutivo a través de la Ley habilitante, eliminando la división de poderes. Posteriormente, por medio de una enmienda, se eliminó el límite de reelección a cualquier cargo.

En Nicaragua, la Cámara de Diputados aprobó cambios constitucionales -impulsados por Daniel Ortega, actual presidente- que habilita la reelección presidencial indefinida,  elimina la segunda vuelta electoral y faculta al ejecutivo para legislar mediante decretos con fuerza de ley, eliminando una vez más la división de poderes. ¿Algún parecido con las reformas venezolanas?

En Bolivia, Evo Morales con la excusa de “refundar” el país, promovió reformas constitucionales para mantenerse en el poder en tres ocasiones. En Honduras, la Corte Suprema de Justicia emitió un fallo favorable a las intenciones reeleccionistas y abre el camino a una reforma constitucional en este sentido.

Se debe poner mucho cuidado a las reformas constitucionales a través de la ANC,  ya que abre la puerta a modificaciones sustanciales como la tan deseada reelección presidencial o la eliminación de la división de poderes.

Con la excusa de refundar el Estado y adecuarlo a las necesidades del momento, podemos perder la poca institucionalidad que existe. Sólo piense ¿quiénes integrarían esa Asamblea? ¿Confía en que haya suficientes políticos decentes? ¿Confía en los grupos de presión, llámense sector privado, civil, indígena, ladino y demás? ¿Considera que llegaran los mejores y con ideas claras? ¿Tendrán algún límite expreso o será un cheque en blanco? ¿Saldrá un Constitución con límites al poder? ¿o solo con límites para la ciudadanía?

Si los politiqueros realmente están interesados en crear un Estado de Derecho,  existen mecanismos menos “peligrosos” tales como las reformas parciales a través de consulta popular. También pueden, instruir a sus bancadas en el Congreso para que se reformen, creen y/o deroguen leyes, por ejemplo: una verdadera reforma a la Ley  Electoral y de Partidos Políticos, derogar tanta “legislorrea” que impide disponer de la propiedad o simplificar la legislación tributaria.

Como alguna vez me dijo un amigo venezolano “cuando escuchen la palabra constituyente en cualquier país, desarrollen todos los mecanismos para impedir esa vía…Esa es la vía al totalitarismo…”

Así que, una Asamblea Nacional Constituyente es el camino para instaurar una dictadura.

¿Estaremos atentos ante tanta parafernalia electoral?

@Md30

Facebook.com/mda30

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María Dolores Arias
05 de mayo, 2015

El pasado sábado, los magistrados del Tribunal Supremo Electoral –TSE- convocaron a las Elecciones Generales.  Con esta convocatoria arranca “oficialmente” el proceso  electoral. Aunque éste arrancó hace casi cuatro años por diferentes candidatos presidenciales en una campaña anticipada que estuvo marcada por sanciones, impugnaciones, amparos y demás artimañas imaginables para burlar la prohibición de hacer propaganda antes de tiempo.

El próximo 6 de septiembre se elegirán a quiénes -durante los próximos cuatro años- ocuparán los cargos de: Presidente, Vicepresidente, Diputados y Alcaldes entre otros. De ser necesaria habrá una segunda vuelta el 25 de octubre entre los dos candidatos presidenciales con más votos de la primera vuelta.

Existen más candidatos presidenciales que propuestas diferentes, la mayoría de ellos están hablando de temas como empleo, desarrollo y programas sociales.  También algunos han mencionado un punto que debemos poner especial atención: el cambio de la Constitución a través de una Asamblea Nacional Constituyente –ANC-

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En otros países, las reformas constitucionales han sido el camino perfecto para instaurar sistemas totalitarios, basta recordar la primera juramentación de Hugo Chávez como presidente de Venezuela  “Juro delante de mi pueblo que sobre esta moribunda Constitución, haré cumplir, impulsaré las transformaciones democráticas necesarias…”

Lo demás es historia en Venezuela, una tercera parte de quienes podían votar decidieron cambiar la Constitución bajo las condiciones propuestas por Chávez.  Democráticamente se hicieron cambios que terminaron con las pocas instituciones republicanas que aún existían.  Entre ellas la Cámara –ahora unicameral- cedió sus funciones de promulgar leyes al Ejecutivo a través de la Ley habilitante, eliminando la división de poderes. Posteriormente, por medio de una enmienda, se eliminó el límite de reelección a cualquier cargo.

En Nicaragua, la Cámara de Diputados aprobó cambios constitucionales -impulsados por Daniel Ortega, actual presidente- que habilita la reelección presidencial indefinida,  elimina la segunda vuelta electoral y faculta al ejecutivo para legislar mediante decretos con fuerza de ley, eliminando una vez más la división de poderes. ¿Algún parecido con las reformas venezolanas?

En Bolivia, Evo Morales con la excusa de “refundar” el país, promovió reformas constitucionales para mantenerse en el poder en tres ocasiones. En Honduras, la Corte Suprema de Justicia emitió un fallo favorable a las intenciones reeleccionistas y abre el camino a una reforma constitucional en este sentido.

Se debe poner mucho cuidado a las reformas constitucionales a través de la ANC,  ya que abre la puerta a modificaciones sustanciales como la tan deseada reelección presidencial o la eliminación de la división de poderes.

Con la excusa de refundar el Estado y adecuarlo a las necesidades del momento, podemos perder la poca institucionalidad que existe. Sólo piense ¿quiénes integrarían esa Asamblea? ¿Confía en que haya suficientes políticos decentes? ¿Confía en los grupos de presión, llámense sector privado, civil, indígena, ladino y demás? ¿Considera que llegaran los mejores y con ideas claras? ¿Tendrán algún límite expreso o será un cheque en blanco? ¿Saldrá un Constitución con límites al poder? ¿o solo con límites para la ciudadanía?

Si los politiqueros realmente están interesados en crear un Estado de Derecho,  existen mecanismos menos “peligrosos” tales como las reformas parciales a través de consulta popular. También pueden, instruir a sus bancadas en el Congreso para que se reformen, creen y/o deroguen leyes, por ejemplo: una verdadera reforma a la Ley  Electoral y de Partidos Políticos, derogar tanta “legislorrea” que impide disponer de la propiedad o simplificar la legislación tributaria.

Como alguna vez me dijo un amigo venezolano “cuando escuchen la palabra constituyente en cualquier país, desarrollen todos los mecanismos para impedir esa vía…Esa es la vía al totalitarismo…”

Así que, una Asamblea Nacional Constituyente es el camino para instaurar una dictadura.

¿Estaremos atentos ante tanta parafernalia electoral?

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