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Otto Pérez cedió ante el chantaje de la CICIG

Redacción
06 de mayo, 2015

Los guatemaltecos no sólo fuimos espectadores en un gran show, sino que también protagonistas al caer en el juego de apoyar a un cuerpo paralelo extrajudicial, que mediante el engaño y el chantaje, logró lo que los resultados de su intromisión no lograron nunca, generar cierto apoyo de los guatemaltecos pero violando la autorización que se le otorgó, por entrometerse en temas fuera de su mandato.

Me parece muy sospechoso que la CICIG no haya capturado a Monzón antes de salir de Guatemala o que no haya pospuesto todo el espectáculo, hasta dos o tres días después de regresar junto con la vicepresidente Baldetti de Korea.

Si se ratifica la prórroga Monzón podría tener un salvoconducto y gozar del dinero malhabido en algún país aliado de la CICIG -Suecia, Holanda o Noruega, por ejemplo-. Pero también hay otro escenario, Juan Carlos Monzón podría ser luego declarado “colaborador eficaz” y testificar en contra de Baldetti si es que acaso Otto Pérez no accedía a ratificar la prórroga del mandato, tan anhelada por los grupos de la izquierda retrógrada y la auto nombrada “sociedad civil”.

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Es lamentable que algunos guatemaltecos sean tan fáciles de manipular y engañar. La defraudación fiscal, el contrabando, la corrupción, y el financiamiento de los partidos políticos no son parte del mandato de la que yo llamo “Comisión Intrusa Contra la Institucionalidad de Guatemala (CICIG)”. Este experimento es paradigma del abuso de poder, impunidad, prácticas ilegales, violación de nuestra Constitución y de tratados internacionales.

Veamos este antecedente, durante el gobierno DE FACTO de Sandra Torres, este organismo paralelo extrajudicial no sólo encubrió las estructuras criminales que supuestamente venía a desarticular, sino que les garantizó impunidad total. Rodrigo Rosenberg, los Musa y Hugo Arce fueron víctimas de asesinos que actuaron desde el mismo Gobierno según testimonios e indicios recabados durante las investigaciones. Esto sí es parte del mandato de la CICIG y no hizo absolutamente nada.

Las capturas en el caso SAT NO SIGNIFICAN CONDENAS, sino propaganda vil y tramposa para que Iván Velázquez, vinculado a la narcoguerrilla terrorista de las FARC, no pierda el privilegio de impunidad del que goza -lo buscan en su país por una serie de graves delitos-, ni tampoco los Q250,000 mensuales que recibe. ¿Qué pasa si un juez con dignidad y honesto cierra este proceso porque la CICIG actuó ilegalmente transgrediendo el mandato? Inmediatamente lo señalan como “juez de la impunidad”, lo defenestran públicamente y le arruinan la carrera. El Dr. Reyes Sagastume es ejemplo de esto, el show mediático en ese caso fue muy similar al que vemos actualmente, y así los parásitos de la SUCIEDAD CIVIL impusieron a Claudia Paz y Paz ¿Recuerdan?

No nos dejemos engañar, el mandato de CICIG es claro y específico. Como fracasó rotundamente en sus objetivos, está recurriendo a estrategias desesperadas ante la Prensa servil para generar impacto mediático, aunque después los casos sean sobreseídos por investigación deficiente o simplemente por RECURRIR A TESTIGOS FALSOS, como en el caso de los hermanos Valdés Paiz.

No quiero decir que debamos avalar la corrupción, ni la defraudación fiscal, sino simplemente que tengamos dignidad, que defendamos la institucionalidad de Guatemala y nuestra soberanía. La Contraloría General de Cuentas, la Intendencia de Verificación Especial, el Ministerio Público y la misma Superintendencia de Administración Tributaria son las que deben de investigar estos casos, no el organismo paralelo extrajudicial fracasado que hoy pretende perpetuarse con presentaciones y “verdades interinas”.

Les dejo una pregunta para reflexión: ¿POR QUÉ NUNCA MENCIONÓ LA CICIG LOS ACTOS DE CORRUPCIÓN EN EL GOBIERNO DE SANDRA TORRES?

Otto Pérez cedió ante el chantaje de la CICIG

Redacción
06 de mayo, 2015

Los guatemaltecos no sólo fuimos espectadores en un gran show, sino que también protagonistas al caer en el juego de apoyar a un cuerpo paralelo extrajudicial, que mediante el engaño y el chantaje, logró lo que los resultados de su intromisión no lograron nunca, generar cierto apoyo de los guatemaltecos pero violando la autorización que se le otorgó, por entrometerse en temas fuera de su mandato.

Me parece muy sospechoso que la CICIG no haya capturado a Monzón antes de salir de Guatemala o que no haya pospuesto todo el espectáculo, hasta dos o tres días después de regresar junto con la vicepresidente Baldetti de Korea.

Si se ratifica la prórroga Monzón podría tener un salvoconducto y gozar del dinero malhabido en algún país aliado de la CICIG -Suecia, Holanda o Noruega, por ejemplo-. Pero también hay otro escenario, Juan Carlos Monzón podría ser luego declarado “colaborador eficaz” y testificar en contra de Baldetti si es que acaso Otto Pérez no accedía a ratificar la prórroga del mandato, tan anhelada por los grupos de la izquierda retrógrada y la auto nombrada “sociedad civil”.

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Es lamentable que algunos guatemaltecos sean tan fáciles de manipular y engañar. La defraudación fiscal, el contrabando, la corrupción, y el financiamiento de los partidos políticos no son parte del mandato de la que yo llamo “Comisión Intrusa Contra la Institucionalidad de Guatemala (CICIG)”. Este experimento es paradigma del abuso de poder, impunidad, prácticas ilegales, violación de nuestra Constitución y de tratados internacionales.

Veamos este antecedente, durante el gobierno DE FACTO de Sandra Torres, este organismo paralelo extrajudicial no sólo encubrió las estructuras criminales que supuestamente venía a desarticular, sino que les garantizó impunidad total. Rodrigo Rosenberg, los Musa y Hugo Arce fueron víctimas de asesinos que actuaron desde el mismo Gobierno según testimonios e indicios recabados durante las investigaciones. Esto sí es parte del mandato de la CICIG y no hizo absolutamente nada.

Las capturas en el caso SAT NO SIGNIFICAN CONDENAS, sino propaganda vil y tramposa para que Iván Velázquez, vinculado a la narcoguerrilla terrorista de las FARC, no pierda el privilegio de impunidad del que goza -lo buscan en su país por una serie de graves delitos-, ni tampoco los Q250,000 mensuales que recibe. ¿Qué pasa si un juez con dignidad y honesto cierra este proceso porque la CICIG actuó ilegalmente transgrediendo el mandato? Inmediatamente lo señalan como “juez de la impunidad”, lo defenestran públicamente y le arruinan la carrera. El Dr. Reyes Sagastume es ejemplo de esto, el show mediático en ese caso fue muy similar al que vemos actualmente, y así los parásitos de la SUCIEDAD CIVIL impusieron a Claudia Paz y Paz ¿Recuerdan?

No nos dejemos engañar, el mandato de CICIG es claro y específico. Como fracasó rotundamente en sus objetivos, está recurriendo a estrategias desesperadas ante la Prensa servil para generar impacto mediático, aunque después los casos sean sobreseídos por investigación deficiente o simplemente por RECURRIR A TESTIGOS FALSOS, como en el caso de los hermanos Valdés Paiz.

No quiero decir que debamos avalar la corrupción, ni la defraudación fiscal, sino simplemente que tengamos dignidad, que defendamos la institucionalidad de Guatemala y nuestra soberanía. La Contraloría General de Cuentas, la Intendencia de Verificación Especial, el Ministerio Público y la misma Superintendencia de Administración Tributaria son las que deben de investigar estos casos, no el organismo paralelo extrajudicial fracasado que hoy pretende perpetuarse con presentaciones y “verdades interinas”.

Les dejo una pregunta para reflexión: ¿POR QUÉ NUNCA MENCIONÓ LA CICIG LOS ACTOS DE CORRUPCIÓN EN EL GOBIERNO DE SANDRA TORRES?