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Los escritores brillantes

Adriana Lopez
25 de julio, 2015

Los que amamos las letras sabemos que ésta semana el Parque de la Industria ha sido un paraíso terrenal. FILGUA se encargó de reunir a varias editoriales y librerías para que los lectores tuviéramos en un sólo lugar muchas opciones en cuanto a géneros, precios y ediciones.

Pero por sobre todo lo anterior (que es inmensamente bueno), mi parte favorita de FILGUA siempre es y será, la alucinante experiencia de conocer a los reyes de las letras, los escritores.

Cada uno en su originalidad es un ser encantador. No se me ocurre cómo debió haber sido la vida de famosos escritores como García Marquéz, Cortázar o Neruda. Pero estoy casi segura de que eran reconocidos y no conseguían dar un paseo tranquilos por la ciudad, cortesía de los seguidores entusiastas que los idolatraban.

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Y luego están los escritores guatemaltecos que han florecido en las ultimas décadas, los escritores brillantes, como a mi me gusta llamarlos. Esos que casi siempre circulan por el centro histórico, usan una mochila o una bolsa de cruzar y son desconocidos ante los transeúntes. Los mismos escritores que tienen la dicha de poder arreglar una entrevista en un café concurrido porque saben que nadie los va a molestar. Los mismos que entran de stand en stand por FILGUA con la más tierna tranquilidad. Un escritor brillante, es ése que en la presentación de su libro es confundido como un invitado más por la sencillez de su semblante.

Conocí éste año en FILGUA, a varios personajes alucinantes:

A un escritor, muy formal y serio, que llevaba escondido en el brillo de los ojos el deseo de ser reconocido por los compradores de libros. Su dedicatoria y firma en el libro que le compré, fue la más especial. Éste, tengo que admitir, fue mi favorito.

Conocí también a una diosa de la poesía que con su buen ánimo y sencillez me hizo creer que algún día podría ser como ella.

Me acerqué a uno de los más admirables escritores que he conocido, uno que siento que es parte de mi círculo de amigos por lo mucho que comparto sus palabras. Me dio un abrazo y una firma mientras me conocía por cuarta vez, porque siempre esta muy borracho como para recordarme.

Saludé a mi primer maestro de las letras y celebré con él la emoción de un nuevo libro.

Y me enteré de un magnifico abuelo que vende sus libros a bajo costo con tal de que puedan disfrutarlos todos.

Si usted es de los que cree que para conocer a escritores brillantes necesita viajar a Paris o Alemania, o quizá le parece que las mejores obras literarias sólo son esas que aparecen en el Top Ten de la librería famosa que aparece en todos los comerciales, déjeme contarle que no y al mismo tiempo, darle las buenas nuevas: en Guatemala los verdaderos escritores brillantes caminan a su lado por la banqueta, toman café en los lugares que usted visita, escriben historias en las calles que usted conoce y lo hacen con el corazón. Son los rayos de luz en un día nublado o el amigo que da ánimo cuando las cosas van mal. Son valiosos desconocidos que llevan a la mente a dar una que otra vuelta con la conciencia, explotan los recuerdos del pasado y que fabrican historias de la realidad.

Me parece que nos vendría bien conocer más a nuestros escritores brillantes. Y más que conocerlos, apoyarlos. Hacerles saber que sus letras importan y que lo que ellos piensan e imaginan, vale hasta más que las historias baratas que nos venden los gringos en libros carísimos y mal traducidos. Sea parte del grupo de guatemaltecos que disfruta de las letras nacionales y busque la manera de leer a sus paisanos, los escritores brillantes.

Los escritores brillantes

Adriana Lopez
25 de julio, 2015

Los que amamos las letras sabemos que ésta semana el Parque de la Industria ha sido un paraíso terrenal. FILGUA se encargó de reunir a varias editoriales y librerías para que los lectores tuviéramos en un sólo lugar muchas opciones en cuanto a géneros, precios y ediciones.

Pero por sobre todo lo anterior (que es inmensamente bueno), mi parte favorita de FILGUA siempre es y será, la alucinante experiencia de conocer a los reyes de las letras, los escritores.

Cada uno en su originalidad es un ser encantador. No se me ocurre cómo debió haber sido la vida de famosos escritores como García Marquéz, Cortázar o Neruda. Pero estoy casi segura de que eran reconocidos y no conseguían dar un paseo tranquilos por la ciudad, cortesía de los seguidores entusiastas que los idolatraban.

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Y luego están los escritores guatemaltecos que han florecido en las ultimas décadas, los escritores brillantes, como a mi me gusta llamarlos. Esos que casi siempre circulan por el centro histórico, usan una mochila o una bolsa de cruzar y son desconocidos ante los transeúntes. Los mismos escritores que tienen la dicha de poder arreglar una entrevista en un café concurrido porque saben que nadie los va a molestar. Los mismos que entran de stand en stand por FILGUA con la más tierna tranquilidad. Un escritor brillante, es ése que en la presentación de su libro es confundido como un invitado más por la sencillez de su semblante.

Conocí éste año en FILGUA, a varios personajes alucinantes:

A un escritor, muy formal y serio, que llevaba escondido en el brillo de los ojos el deseo de ser reconocido por los compradores de libros. Su dedicatoria y firma en el libro que le compré, fue la más especial. Éste, tengo que admitir, fue mi favorito.

Conocí también a una diosa de la poesía que con su buen ánimo y sencillez me hizo creer que algún día podría ser como ella.

Me acerqué a uno de los más admirables escritores que he conocido, uno que siento que es parte de mi círculo de amigos por lo mucho que comparto sus palabras. Me dio un abrazo y una firma mientras me conocía por cuarta vez, porque siempre esta muy borracho como para recordarme.

Saludé a mi primer maestro de las letras y celebré con él la emoción de un nuevo libro.

Y me enteré de un magnifico abuelo que vende sus libros a bajo costo con tal de que puedan disfrutarlos todos.

Si usted es de los que cree que para conocer a escritores brillantes necesita viajar a Paris o Alemania, o quizá le parece que las mejores obras literarias sólo son esas que aparecen en el Top Ten de la librería famosa que aparece en todos los comerciales, déjeme contarle que no y al mismo tiempo, darle las buenas nuevas: en Guatemala los verdaderos escritores brillantes caminan a su lado por la banqueta, toman café en los lugares que usted visita, escriben historias en las calles que usted conoce y lo hacen con el corazón. Son los rayos de luz en un día nublado o el amigo que da ánimo cuando las cosas van mal. Son valiosos desconocidos que llevan a la mente a dar una que otra vuelta con la conciencia, explotan los recuerdos del pasado y que fabrican historias de la realidad.

Me parece que nos vendría bien conocer más a nuestros escritores brillantes. Y más que conocerlos, apoyarlos. Hacerles saber que sus letras importan y que lo que ellos piensan e imaginan, vale hasta más que las historias baratas que nos venden los gringos en libros carísimos y mal traducidos. Sea parte del grupo de guatemaltecos que disfruta de las letras nacionales y busque la manera de leer a sus paisanos, los escritores brillantes.