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El padre, maestro y amigo de la juventud

Redacción
15 de agosto, 2015

Este día, 15 de agosto, es muy especial para todos los católicos, pues además de celebrar una vez más la Asunción de nuestra madre la virgen María, patrona de la ciudad en esta advocación; celebramos el bicentenario del natalicio de San Juan Bosco.

Juan Melchor Bosco Occhiena, nació en Castelnuevo de Asti, en 1815. Quedó huérfano de padre a los dos años y desde ese día su Madre, Margarita, se convirtió en el sostén, consejera y maestra de Juan y sus dos hermanos mayores. La principal preocupación de la madre era instruirles dentro de la religión, situación que desemboco en la vocación del menor de ellos, y todo empezó con un sueño.

A los nuevos años Juanito, tuvo un sueño en donde podía ver a muchos niños y jóvenes jugando, al prestar atención se dio cuenta que algunos estaban blasfemando, situación que le molestó mucho y por esto quiso ponerlos en orden a golpes. Cuando de repente un hombre misterioso, con rostro luminoso y vestido en un manto blanco le advirtió que esa no era la manera, que los golpes no ayudarían en nada, pero si lo haría la caridad. Juan estaba aterrado porque no alcanzaba a entender quién era el hombre ni lo que le estaba pidiendo, así que exigió saber el nombre de aquel hombre que le había aconsejado. Este contestó ¿Mi nombre? Pregúntaselo a mi madre. En ese instante una señora de aspecto majestuoso y también luminoso apareció al lado del hombre dándole más consejos que el pequeño Juan aún no conseguía entender. Entre ellos: A su debido tiempo lo comprenderás todo.

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Y así fue, Juan Bosco creció y comprendió que su vida iba de algo más, que Dios demandaba algo de ella. Se convirtió en sacerdote, uno diferente, uno que sabía trucos de magia, cantar y tocar más de algún instrumento. Tenía una cierta fascinación por los jóvenes, que en aquella época no eran considerados el futuro ni los más importantes; eran maltratados, sometidos a largas jornadas de trabajo bajo salarios miserables y una seguridad laboral nula a pesar de siempre ser trabajos de esfuerzo. Jóvenes que no tenían familias, que estaban en la cárcel porque el hambre les había orillado a robar un pan. Era inconcebible para él esta situación hacia la juventud y se dedicó a ellos, entregó hasta su último aliento a salvar las almas de miles de jóvenes.

Fue así como en 1874 se fundó la congregación Salesiana, en honor a San Francisco de Sales, Santo de la amabilidad, dedicada a jóvenes, para formar horados ciudadanos y buenos cristianos. Fue el 2 de junio de 1929 cuando Don Bosco fue beatificado tras una vida indudablemente ejemplar. Hoy en día la congregación trabaja en más de 128 países, aun cuando ha pasado ya la misma cantidad de años desde de la muerte de nuestro fundador.

Don Bosco fue sin lugar a dudas revolucionario, que a través de lo ordinario logro cosas extraordinarias. ¡¡Gracias San Juan Bosco por tu ejemplo de alegría y santidad!!

El padre, maestro y amigo de la juventud

Redacción
15 de agosto, 2015

Este día, 15 de agosto, es muy especial para todos los católicos, pues además de celebrar una vez más la Asunción de nuestra madre la virgen María, patrona de la ciudad en esta advocación; celebramos el bicentenario del natalicio de San Juan Bosco.

Juan Melchor Bosco Occhiena, nació en Castelnuevo de Asti, en 1815. Quedó huérfano de padre a los dos años y desde ese día su Madre, Margarita, se convirtió en el sostén, consejera y maestra de Juan y sus dos hermanos mayores. La principal preocupación de la madre era instruirles dentro de la religión, situación que desemboco en la vocación del menor de ellos, y todo empezó con un sueño.

A los nuevos años Juanito, tuvo un sueño en donde podía ver a muchos niños y jóvenes jugando, al prestar atención se dio cuenta que algunos estaban blasfemando, situación que le molestó mucho y por esto quiso ponerlos en orden a golpes. Cuando de repente un hombre misterioso, con rostro luminoso y vestido en un manto blanco le advirtió que esa no era la manera, que los golpes no ayudarían en nada, pero si lo haría la caridad. Juan estaba aterrado porque no alcanzaba a entender quién era el hombre ni lo que le estaba pidiendo, así que exigió saber el nombre de aquel hombre que le había aconsejado. Este contestó ¿Mi nombre? Pregúntaselo a mi madre. En ese instante una señora de aspecto majestuoso y también luminoso apareció al lado del hombre dándole más consejos que el pequeño Juan aún no conseguía entender. Entre ellos: A su debido tiempo lo comprenderás todo.

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Y así fue, Juan Bosco creció y comprendió que su vida iba de algo más, que Dios demandaba algo de ella. Se convirtió en sacerdote, uno diferente, uno que sabía trucos de magia, cantar y tocar más de algún instrumento. Tenía una cierta fascinación por los jóvenes, que en aquella época no eran considerados el futuro ni los más importantes; eran maltratados, sometidos a largas jornadas de trabajo bajo salarios miserables y una seguridad laboral nula a pesar de siempre ser trabajos de esfuerzo. Jóvenes que no tenían familias, que estaban en la cárcel porque el hambre les había orillado a robar un pan. Era inconcebible para él esta situación hacia la juventud y se dedicó a ellos, entregó hasta su último aliento a salvar las almas de miles de jóvenes.

Fue así como en 1874 se fundó la congregación Salesiana, en honor a San Francisco de Sales, Santo de la amabilidad, dedicada a jóvenes, para formar horados ciudadanos y buenos cristianos. Fue el 2 de junio de 1929 cuando Don Bosco fue beatificado tras una vida indudablemente ejemplar. Hoy en día la congregación trabaja en más de 128 países, aun cuando ha pasado ya la misma cantidad de años desde de la muerte de nuestro fundador.

Don Bosco fue sin lugar a dudas revolucionario, que a través de lo ordinario logro cosas extraordinarias. ¡¡Gracias San Juan Bosco por tu ejemplo de alegría y santidad!!