El 25 de noviembre se conmemoró el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”, en un momento en que la fiscalía de la mujer del Ministerio Publico (MP) reporta que solo en los primeros 10 meses del año solo en el área metropolitana presento 1,910 acusaciones contra el maltrato de mujeres y requirió 769 ordenes de captura por los delitos de violencia contra la mujer en su manifestación física, psicología y económica así como por violación sexual y agresión sexual a nivel nacional resultando 566 sentencias condenatorias, que nos pone a pensar que en el país se sigue lastimando sin medida al ser que da la vida.
No es una coincidencia que la misma legislación guatemalteca, trate de poner en igualdad a las mujeres que por mucho tiempo pasaron los más altos vejámenes en la historia por su propia condición de mujer, para no ir tan lejos solo hace algunos años en nuestro ordenamiento solo cometía adulterio la mujer, con la creación de La Ley Contra el femicidio y otras Formas de Violencia Contra la Mujer Decreto 22-2008 se busca persuadir con las sentencias condenatorias altas, a aquellos que dañan de cualquier forma a las mujeres.
Estos esfuerzos aunados a las oficinas de atención a las víctimas han logrado en su medida visibilizar el grave problema, no cabe duda que la intención de los defensores de esta causa, tratan y buscan que esta situación cambie.
La reflexión en este campo la hago con la finalidad de establecer que todos somos iguales en condiciones y derechos, pero esto a veces cuesta creerlo cuando se conocen estadísticas tan escalofriantes que presentan a la mujer en una condición de desigualdad evidente en todo sentido.
La violencia es el acto más detestable que se origina del ser humano que sus consecuencias son permanentes, y sobre todo dejan huellas que son muy difíciles de sanar.
Es por ello que creo que el decir NO a la violencia es un grito que toda la sociedad debe hacer en una sola voz, y en cualquier espacio generar una lucha frontal de uno por uno para lograr esa igualdad que tanta falta nos hace.
Las mujeres son las dadoras de vida aquellas que con su consuelo son capaces de abrigar a cualquiera, con su mirada son dadoras de paz en los momentos más difíciles de sus seres queridos y con sus palabras son capaces de alentar a los más angustiados para motivar a seguir adelante.
En esta conmemoración quiero condenar aquellos que ejercen cualquier tipo de violencia contra las mujeres y hacer un llamado a los hombres y mujeres buenos, a denunciar a aquellos que ejercen el maltrato.
“A una mujer no se le daña ni con el pétalo de una rosa”
El 25 de noviembre se conmemoró el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”, en un momento en que la fiscalía de la mujer del Ministerio Publico (MP) reporta que solo en los primeros 10 meses del año solo en el área metropolitana presento 1,910 acusaciones contra el maltrato de mujeres y requirió 769 ordenes de captura por los delitos de violencia contra la mujer en su manifestación física, psicología y económica así como por violación sexual y agresión sexual a nivel nacional resultando 566 sentencias condenatorias, que nos pone a pensar que en el país se sigue lastimando sin medida al ser que da la vida.
No es una coincidencia que la misma legislación guatemalteca, trate de poner en igualdad a las mujeres que por mucho tiempo pasaron los más altos vejámenes en la historia por su propia condición de mujer, para no ir tan lejos solo hace algunos años en nuestro ordenamiento solo cometía adulterio la mujer, con la creación de La Ley Contra el femicidio y otras Formas de Violencia Contra la Mujer Decreto 22-2008 se busca persuadir con las sentencias condenatorias altas, a aquellos que dañan de cualquier forma a las mujeres.
Estos esfuerzos aunados a las oficinas de atención a las víctimas han logrado en su medida visibilizar el grave problema, no cabe duda que la intención de los defensores de esta causa, tratan y buscan que esta situación cambie.
La reflexión en este campo la hago con la finalidad de establecer que todos somos iguales en condiciones y derechos, pero esto a veces cuesta creerlo cuando se conocen estadísticas tan escalofriantes que presentan a la mujer en una condición de desigualdad evidente en todo sentido.
La violencia es el acto más detestable que se origina del ser humano que sus consecuencias son permanentes, y sobre todo dejan huellas que son muy difíciles de sanar.
Es por ello que creo que el decir NO a la violencia es un grito que toda la sociedad debe hacer en una sola voz, y en cualquier espacio generar una lucha frontal de uno por uno para lograr esa igualdad que tanta falta nos hace.
Las mujeres son las dadoras de vida aquellas que con su consuelo son capaces de abrigar a cualquiera, con su mirada son dadoras de paz en los momentos más difíciles de sus seres queridos y con sus palabras son capaces de alentar a los más angustiados para motivar a seguir adelante.
En esta conmemoración quiero condenar aquellos que ejercen cualquier tipo de violencia contra las mujeres y hacer un llamado a los hombres y mujeres buenos, a denunciar a aquellos que ejercen el maltrato.
“A una mujer no se le daña ni con el pétalo de una rosa”