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La Separación de Poderes: reformas del sistema

Redacción
05 de diciembre, 2015

Un principio republicano de primer orden es el de la separación de poderes. Si bien el término ha mutado a “dispersión de poder” y no necesariamente separación formal de organismos, el concepto básico sigue siendo el mismo: debe separarse el ejercicio del poder y evitar la concentración de poderes en una sola persona o un grupo de personas.
Nuestro sistema es formal, no así un sistema de dispersión del poder efectivo. Se aprecia que tenemos una dependencia al presidente de la República que sobrepasa el modelo republicano para estar más cerca de ser una figura “monárquica” que una mandatario ejecutor.
El diseño de nuestro sistema tiene problemas en cuanto a que permite la concentración de poder en grupos pequeños. Los sistemas de elección de autoridades de todos los organismos del Estado permiten la alineación de intereses de los postulados. El voto, por tanto, es únicamente un mecanismo de legitimación de esos intereses que no tienden a ser los más nobles.
Para lograr una dispersión real del poder, debemos evitar que los procesos de elecciones ocurran al mismo tiempo, tanto para los distintos organismos, como dentro de los mismos organismos.
¿Qué quiero decir con esto?
Los gobernadores no deberían ser nombrados por el Presidente, por ejemplo, sino electos a mitad del período presidencial (aunado a un fortalecimiento de sus funciones y mayores poderes propios). De la misma manera, el Organismo Judicial no puede cambiarse completo cada 5 años. El Organismo Judicial, principalmente, requiere una estabilidad en el tiempo, no por el puesto de trabajo de los jueces, sino porque la función verdadera del Organismo Judicial es hacer “Derecho”. Las sentencias judiciales expresan la forma de interpretar los textos legislativos, por lo que son la verdadera expresión de lo que debe ser “Derecho”. Ese proceso es posible únicamente cuando los jueces (en todos los niveles) pasan mucho tiempo en su cargo, de manera que se van matizando esas interpretaciones y no tenemos inseguridad cada 5 años sobre cómo deberá entenderse lo que se entendió de cierta manera en los últimos 5 años. El otro elemento que permite esa estabilidad es que no se cambie a todos los jueces en un mismo proceso. Debemos encontrar un mecanismo de llenar eventuales vacantes. No estoy del todo seguro que la edad de retiro obligatorio sea una de las mejores fórmulas, pues el Derecho es un ejercicio de sabiduría y la sabiduría se adquiere con el temple del carácter que mejora con el paso de los años. Los consejos de ancianos tienen una razón de ser.
El Congreso de la República es otro problema, en cuanto a que elegimos a la totalidad de los diputados por listados, pero el curul es del diputado que toma posesión. Esto permite esos juegos perversos de cambios de poder. Hay dos formas básicas de elegir diputados: por listado o individual. Luego hay mezclas de los sistemas. Un sistema de elección de diputados debería permitir o el control de bancada, por lo que si el diputado renuncia al partido, abandona también el congreso, pues la curul es del partido o bien que permita el control total del diputado, con lo que las bancadas no se forman por partido, sino por afinidad de diputados, aunque fueran electos por diferentes partidos. El otro punto importante es que no se cambie a todos en el mismo momento, sino que puedan ser cambiados a mitad de períodos. Es la forma que funciona en Estados Unidos y muchos países de Europa.
Otro elemento a analizar para proponer es la integración de un Senado o Cámara Alta del Legislativo. En estas Cámaras, la representación es distinta y las funciones pueden ser de control, vía segunda aprobación o veto, del Congreso y tener mayores funciones políticas que legislativas. Los períodos pueden ser distintos también.
Por último, como cargos de elección importantes, tenemos a los alcaldes, de los cuales debemos analizar que no sean electos en la misma elección del presidente, pues eso hace que se alineen en un mismo conjunto de intereses.
Cambios al sistema son los que permitirán que vayamos teniendo cambios en la forma de gobernarnos. Sin esto, todas nuestras manifestaciones serán únicamente eso, manifestaciones, sin cambios reales.

La Separación de Poderes: reformas del sistema

Redacción
05 de diciembre, 2015

Un principio republicano de primer orden es el de la separación de poderes. Si bien el término ha mutado a “dispersión de poder” y no necesariamente separación formal de organismos, el concepto básico sigue siendo el mismo: debe separarse el ejercicio del poder y evitar la concentración de poderes en una sola persona o un grupo de personas.
Nuestro sistema es formal, no así un sistema de dispersión del poder efectivo. Se aprecia que tenemos una dependencia al presidente de la República que sobrepasa el modelo republicano para estar más cerca de ser una figura “monárquica” que una mandatario ejecutor.
El diseño de nuestro sistema tiene problemas en cuanto a que permite la concentración de poder en grupos pequeños. Los sistemas de elección de autoridades de todos los organismos del Estado permiten la alineación de intereses de los postulados. El voto, por tanto, es únicamente un mecanismo de legitimación de esos intereses que no tienden a ser los más nobles.
Para lograr una dispersión real del poder, debemos evitar que los procesos de elecciones ocurran al mismo tiempo, tanto para los distintos organismos, como dentro de los mismos organismos.
¿Qué quiero decir con esto?
Los gobernadores no deberían ser nombrados por el Presidente, por ejemplo, sino electos a mitad del período presidencial (aunado a un fortalecimiento de sus funciones y mayores poderes propios). De la misma manera, el Organismo Judicial no puede cambiarse completo cada 5 años. El Organismo Judicial, principalmente, requiere una estabilidad en el tiempo, no por el puesto de trabajo de los jueces, sino porque la función verdadera del Organismo Judicial es hacer “Derecho”. Las sentencias judiciales expresan la forma de interpretar los textos legislativos, por lo que son la verdadera expresión de lo que debe ser “Derecho”. Ese proceso es posible únicamente cuando los jueces (en todos los niveles) pasan mucho tiempo en su cargo, de manera que se van matizando esas interpretaciones y no tenemos inseguridad cada 5 años sobre cómo deberá entenderse lo que se entendió de cierta manera en los últimos 5 años. El otro elemento que permite esa estabilidad es que no se cambie a todos los jueces en un mismo proceso. Debemos encontrar un mecanismo de llenar eventuales vacantes. No estoy del todo seguro que la edad de retiro obligatorio sea una de las mejores fórmulas, pues el Derecho es un ejercicio de sabiduría y la sabiduría se adquiere con el temple del carácter que mejora con el paso de los años. Los consejos de ancianos tienen una razón de ser.
El Congreso de la República es otro problema, en cuanto a que elegimos a la totalidad de los diputados por listados, pero el curul es del diputado que toma posesión. Esto permite esos juegos perversos de cambios de poder. Hay dos formas básicas de elegir diputados: por listado o individual. Luego hay mezclas de los sistemas. Un sistema de elección de diputados debería permitir o el control de bancada, por lo que si el diputado renuncia al partido, abandona también el congreso, pues la curul es del partido o bien que permita el control total del diputado, con lo que las bancadas no se forman por partido, sino por afinidad de diputados, aunque fueran electos por diferentes partidos. El otro punto importante es que no se cambie a todos en el mismo momento, sino que puedan ser cambiados a mitad de períodos. Es la forma que funciona en Estados Unidos y muchos países de Europa.
Otro elemento a analizar para proponer es la integración de un Senado o Cámara Alta del Legislativo. En estas Cámaras, la representación es distinta y las funciones pueden ser de control, vía segunda aprobación o veto, del Congreso y tener mayores funciones políticas que legislativas. Los períodos pueden ser distintos también.
Por último, como cargos de elección importantes, tenemos a los alcaldes, de los cuales debemos analizar que no sean electos en la misma elección del presidente, pues eso hace que se alineen en un mismo conjunto de intereses.
Cambios al sistema son los que permitirán que vayamos teniendo cambios en la forma de gobernarnos. Sin esto, todas nuestras manifestaciones serán únicamente eso, manifestaciones, sin cambios reales.