Sin duda la reciente publicación de la Encuesta de Condiciones de Vida –ENCOVI- deja cifras preocupantes. La cifra que encabezó los diarios fue el aumento en 8 puntos porcentuales de la pobreza. Noticias escandalosas que nos dejan rezagados como país.
No me interesa ahora describir la precaria situación en la que estamos pues sería engrosar las decenas de escritos que ya se han ocupado del tema. Quiero llamar a la reflexión sobre el rol que debemos asumir quienes estamos en la academia, la difusión de ideas u otros espacios de generación de opinión.
Creo que por una parte debemos destacar el hecho de contar con cifras de esta índole. Hay otros países que no tienen la misma suerte. Tanto los gobiernos de Argentina y de Venezuela, por ejemplo, guardan silencio sobre muchas cifras importantes o atentan contra la independencia de los organismos encargados de levantar datos. No es de extrañar que Argentina no cuente con cifras oficiales y confiables de pobreza desde 2013. Ya veremos cómo cambia la situación con el nuevo gobierno de Macri.
En segundo lugar, creo que debemos asumir un rol muy crítico y abordar estos problemas con el más alto rigor académico posible. La solución no acaba con slogans de tipo “el gobierno de Guatemala es de los más pequeños de la región y eso explica el aumento de la pobreza”, como se ha sugerido en algunos espacios recientemente. O “los programas sociales solamente generaron más pobreza”.
Creo que es momento de someter a juicios más rigurosos nuestras afirmaciones, pues contamos con un escenario global que pueden darnos algunas luces. Costa Rica es un estado muy “social” y también ha visto aumentar la pobreza de un 21.2% en 2010 a un 22.4% en 2014. También Costa Rica ha visto un aumento de la pobreza extrema de un 5.8 a un 6.7%. Sin hablar que los estados sociales no son gratuitos y Costa Rica se acerca a una inminente crisis de deuda pública.
Por otro lado, el Perú es un país cuya tasa de pobreza ha pasado de un 54% en 2004 a un 22.7% en el 2014. El Perú sería el contra ejemplo de la idea de que hace falta un estado grande para crecer. Es un país que cuenta con un gobierno relativamente chico y que ha aplicado flexibilizado mucho su economía, especialmente en cuanto al comercio exterior. Mientras Costa Rica tiene una carga tributaria casi del 22% sobre PIB, Perú no pasa del 17%. Dos casos opuestos.
Yo lo sugería meses atrás: hemos olvidado hablar de crecimiento económico en nuestro país y quienes más están pagando esta irresponsabilidad son nuestros paisanos. No intento imponer mi visión. Simplemente la expongo e insto amistosamente a todos mis colegas que nos sentemos a discutir cuáles son las medidas que harían de nuestro país un sitio atractivo para la inversión y en consecuencia sacar de la pobreza a millones de paisanos. Sin duda no es una tarea fácil pero los temas de agenda ideológica tienen que ceder ante las medidas que han hecho de otros países naciones realmente exitosas.
Sin duda la reciente publicación de la Encuesta de Condiciones de Vida –ENCOVI- deja cifras preocupantes. La cifra que encabezó los diarios fue el aumento en 8 puntos porcentuales de la pobreza. Noticias escandalosas que nos dejan rezagados como país.
No me interesa ahora describir la precaria situación en la que estamos pues sería engrosar las decenas de escritos que ya se han ocupado del tema. Quiero llamar a la reflexión sobre el rol que debemos asumir quienes estamos en la academia, la difusión de ideas u otros espacios de generación de opinión.
Creo que por una parte debemos destacar el hecho de contar con cifras de esta índole. Hay otros países que no tienen la misma suerte. Tanto los gobiernos de Argentina y de Venezuela, por ejemplo, guardan silencio sobre muchas cifras importantes o atentan contra la independencia de los organismos encargados de levantar datos. No es de extrañar que Argentina no cuente con cifras oficiales y confiables de pobreza desde 2013. Ya veremos cómo cambia la situación con el nuevo gobierno de Macri.
En segundo lugar, creo que debemos asumir un rol muy crítico y abordar estos problemas con el más alto rigor académico posible. La solución no acaba con slogans de tipo “el gobierno de Guatemala es de los más pequeños de la región y eso explica el aumento de la pobreza”, como se ha sugerido en algunos espacios recientemente. O “los programas sociales solamente generaron más pobreza”.
Creo que es momento de someter a juicios más rigurosos nuestras afirmaciones, pues contamos con un escenario global que pueden darnos algunas luces. Costa Rica es un estado muy “social” y también ha visto aumentar la pobreza de un 21.2% en 2010 a un 22.4% en 2014. También Costa Rica ha visto un aumento de la pobreza extrema de un 5.8 a un 6.7%. Sin hablar que los estados sociales no son gratuitos y Costa Rica se acerca a una inminente crisis de deuda pública.
Por otro lado, el Perú es un país cuya tasa de pobreza ha pasado de un 54% en 2004 a un 22.7% en el 2014. El Perú sería el contra ejemplo de la idea de que hace falta un estado grande para crecer. Es un país que cuenta con un gobierno relativamente chico y que ha aplicado flexibilizado mucho su economía, especialmente en cuanto al comercio exterior. Mientras Costa Rica tiene una carga tributaria casi del 22% sobre PIB, Perú no pasa del 17%. Dos casos opuestos.
Yo lo sugería meses atrás: hemos olvidado hablar de crecimiento económico en nuestro país y quienes más están pagando esta irresponsabilidad son nuestros paisanos. No intento imponer mi visión. Simplemente la expongo e insto amistosamente a todos mis colegas que nos sentemos a discutir cuáles son las medidas que harían de nuestro país un sitio atractivo para la inversión y en consecuencia sacar de la pobreza a millones de paisanos. Sin duda no es una tarea fácil pero los temas de agenda ideológica tienen que ceder ante las medidas que han hecho de otros países naciones realmente exitosas.