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Ser periodista en Guatemala

Redacción
20 de diciembre, 2015

Inmunizado ante el porvenir y su suerte. Consciente de una libertad que pierde sutilmente en la trama dramática de ejercer el periodismo en un país enfermo y con aspiraciones de toda índole.

El periodista guatemalteco es uno de los seres humanos que se percatan claramente de la fragilidad del bien y sus expresiones concretas en Guatemala. Están conscientes de las limitaciones de todos aquellos guatemaltecos y extranjeros que se presentan a sí mismos como “la salvación de los compatriotas” en medio de una multiplicidad de valores encontrados. Sin embargo el periodista guatemalteco se abstiene de decir aunque no de pensar aquello que en los medios sería un violento fracaso.

El periodista hace frente siempre a una alternativa: decir o callar. Con la mirada ante el jefe de redacción, con sus valores tendrá una estructuración simple para formar opinión pública en medio de las limitaciones que se convierten en un conflicto práctico que puede convertirse en algo grave si produce apegos afectivos.

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En 2015 la tecnología ha sido una maravillosa herramienta en su trabajo. El periodista trata de usarla para que el bien humano no se convierta en un sesgo filtrado por intereses mediáticos del medio.

Ser periodista es no albergar conflictos y oposiciones contra políticos, banqueros, empresarios, pueblo y aquellas mayorías que se mueven como una sola masa en el abandono de su mediocridad ciudadana.

La apreciación valorativa del periodista no es el medio de comunicación. No lo ataca ni lo defiende. El medio es un bien simple un espacio común sobre el cual hay que expresar su vocación. Desde su espacio en el medio se percata de las pasiones, valoraciones, de lo sabio, de lo bueno, de lo justo y de lo injusto de las actuaciones de todos aquellos que pertenecen a ese orden extenso llamado sociedad.

Un periodista no presentará falta de fidelidad al medio que le ofrece ejercitar su vocación pero ganarse el sustento para su familia no hará que abdique de su razón y de su juicio. Para el periodista la expresión amigo-enemigo es ambigua. Están organizados como parte de la estructura social de los guatemaltecos.

Los trazos de la realidad guatemalteca son propicios para que el periodista no tome partido sino que su corazón sea frío aunque su alma sea pura. Una cosa es cierta el periodista guatemalteco no es indiferente ante la naturaleza más dura de la realidad guatemalteca.

Ser periodista en Guatemala

Redacción
20 de diciembre, 2015

Inmunizado ante el porvenir y su suerte. Consciente de una libertad que pierde sutilmente en la trama dramática de ejercer el periodismo en un país enfermo y con aspiraciones de toda índole.

El periodista guatemalteco es uno de los seres humanos que se percatan claramente de la fragilidad del bien y sus expresiones concretas en Guatemala. Están conscientes de las limitaciones de todos aquellos guatemaltecos y extranjeros que se presentan a sí mismos como “la salvación de los compatriotas” en medio de una multiplicidad de valores encontrados. Sin embargo el periodista guatemalteco se abstiene de decir aunque no de pensar aquello que en los medios sería un violento fracaso.

El periodista hace frente siempre a una alternativa: decir o callar. Con la mirada ante el jefe de redacción, con sus valores tendrá una estructuración simple para formar opinión pública en medio de las limitaciones que se convierten en un conflicto práctico que puede convertirse en algo grave si produce apegos afectivos.

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Ser periodista es no albergar conflictos y oposiciones contra políticos, banqueros, empresarios, pueblo y aquellas mayorías que se mueven como una sola masa en el abandono de su mediocridad ciudadana.

La apreciación valorativa del periodista no es el medio de comunicación. No lo ataca ni lo defiende. El medio es un bien simple un espacio común sobre el cual hay que expresar su vocación. Desde su espacio en el medio se percata de las pasiones, valoraciones, de lo sabio, de lo bueno, de lo justo y de lo injusto de las actuaciones de todos aquellos que pertenecen a ese orden extenso llamado sociedad.

Un periodista no presentará falta de fidelidad al medio que le ofrece ejercitar su vocación pero ganarse el sustento para su familia no hará que abdique de su razón y de su juicio. Para el periodista la expresión amigo-enemigo es ambigua. Están organizados como parte de la estructura social de los guatemaltecos.

Los trazos de la realidad guatemalteca son propicios para que el periodista no tome partido sino que su corazón sea frío aunque su alma sea pura. Una cosa es cierta el periodista guatemalteco no es indiferente ante la naturaleza más dura de la realidad guatemalteca.