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Sin jueces, no hay Derecho

Redacción
20 de diciembre, 2015
En el mundo del Derecho, las leyes no son lo que un abogado opina o cree, sino que son realmente lo que se cumple y lo que los tribunales obligan a cumplir.
El límite al abuso, ya sea de un particular o de un gobernante, no es lo que dice un texto, sino lo que dice un juez y le obliga a hacer.
Cuando se habla de seguridad y justicia siempre se piensa en la policía, los fiscales y leyes… Sin embargo, lo que realmente debe importar es la sentencia. Mientras tanto, puras conjeturas.
A nadie le es ajeno que hay muchas sentencias, en muchas materias, que causan polémica en Guatemala. La Corte de Constitucionalidad hace públicas sus sentencias y allí encontramos sentencias que son totalmente contrarias a años de doctrina, historia y opiniones de jurisconsultos, no sólo de acá, sino del mundo. Tenemos que los mismos magistrados ven una cosa como “inconstitucional” y unos meses después, el mismo asunto de fondo, aunque diferente “ley”, resulta que sí es constitucional. Esto es totalmente una vergüenza. El más alto tribunal hace eso, no digamos los inferiores.
La justicia empieza y termina en los tribunales. Empieza en ellos, pero no sólo en los tribunales penales. Empieza en todos los tribunales, especialmente los de paz. Esos que ya dejaron de existir realmente en Guatemala. Un pleito entre vecinos, una discusión por los honorarios de un plomero o electricista, un hurto de unas gallinas son materia que estos tribunales “menores” deberían de resolver y en un par de días. Esos tribunales tienen mucho más incidencia en seguridad y justicia que el Juez Gálvez. Él tiene casos notorios, famosos, de gran impacto mediático, pero de poco fondo para la paz y seguridad ciudadana. Los 13 muertos diarios no son producto de la corrupción. Se estimaba que un 70% de los muertos violentos en Guatemala son producto de relaciones cercanas. Líos de faldas, licor o deudas.
La imposibilidad de acceder a un juez rápidamente y barato y tener una resolución en pocas horas es mucho más importante que tener un policía en cada esquina. Un policía que no logra una orden judicial para allanar un lugar, sirve poco. Sirve poco también si el pariente o vecino que tiene una deuda deja de pagar a su vecino y no hay manera que se llegue a una orden de pago y un policía tenga que llegar a secuestrar aunque sea un televisor para saldar la deuda. El resultado será que se arreglarán con un machete, una bala o un sicario.
El sistema de Derecho necesita que:
  1. Se acuda a un juez en horas;
  2. Se resuelva un asunto en días, máximo meses.
  3. Se elimine esa cultura del “formalismo” para discutir el fondo.
  4. En juzgados de paz no debe ser necesario el abogado. Es más, propongo que no sea necesario que los litigios requieran abogados, como es ahora. Eso hace que haya mucho tecnicismo, formalismo y estrategias de retardo.
  5. Las sentencias deben ser públicas. Todas.
Pidamos cambios en ese sentido

Sin jueces, no hay Derecho

Redacción
20 de diciembre, 2015
En el mundo del Derecho, las leyes no son lo que un abogado opina o cree, sino que son realmente lo que se cumple y lo que los tribunales obligan a cumplir.
El límite al abuso, ya sea de un particular o de un gobernante, no es lo que dice un texto, sino lo que dice un juez y le obliga a hacer.
Cuando se habla de seguridad y justicia siempre se piensa en la policía, los fiscales y leyes… Sin embargo, lo que realmente debe importar es la sentencia. Mientras tanto, puras conjeturas.
A nadie le es ajeno que hay muchas sentencias, en muchas materias, que causan polémica en Guatemala. La Corte de Constitucionalidad hace públicas sus sentencias y allí encontramos sentencias que son totalmente contrarias a años de doctrina, historia y opiniones de jurisconsultos, no sólo de acá, sino del mundo. Tenemos que los mismos magistrados ven una cosa como “inconstitucional” y unos meses después, el mismo asunto de fondo, aunque diferente “ley”, resulta que sí es constitucional. Esto es totalmente una vergüenza. El más alto tribunal hace eso, no digamos los inferiores.
La justicia empieza y termina en los tribunales. Empieza en ellos, pero no sólo en los tribunales penales. Empieza en todos los tribunales, especialmente los de paz. Esos que ya dejaron de existir realmente en Guatemala. Un pleito entre vecinos, una discusión por los honorarios de un plomero o electricista, un hurto de unas gallinas son materia que estos tribunales “menores” deberían de resolver y en un par de días. Esos tribunales tienen mucho más incidencia en seguridad y justicia que el Juez Gálvez. Él tiene casos notorios, famosos, de gran impacto mediático, pero de poco fondo para la paz y seguridad ciudadana. Los 13 muertos diarios no son producto de la corrupción. Se estimaba que un 70% de los muertos violentos en Guatemala son producto de relaciones cercanas. Líos de faldas, licor o deudas.
La imposibilidad de acceder a un juez rápidamente y barato y tener una resolución en pocas horas es mucho más importante que tener un policía en cada esquina. Un policía que no logra una orden judicial para allanar un lugar, sirve poco. Sirve poco también si el pariente o vecino que tiene una deuda deja de pagar a su vecino y no hay manera que se llegue a una orden de pago y un policía tenga que llegar a secuestrar aunque sea un televisor para saldar la deuda. El resultado será que se arreglarán con un machete, una bala o un sicario.
El sistema de Derecho necesita que:
  1. Se acuda a un juez en horas;
  2. Se resuelva un asunto en días, máximo meses.
  3. Se elimine esa cultura del “formalismo” para discutir el fondo.
  4. En juzgados de paz no debe ser necesario el abogado. Es más, propongo que no sea necesario que los litigios requieran abogados, como es ahora. Eso hace que haya mucho tecnicismo, formalismo y estrategias de retardo.
  5. Las sentencias deben ser públicas. Todas.
Pidamos cambios en ese sentido