En mi artículo del lunes 21 de diciembre escribo sobre los retos a nivel macro, que afectan a la comunidad global, Guatemala incluida. Esta vez quisiera referirme a los retos que enfrentará Guatemala específicamente, en el año venidero. Estamos iniciando con las arcas del Estado al rojo vivo, con cambio de gobierno, con una agenda nacional nueva y aún no enteramente conocida, con profundos problemas institucionales, retos socio-económicos complejos, y una crisis de corrupción y mediocracia profunda.
Ahora bien, creo que de todo esto estamos plenamente conscientes los chapines y estamos muchos comprometidos con el reto que implica, excepto quizás algunos políticos y diputados que parecieran vivir en otro planeta. Por primera vez la sociedad civil demostró poder unirse y poner el bien común por encima de intereses propios, y luchando pacíficamente sacamos del poder a quienes urgía remover de sus cargos. Eso indica que cuando queremos, podemos trabajar juntos. Estamos consientes que donde no coincidimos es en la forma de abordar los retos. Y eso es en sí, un enorme desafío que debemos superar de una forma u otra. Quizás si tratamos de dejar nuestros apasionamientos de lado, y enfocarnos en los denominadores comunes, podamos encontrar un punto de convergencia para trabajar unidos.
Limpiar las instituciones del Estado serán otro obstáculo enorme para el país que debemos afrontar tanto el Estado como la ciudadanía en general. El Presidente Electo, Jimmy Morales, encontrará instituciones contaminadas de gente que no tiene idea para que esta allí, de personas a las que lo último que les interesa es servir a los guatemaltecos, que cuando uno va realizar un trámite le responden como si le hicieran a uno un favor en lugar de prestar un servicio como Dios manda. ¡Y así como son con esa actitud, son para todo! Negligencia, mediocracia, indiferencia, abuso de poder, son la norma. Eso debe cambiar. De nada sirve que cambien las cabezas de las dependencias del Estado si la gente misma, los mandos medios y bajos, no entienden que está en sí mismos modificar su propia actitud. Creo que en este punto debemos hacer conciencia, pero no con grosería ni con malos modos, sino con mucha educación afrontarlos y recordarles que si un Presidente de la República y una Vicepresidenta están presos por actuar mal, todos debemos afrontar las consecuencias de nuestros actos y que el mal no sólo se lo hacen a quién está tratando de realizar un trámite sino a Guatemala misma. En lo personal, si me dan un mal servicio o me atienden de mala manera, simplemente les diré “mire lo que la vida le ha deparado al Presidente, creo que demuestra que debemos portarnos bien. Tanto usted como yo debemos trabajar con honestidad, y tratarnos con respeto. Yo le he pedido por favor y le daré las gracias, a usted corresponde hacer su parte”. Recordemos que aunque la cabeza funcione, son las manos las que ejecutan. Con respeto mutuo todo se puede lograr.
Depurar el Congreso será igualmente cuesta arriba, pero no imposible. Guatemala necesita una reforma substantiva a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, el problema es que esa reforma está en manos de los mediocres, ineptos y corruptos a los que afectaría directamente. Quizás nos toque volver a las calles a exigir pacíficamente que hagan su trabajo. Creo que el Presidente Morales apoyará esos cambios, así que intentemos como opinión pública mantener el dedo en el renglón y presionar para que las bancadas se pongan las pilas con este tema tan importante. El Congreso debe aprobar las reformas a la Ley del Servicio Civil, aprobar la Ley Emergente de Conservación de Empleo, entre otros temas. No deben procrastinar, pero nosotros, sus empleadores, no debemos desmayar y dejarlos salirse con la suya.
Al Organismo Judicial y todo el aparato de seguridad del Estado no lo podemos dejar sin mención, dado que la seguridad y la corrupción son dos áreas esenciales que debemos arreglar. Nuestra Fiscal de Hierro, la Licda. Thelma Aldana, ha hecho lo que ningún otro Fiscal y con ello, renovado nuestra fe en que las cosas puedan mejorar. Pero no depende sólo de ella. De nada sirve que el MP haga su trabajo si las fuerzas del orden y los tribunales no cumplen y continúan corruptos. Urge que coordinen esfuerzos, que limpien filas, y que se pongan las Duracel todos a la vez. Necesitan insumos de todo tipo para lograrlo, y eso debe ser una prioridad. Este punto nos lleva al otro tema importante: la administración de los recursos del Estado.
No son suficientes unos parrafitos para tratar estos temas. Pero una cosa es segura, si no logramos un eficiente uso de los recursos del Estado, cortamos los gastos absurdos y superfluos, formalizamos al sector informal, y canalizamos los fondos con lógica y adecuadamente, nada avanzará. Es importantísimo que logremos una mejor administración de los recursos. No es con más impuestos que se arreglan las cosas. Es saneando las instituciones para que no se roben los impuestos que pagamos, y que éstos sean bien utilizados.
Es tanta la tela que cortar, que no es suficiente con estas líneas que ya se extendieron demasiado. Pero creo que lo que queda claro, es que todo está en nuestra actitud y voluntad de hacer las cosas bien. Desde la casa, el ciudadano individual, pone su grano de arena para continuar enderezando esta nueva Guatemala hacia la prosperidad y la paz que tanto anhelamos.
Que tengan todos una serena Navidad. Primero Dios sin accidentes, sin imprevistos, con tamalito y con sus seres queridos. Pienso en quienes han sufrido pérdidas familiares en estos días, y ruego al Señor les dé el consuelo que sus corazones necesitan. Que Dios los bendiga a todos, y que bendiga a nuestra amada Guatemala.
En mi artículo del lunes 21 de diciembre escribo sobre los retos a nivel macro, que afectan a la comunidad global, Guatemala incluida. Esta vez quisiera referirme a los retos que enfrentará Guatemala específicamente, en el año venidero. Estamos iniciando con las arcas del Estado al rojo vivo, con cambio de gobierno, con una agenda nacional nueva y aún no enteramente conocida, con profundos problemas institucionales, retos socio-económicos complejos, y una crisis de corrupción y mediocracia profunda.
Ahora bien, creo que de todo esto estamos plenamente conscientes los chapines y estamos muchos comprometidos con el reto que implica, excepto quizás algunos políticos y diputados que parecieran vivir en otro planeta. Por primera vez la sociedad civil demostró poder unirse y poner el bien común por encima de intereses propios, y luchando pacíficamente sacamos del poder a quienes urgía remover de sus cargos. Eso indica que cuando queremos, podemos trabajar juntos. Estamos consientes que donde no coincidimos es en la forma de abordar los retos. Y eso es en sí, un enorme desafío que debemos superar de una forma u otra. Quizás si tratamos de dejar nuestros apasionamientos de lado, y enfocarnos en los denominadores comunes, podamos encontrar un punto de convergencia para trabajar unidos.
Limpiar las instituciones del Estado serán otro obstáculo enorme para el país que debemos afrontar tanto el Estado como la ciudadanía en general. El Presidente Electo, Jimmy Morales, encontrará instituciones contaminadas de gente que no tiene idea para que esta allí, de personas a las que lo último que les interesa es servir a los guatemaltecos, que cuando uno va realizar un trámite le responden como si le hicieran a uno un favor en lugar de prestar un servicio como Dios manda. ¡Y así como son con esa actitud, son para todo! Negligencia, mediocracia, indiferencia, abuso de poder, son la norma. Eso debe cambiar. De nada sirve que cambien las cabezas de las dependencias del Estado si la gente misma, los mandos medios y bajos, no entienden que está en sí mismos modificar su propia actitud. Creo que en este punto debemos hacer conciencia, pero no con grosería ni con malos modos, sino con mucha educación afrontarlos y recordarles que si un Presidente de la República y una Vicepresidenta están presos por actuar mal, todos debemos afrontar las consecuencias de nuestros actos y que el mal no sólo se lo hacen a quién está tratando de realizar un trámite sino a Guatemala misma. En lo personal, si me dan un mal servicio o me atienden de mala manera, simplemente les diré “mire lo que la vida le ha deparado al Presidente, creo que demuestra que debemos portarnos bien. Tanto usted como yo debemos trabajar con honestidad, y tratarnos con respeto. Yo le he pedido por favor y le daré las gracias, a usted corresponde hacer su parte”. Recordemos que aunque la cabeza funcione, son las manos las que ejecutan. Con respeto mutuo todo se puede lograr.
Depurar el Congreso será igualmente cuesta arriba, pero no imposible. Guatemala necesita una reforma substantiva a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, el problema es que esa reforma está en manos de los mediocres, ineptos y corruptos a los que afectaría directamente. Quizás nos toque volver a las calles a exigir pacíficamente que hagan su trabajo. Creo que el Presidente Morales apoyará esos cambios, así que intentemos como opinión pública mantener el dedo en el renglón y presionar para que las bancadas se pongan las pilas con este tema tan importante. El Congreso debe aprobar las reformas a la Ley del Servicio Civil, aprobar la Ley Emergente de Conservación de Empleo, entre otros temas. No deben procrastinar, pero nosotros, sus empleadores, no debemos desmayar y dejarlos salirse con la suya.
Al Organismo Judicial y todo el aparato de seguridad del Estado no lo podemos dejar sin mención, dado que la seguridad y la corrupción son dos áreas esenciales que debemos arreglar. Nuestra Fiscal de Hierro, la Licda. Thelma Aldana, ha hecho lo que ningún otro Fiscal y con ello, renovado nuestra fe en que las cosas puedan mejorar. Pero no depende sólo de ella. De nada sirve que el MP haga su trabajo si las fuerzas del orden y los tribunales no cumplen y continúan corruptos. Urge que coordinen esfuerzos, que limpien filas, y que se pongan las Duracel todos a la vez. Necesitan insumos de todo tipo para lograrlo, y eso debe ser una prioridad. Este punto nos lleva al otro tema importante: la administración de los recursos del Estado.
No son suficientes unos parrafitos para tratar estos temas. Pero una cosa es segura, si no logramos un eficiente uso de los recursos del Estado, cortamos los gastos absurdos y superfluos, formalizamos al sector informal, y canalizamos los fondos con lógica y adecuadamente, nada avanzará. Es importantísimo que logremos una mejor administración de los recursos. No es con más impuestos que se arreglan las cosas. Es saneando las instituciones para que no se roben los impuestos que pagamos, y que éstos sean bien utilizados.
Es tanta la tela que cortar, que no es suficiente con estas líneas que ya se extendieron demasiado. Pero creo que lo que queda claro, es que todo está en nuestra actitud y voluntad de hacer las cosas bien. Desde la casa, el ciudadano individual, pone su grano de arena para continuar enderezando esta nueva Guatemala hacia la prosperidad y la paz que tanto anhelamos.
Que tengan todos una serena Navidad. Primero Dios sin accidentes, sin imprevistos, con tamalito y con sus seres queridos. Pienso en quienes han sufrido pérdidas familiares en estos días, y ruego al Señor les dé el consuelo que sus corazones necesitan. Que Dios los bendiga a todos, y que bendiga a nuestra amada Guatemala.