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Objetivismo: la virtud de la productividad – primera parte

Redacción
05 de enero, 2016

Productividad, es el hábito de aplicar la racionalidad a la adaptación de la naturaleza para uso humano, de crear bienes demandados, valores materiales, ya sean bienes o servicios, es decir, de crear riqueza. Es crear lucro.

Rand usa el término “valor material” en el sentido de la naturaleza material del producto o servicio en cuestión. O sea que el valor material es físico. Describe el trabajo productivo como “formar la materia para que se adapte al propósito de uno… y trasladar una idea a una forma física.” El producto del trabajo de una persona debe adquirir existencia física fuera de la mente del agente, como en el caso de quien se especializa en la cognición, que debe adquirir forma en un libro o una conferencia. Un compositor no ha creado valor material en tanto la melodía que ha creado no esté en papel o grabada.

Rand considera la creación de obras de arte, que satisfacen la necesidad de la consciencia humana de ver el mundo de sus valores en forma concreta, como trabajo productivo. Ella enfatiza la naturaleza de lo creado sobre la naturaleza de la necesidad que la creación satisface, aunque esta última, como el valor psicológico del arte, pueda afectar la bienandanza material de una persona. Lo que hace a un “valor material” material, y lo que hace a un “valor material” valioso son dos atributos distintos. El valor de una cosa depende de la relación que tenga con el florecimiento a largo plazo del individuo. La cosa valorada, puede, pero no necesita ser material. Por otro lado, no necesitamos saber nada del valor de una cosa para saber si es material. Lo que se necesita establecer es si la cosa existe como entidad física, es decir, su realidad física y no mental. Si su existencia es física, entonces es material.

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La productividad se refiere a un tipo particular de acción generadora de vida: la creación de valores materiales. El consumir valores, puede ser acción promotora o generadora de vida, pero no es lo mismo que crear valores materiales. Sólo esta última es productividad.

El hecho básico que hace de la productividad una virtud, es la circunstancia de que el humano debe crear valores materiales para mantener su vida. Su florecimiento depende de valores materiales, los que no existen en la naturaleza, ni están al alcance de su mano. El humano debe crear los valores, lo que significa que literalmente debe hacer su vida por medio de la acción productiva. La productividad es una virtud porque hace posible la vida humana. Rand lo explica de la siguiente manera:

“La productividad es… tu reconocimiento del hecho que elegiste vivir –que el trabajo productivo es el proceso por el cual la consciencia humana controla su existencia, un proceso constante de adquirir conocimiento y de formar la materia para adaptarla al propio propósito, de traducir una idea a forma física, de rehacer la tierra a la imagen de los propios valores…” [Atlas Shrugged, p.1020]

Y describe la virtud de la productividad como “el reconocimiento del hecho que el trabajo productivo es el proceso por el cual la mente humana sostiene su vida, el proceso que libera al hombre de la necesidad de ajustarse a su contexto, como hacen todos los animales, y le da el poder de ajustar su contexto a sí mismo.” [Objectivist Ethics. p29]

La supervivencia del humano depende de que su acción sea guiada por la razón y la producción, y no por el impulso y la apropiación. Los valores que hacen posible la existencia humana deben concebirse y crearse por el hombre. Al igual que la virtud de la independencia, la productividad se trata de que la persona haga su propio caminar en el mundo. Pero mientras la independencia se trata de una orientación particular hacia la realidad, la productividad se enfoca en una necesidad particular: la necesidad de producir valores materiales. La virtud de la productividad dirige al hombre al tipo de pensamiento y acción que es esencial en la creación de valores materiales.

Los humanos no nacen teniendo las habilidades, el conocimiento y la imaginación necesaria para crear valores materiales. Debemos adquirirlos por medio de un proceso volitivo que requiere esfuerzo, disciplina, propósito y virtudes como la independencia, la integridad y la honestidad. La habilidad para crear valores materiales, debe, a la vez, ser creada. La productividad, pues, no sólo se trata de que una persona se alimente y se vista, sino de que se convierta en el tipo de persona que puede proveer todos los valores materiales que requiere su vida. El ejercicio de la virtud de la productividad, sirve no sólo para satisfacer las necesidades de consumo de una persona, sino que además, la equipa para producir más valores materiales y así cuidarse a sí mismo en el futuro.

Aunque la razón para ser productivos reside en nuestra necesidad de crear valores materiales, la recompensa de ser productivos son también los valores mentales o psicológicos que ésta genera. Rand observa que el trabajo productivo necesita de creatividad, que es corolario del pensamiento independiente, y es el hábito de buscar soluciones nuevas, de explorar nuevas posibilidades, de visualizar nuevos modelos, y así producir nuevas ideas, formas de hacer o cosas con el propósito de mejorar las condiciones iniciales. También necesita de ambición, el deseo que lo mueve a uno a actuar con tenacidad para conseguir un valor con el propósito de mejorar, crecer, progresar, florecer; y de determinación, el hábito de resolver lo que se debe hacer y hacerlo. Así mismo, necesita también de laboriosidad, el hábito de ocuparse siempre en algo útil y no perder el tiempo; y de perseverancia, que es firmeza y constancia en la ejecución de los propósitos y en la realización de las cosas frente a los obstáculos. El productor de valores materiales necesita estar comprometido con su propósito, debe ser disciplinado, paciente, responsable, curioso y tener iniciativa, además de honesto e independiente.

La virtud más significativa que exige la productividad es la racionalidad. Como la productividad es un ejercicio de racionalidad, la persona productiva mejora su habilidad de razonar bien. Para tomar decisiones provechosas sobre cómo reducir costos, como desarrollar mejores técnicas de producción, como investigar, o como producir mejor, el productor debe guiarse por la observación de hechos relevantes e inferencias lógicas sobre sus implicaciones. Al ejercitar su racionalidad, así como las otras virtudes que demanda la productividad, el productor se beneficia en formas que exceden su ganancia material, pues adquiere habilidades para enfrentar otros retos, y conseguir un rango mayor de valores, como relaciones personales, logros atléticos, etc.

De esta manera, la productividad también fortalece el sentido de identidad de la persona y su auto-estima. Cuando la persona abraza el trabajo productivo como su propósito central, y le dedica el tiempo y energía que demanda, éste se vuelve parte integral de su propia imagen, estableciendo lo que es importante para ella. Las cosas que le interesarán, como libros, ciertas personas, eventos, noticias, estarán determinadas por el impacto potencial en su trabajo.

En cuanto a la auto-estima, el trabajo productivo le confiere a la persona la confianza en sí mismo y la sensación de valía, el conocimiento de que puede hacerse cargo de sí mismo exitosamente, y de que es competente para manejar su vida. Rand nos dice que la razón para ser productivo es que fomenta la felicidad propia.

Objetivismo: la virtud de la productividad – primera parte

Redacción
05 de enero, 2016

Productividad, es el hábito de aplicar la racionalidad a la adaptación de la naturaleza para uso humano, de crear bienes demandados, valores materiales, ya sean bienes o servicios, es decir, de crear riqueza. Es crear lucro.

Rand usa el término “valor material” en el sentido de la naturaleza material del producto o servicio en cuestión. O sea que el valor material es físico. Describe el trabajo productivo como “formar la materia para que se adapte al propósito de uno… y trasladar una idea a una forma física.” El producto del trabajo de una persona debe adquirir existencia física fuera de la mente del agente, como en el caso de quien se especializa en la cognición, que debe adquirir forma en un libro o una conferencia. Un compositor no ha creado valor material en tanto la melodía que ha creado no esté en papel o grabada.

Rand considera la creación de obras de arte, que satisfacen la necesidad de la consciencia humana de ver el mundo de sus valores en forma concreta, como trabajo productivo. Ella enfatiza la naturaleza de lo creado sobre la naturaleza de la necesidad que la creación satisface, aunque esta última, como el valor psicológico del arte, pueda afectar la bienandanza material de una persona. Lo que hace a un “valor material” material, y lo que hace a un “valor material” valioso son dos atributos distintos. El valor de una cosa depende de la relación que tenga con el florecimiento a largo plazo del individuo. La cosa valorada, puede, pero no necesita ser material. Por otro lado, no necesitamos saber nada del valor de una cosa para saber si es material. Lo que se necesita establecer es si la cosa existe como entidad física, es decir, su realidad física y no mental. Si su existencia es física, entonces es material.

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La productividad se refiere a un tipo particular de acción generadora de vida: la creación de valores materiales. El consumir valores, puede ser acción promotora o generadora de vida, pero no es lo mismo que crear valores materiales. Sólo esta última es productividad.

El hecho básico que hace de la productividad una virtud, es la circunstancia de que el humano debe crear valores materiales para mantener su vida. Su florecimiento depende de valores materiales, los que no existen en la naturaleza, ni están al alcance de su mano. El humano debe crear los valores, lo que significa que literalmente debe hacer su vida por medio de la acción productiva. La productividad es una virtud porque hace posible la vida humana. Rand lo explica de la siguiente manera:

“La productividad es… tu reconocimiento del hecho que elegiste vivir –que el trabajo productivo es el proceso por el cual la consciencia humana controla su existencia, un proceso constante de adquirir conocimiento y de formar la materia para adaptarla al propio propósito, de traducir una idea a forma física, de rehacer la tierra a la imagen de los propios valores…” [Atlas Shrugged, p.1020]

Y describe la virtud de la productividad como “el reconocimiento del hecho que el trabajo productivo es el proceso por el cual la mente humana sostiene su vida, el proceso que libera al hombre de la necesidad de ajustarse a su contexto, como hacen todos los animales, y le da el poder de ajustar su contexto a sí mismo.” [Objectivist Ethics. p29]

La supervivencia del humano depende de que su acción sea guiada por la razón y la producción, y no por el impulso y la apropiación. Los valores que hacen posible la existencia humana deben concebirse y crearse por el hombre. Al igual que la virtud de la independencia, la productividad se trata de que la persona haga su propio caminar en el mundo. Pero mientras la independencia se trata de una orientación particular hacia la realidad, la productividad se enfoca en una necesidad particular: la necesidad de producir valores materiales. La virtud de la productividad dirige al hombre al tipo de pensamiento y acción que es esencial en la creación de valores materiales.

Los humanos no nacen teniendo las habilidades, el conocimiento y la imaginación necesaria para crear valores materiales. Debemos adquirirlos por medio de un proceso volitivo que requiere esfuerzo, disciplina, propósito y virtudes como la independencia, la integridad y la honestidad. La habilidad para crear valores materiales, debe, a la vez, ser creada. La productividad, pues, no sólo se trata de que una persona se alimente y se vista, sino de que se convierta en el tipo de persona que puede proveer todos los valores materiales que requiere su vida. El ejercicio de la virtud de la productividad, sirve no sólo para satisfacer las necesidades de consumo de una persona, sino que además, la equipa para producir más valores materiales y así cuidarse a sí mismo en el futuro.

Aunque la razón para ser productivos reside en nuestra necesidad de crear valores materiales, la recompensa de ser productivos son también los valores mentales o psicológicos que ésta genera. Rand observa que el trabajo productivo necesita de creatividad, que es corolario del pensamiento independiente, y es el hábito de buscar soluciones nuevas, de explorar nuevas posibilidades, de visualizar nuevos modelos, y así producir nuevas ideas, formas de hacer o cosas con el propósito de mejorar las condiciones iniciales. También necesita de ambición, el deseo que lo mueve a uno a actuar con tenacidad para conseguir un valor con el propósito de mejorar, crecer, progresar, florecer; y de determinación, el hábito de resolver lo que se debe hacer y hacerlo. Así mismo, necesita también de laboriosidad, el hábito de ocuparse siempre en algo útil y no perder el tiempo; y de perseverancia, que es firmeza y constancia en la ejecución de los propósitos y en la realización de las cosas frente a los obstáculos. El productor de valores materiales necesita estar comprometido con su propósito, debe ser disciplinado, paciente, responsable, curioso y tener iniciativa, además de honesto e independiente.

La virtud más significativa que exige la productividad es la racionalidad. Como la productividad es un ejercicio de racionalidad, la persona productiva mejora su habilidad de razonar bien. Para tomar decisiones provechosas sobre cómo reducir costos, como desarrollar mejores técnicas de producción, como investigar, o como producir mejor, el productor debe guiarse por la observación de hechos relevantes e inferencias lógicas sobre sus implicaciones. Al ejercitar su racionalidad, así como las otras virtudes que demanda la productividad, el productor se beneficia en formas que exceden su ganancia material, pues adquiere habilidades para enfrentar otros retos, y conseguir un rango mayor de valores, como relaciones personales, logros atléticos, etc.

De esta manera, la productividad también fortalece el sentido de identidad de la persona y su auto-estima. Cuando la persona abraza el trabajo productivo como su propósito central, y le dedica el tiempo y energía que demanda, éste se vuelve parte integral de su propia imagen, estableciendo lo que es importante para ella. Las cosas que le interesarán, como libros, ciertas personas, eventos, noticias, estarán determinadas por el impacto potencial en su trabajo.

En cuanto a la auto-estima, el trabajo productivo le confiere a la persona la confianza en sí mismo y la sensación de valía, el conocimiento de que puede hacerse cargo de sí mismo exitosamente, y de que es competente para manejar su vida. Rand nos dice que la razón para ser productivo es que fomenta la felicidad propia.