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¿Cuáles son los escándalos más sonados de esta legislatura?

Ana González
05 de mayo, 2016

El primer período ordinario de esta legislatura está marcado por escándalos mediáticos, más que por la aprobación de leyes importantes o una eficaz labor de fiscalización, lo que concluye en una pobre representación de los electores en el Congreso de la República.

La legislatura inició con un paso inesperado, sacó a relucir el número de contratos con altas remuneraciones, poniéndole fin a uno de los secretos mejor guardados. Esto abrió la puerta de un posible cambio al organismo más desacreditado.

La expectativa continuó cuando se puso sobre el tapete una posible negociación del Pacto Colectivo para poner fin a privilegios laborales que no van acordes a la realidad nacional, en especial el aumento anual del 10 por ciento que goza todo el personal permanente.

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La vieja política, ¿se refresca?

Las nuevas y numerosas contrataciones en varias direcciones del Congreso con salarios envidiables para cualquier guatemalteco, y una renegociación muerta del Pacto Colectivo, empezó a echar por tierra las presuntas intenciones de transformación del siempre polémico presidente Mario Taracena; sin embargo, para el político el balance es positivo.

“El balance ha sido bueno. Hubo avances en el tema de transparencia y en el tema político”, asegura el presidente del Congreso, Mario Taracena. Al consultarle cómo evalúa la legislatura, enumera el destape de las plazas, las reformas a la Ley Orgánica del Congreso y el hecho de que los legisladores no pueden tener más de tres trabajadores.

En lo político, resalta la aprobación de la Ley Electoral. “Estamos trabajando en la segunda generación de reformas”, subraya. En cuanto al tema del pacto colectivo, reconoce que las pláticas con los sindicalistas no van por buen camino. “Se está acabando el diálogo, veo venir grandes problemas, pero sé que ganaremos la batalla”, destaca.

Taracena acepta que la gestión no ha sido fácil, pues los grandes cambios tocan intereses. Aunque varios ciudadanos aplauden su gestión, algunos le retiraron el apoyo cuando se filtró un audio donde el congresista no da mérito al movimiento ciudadano.

Sin embargo, las filtraciones más escandalosas provienen de la bancada oficial en donde el joven e inexperto diputado Juan Manuel Giordano, demuestra un desprecio por las instituciones democráticas, al revelar su intención de someter al gobernador de San Marcos.

De igual forma, el bloque del Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), está en el ojo del huracán luego de que trascendiera la forma abusiva y racista en la cual intentaron presionar a la gobernadora de Alta Verapaz, Estela Ventura, lo cual derivó en una denuncia y el inicio de un proceso de antejuicio para ocho de sus diputados.

Estas acciones son suficientes para que algunos analistas sostengan que la nueva conformación del Congreso no cuenta con una renovación de la clase política, sino simplemente un relevo de protagonistas de la vieja política, incluso con nuevos y jóvenes elementos.

De más a menos

El analista independiente, Pablo Boiton, considera favorables las acciones emprendidas por la actual legislatura; no obstante, las expectativas se enfriaron y van de más a menos, pues se requiere de mayor peso político para lograr cambios sustanciales.

En relación con las contrataciones de personal, Boiton da un voto de confianza si están encaminadas a perfeccionar los procesos legislativos, siempre y cuando se adhieran a la transparencia por medio de una remuneración “justa”, es decir, sin excesos.

“Si bien es lógico que existan nuevas contrataciones para echar a andar nuevos proyectos, si los salarios siguen siendo altos, el discurso de Taracena no va de la mano con los ofrecimientos de cambiar las cosas en el Congreso”, afirma.

Manfredo Marroquín, de Acción Ciudadana, es más crítico al indicar que esta legislatura no termina de asimilar el creciente descontento de la población. “Los diputados siguen divorciados de la realidad. El trabajo de Taracena no ha sido malo, pero sigue siendo un ave solitaria, incluso dentro de su propia bancada”, afirma el analista.

Marroquín no descarta que de no cambiar el rumbo de las cosas, la población volverá a levantarse, pero esta vez contra los 158 diputados, con lo cual las voces de la depuración y por una nueva Asamblea Nacional Constituyente, se irán profundizando.

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Ana González
05 de mayo, 2016

El primer período ordinario de esta legislatura está marcado por escándalos mediáticos, más que por la aprobación de leyes importantes o una eficaz labor de fiscalización, lo que concluye en una pobre representación de los electores en el Congreso de la República.

La legislatura inició con un paso inesperado, sacó a relucir el número de contratos con altas remuneraciones, poniéndole fin a uno de los secretos mejor guardados. Esto abrió la puerta de un posible cambio al organismo más desacreditado.

La expectativa continuó cuando se puso sobre el tapete una posible negociación del Pacto Colectivo para poner fin a privilegios laborales que no van acordes a la realidad nacional, en especial el aumento anual del 10 por ciento que goza todo el personal permanente.

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Las nuevas y numerosas contrataciones en varias direcciones del Congreso con salarios envidiables para cualquier guatemalteco, y una renegociación muerta del Pacto Colectivo, empezó a echar por tierra las presuntas intenciones de transformación del siempre polémico presidente Mario Taracena; sin embargo, para el político el balance es positivo.

“El balance ha sido bueno. Hubo avances en el tema de transparencia y en el tema político”, asegura el presidente del Congreso, Mario Taracena. Al consultarle cómo evalúa la legislatura, enumera el destape de las plazas, las reformas a la Ley Orgánica del Congreso y el hecho de que los legisladores no pueden tener más de tres trabajadores.

En lo político, resalta la aprobación de la Ley Electoral. “Estamos trabajando en la segunda generación de reformas”, subraya. En cuanto al tema del pacto colectivo, reconoce que las pláticas con los sindicalistas no van por buen camino. “Se está acabando el diálogo, veo venir grandes problemas, pero sé que ganaremos la batalla”, destaca.

Taracena acepta que la gestión no ha sido fácil, pues los grandes cambios tocan intereses. Aunque varios ciudadanos aplauden su gestión, algunos le retiraron el apoyo cuando se filtró un audio donde el congresista no da mérito al movimiento ciudadano.

Sin embargo, las filtraciones más escandalosas provienen de la bancada oficial en donde el joven e inexperto diputado Juan Manuel Giordano, demuestra un desprecio por las instituciones democráticas, al revelar su intención de someter al gobernador de San Marcos.

De igual forma, el bloque del Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), está en el ojo del huracán luego de que trascendiera la forma abusiva y racista en la cual intentaron presionar a la gobernadora de Alta Verapaz, Estela Ventura, lo cual derivó en una denuncia y el inicio de un proceso de antejuicio para ocho de sus diputados.

Estas acciones son suficientes para que algunos analistas sostengan que la nueva conformación del Congreso no cuenta con una renovación de la clase política, sino simplemente un relevo de protagonistas de la vieja política, incluso con nuevos y jóvenes elementos.

De más a menos

El analista independiente, Pablo Boiton, considera favorables las acciones emprendidas por la actual legislatura; no obstante, las expectativas se enfriaron y van de más a menos, pues se requiere de mayor peso político para lograr cambios sustanciales.

En relación con las contrataciones de personal, Boiton da un voto de confianza si están encaminadas a perfeccionar los procesos legislativos, siempre y cuando se adhieran a la transparencia por medio de una remuneración “justa”, es decir, sin excesos.

“Si bien es lógico que existan nuevas contrataciones para echar a andar nuevos proyectos, si los salarios siguen siendo altos, el discurso de Taracena no va de la mano con los ofrecimientos de cambiar las cosas en el Congreso”, afirma.

Manfredo Marroquín, de Acción Ciudadana, es más crítico al indicar que esta legislatura no termina de asimilar el creciente descontento de la población. “Los diputados siguen divorciados de la realidad. El trabajo de Taracena no ha sido malo, pero sigue siendo un ave solitaria, incluso dentro de su propia bancada”, afirma el analista.

Marroquín no descarta que de no cambiar el rumbo de las cosas, la población volverá a levantarse, pero esta vez contra los 158 diputados, con lo cual las voces de la depuración y por una nueva Asamblea Nacional Constituyente, se irán profundizando.