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Objetivismo: una filosofía benevolente

Redacción
16 de agosto, 2016

Ayn Rand nos presentó en sus novelas La Rebelión de Atlas y El Manantial una filosofía, de tinte aristotélico, que enseña, no como sufrir y morir, sino como vivir y disfrutar; muestra un universo inteligible y benevolente, no uno ininteligible y malevolente; que la vida del individuo es un valor y consecuencia de la acción auto generada y auto sustentante exitosa, no un castigo y consecuencia de la manipulación por fuerzas fuera de su control; que la razón como facultad que identifica la realidad es un valor y un instrumento eficaz de sobrevivencia, no un instrumento de engaño que debe abandonarse y sustituirse por los instintos para vivir; que el éxito, la felicidad y la prosperidad es posible para el hombre, no que el hombre por su naturaleza es impotente y está destinado al fracaso. Muestra al hombre como el ser que conceptualiza y por tanto, el que es capaz de conocer relaciones causales en la realidad, que, respetando la primacía de la existencia, le permite construir un mundo a la imagen de sus ideales. Es una visión del hombre heroico, que elige vivir, que elige ser plenamente consciente, que elige ser moral, que elige enfocar, que elige razonar, que elige valorar, que elige actuar para modelar y transformar el mundo.

El Objetivismo es una filosofía que valora el instrumento de sobrevivencia del hombre: la razón. Invita a desarrollarla y conservarla mediante el ejercicio constante, ya que es el único medio del que dispone el hombre para identificar la realidad. Identifica que para ser feliz, para florecer, hay que aplicar la propia razón a la actividad de preocuparse del interés propio, que es lo que le es provechoso a uno a largo plazo.
Es el Objetivismo una filosofía que identifica que el ser humano no es un intelecto separado del cuerpo, ni es solamente una mente que habita un cuerpo. El hombre es un organismo, un ente consciente, una persona. Y sólo como persona puede relacionarse efectivamente con el mundo. Sólo si es una unidad integral, real para sí misma. Sólo si es integral en pensamiento, sentimiento y comportamiento corporal.

También identifica el Objetivismo que el ser humano es un fin en sí mismo, que su propósito moral es vivir su propia vida floreciendo. Que puede alcanzar mejor sus fines cooperando con otros hombres en sociedad. Pero no cualquier tipo de sociedad. Sólo aquella donde se respetan mutuamente los asociados. Sólo aquella que reconoce que cada uno debe poder actuar sensatamente, de acuerdo a su mejor juicio, sin impedimento alguno. Sólo aquella que no pretende sacrificar o esclavizar a nadie. Sólo aquella donde los asociados reconocen a cada uno su derecho a la vida, a la libertad, a su propiedad, y a la búsqueda de su felicidad. Sólo aquella en que se intercambia valor por valor. Sólo aquella que es una asociación voluntaria de productores libres con el fin de vivir una vida virtuosa, y por lo tanto próspera.

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Esta visión benevolente de la existencia queda bien retratada en las palabras de Ayn Rand en La Rebelión de Atlas, escritas en el Atlas Libertas, el relieve de la Escuela de Negocios de la Universidad Francisco Marroquín, hecho por el escultor Walter Peter:

EN EL NOMBRE DE LO MEJOR QUE HAY EN TI, NO SACRIFIQUES ESTE MUNDO EN FAVOR DE AQUELLOS QUE SON LOS PEORES. EN EL NOMBRE DE LOS VALORES QUE TE MANTIENEN VIVO, NO DEJES QUE TU VISIÓN DEL HOMBRE SEA DISTORSIONADA POR LA PERVERSIDAD, LA COBARDÍA, LA ESTUPIDEZ DE AQUELLOS QUE NUNCA SE HAN GANADO EL TÍTULO DE HOMBRES. …

NO DEJES QUE EL HÉROE QUE HAY EN TU ALMA PEREZCA, EN SOLITARIA FRUSTRACIÓN, PORQUE NUNCA HAS PODIDO ALCANZAR LA VIDA QUE TE MERECES. EXAMINA TU CAMINO Y LA NATURALEZA DE TU BATALLA. EL MUNDO QUE DESEAS PUEDE CONSEGUIRSE, EXISTE, ES REAL, ES POSIBLE, ES TUYO.
AYN RAND

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo

Objetivismo: una filosofía benevolente

Redacción
16 de agosto, 2016

Ayn Rand nos presentó en sus novelas La Rebelión de Atlas y El Manantial una filosofía, de tinte aristotélico, que enseña, no como sufrir y morir, sino como vivir y disfrutar; muestra un universo inteligible y benevolente, no uno ininteligible y malevolente; que la vida del individuo es un valor y consecuencia de la acción auto generada y auto sustentante exitosa, no un castigo y consecuencia de la manipulación por fuerzas fuera de su control; que la razón como facultad que identifica la realidad es un valor y un instrumento eficaz de sobrevivencia, no un instrumento de engaño que debe abandonarse y sustituirse por los instintos para vivir; que el éxito, la felicidad y la prosperidad es posible para el hombre, no que el hombre por su naturaleza es impotente y está destinado al fracaso. Muestra al hombre como el ser que conceptualiza y por tanto, el que es capaz de conocer relaciones causales en la realidad, que, respetando la primacía de la existencia, le permite construir un mundo a la imagen de sus ideales. Es una visión del hombre heroico, que elige vivir, que elige ser plenamente consciente, que elige ser moral, que elige enfocar, que elige razonar, que elige valorar, que elige actuar para modelar y transformar el mundo.

El Objetivismo es una filosofía que valora el instrumento de sobrevivencia del hombre: la razón. Invita a desarrollarla y conservarla mediante el ejercicio constante, ya que es el único medio del que dispone el hombre para identificar la realidad. Identifica que para ser feliz, para florecer, hay que aplicar la propia razón a la actividad de preocuparse del interés propio, que es lo que le es provechoso a uno a largo plazo.
Es el Objetivismo una filosofía que identifica que el ser humano no es un intelecto separado del cuerpo, ni es solamente una mente que habita un cuerpo. El hombre es un organismo, un ente consciente, una persona. Y sólo como persona puede relacionarse efectivamente con el mundo. Sólo si es una unidad integral, real para sí misma. Sólo si es integral en pensamiento, sentimiento y comportamiento corporal.

También identifica el Objetivismo que el ser humano es un fin en sí mismo, que su propósito moral es vivir su propia vida floreciendo. Que puede alcanzar mejor sus fines cooperando con otros hombres en sociedad. Pero no cualquier tipo de sociedad. Sólo aquella donde se respetan mutuamente los asociados. Sólo aquella que reconoce que cada uno debe poder actuar sensatamente, de acuerdo a su mejor juicio, sin impedimento alguno. Sólo aquella que no pretende sacrificar o esclavizar a nadie. Sólo aquella donde los asociados reconocen a cada uno su derecho a la vida, a la libertad, a su propiedad, y a la búsqueda de su felicidad. Sólo aquella en que se intercambia valor por valor. Sólo aquella que es una asociación voluntaria de productores libres con el fin de vivir una vida virtuosa, y por lo tanto próspera.

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Esta visión benevolente de la existencia queda bien retratada en las palabras de Ayn Rand en La Rebelión de Atlas, escritas en el Atlas Libertas, el relieve de la Escuela de Negocios de la Universidad Francisco Marroquín, hecho por el escultor Walter Peter:

EN EL NOMBRE DE LO MEJOR QUE HAY EN TI, NO SACRIFIQUES ESTE MUNDO EN FAVOR DE AQUELLOS QUE SON LOS PEORES. EN EL NOMBRE DE LOS VALORES QUE TE MANTIENEN VIVO, NO DEJES QUE TU VISIÓN DEL HOMBRE SEA DISTORSIONADA POR LA PERVERSIDAD, LA COBARDÍA, LA ESTUPIDEZ DE AQUELLOS QUE NUNCA SE HAN GANADO EL TÍTULO DE HOMBRES. …

NO DEJES QUE EL HÉROE QUE HAY EN TU ALMA PEREZCA, EN SOLITARIA FRUSTRACIÓN, PORQUE NUNCA HAS PODIDO ALCANZAR LA VIDA QUE TE MERECES. EXAMINA TU CAMINO Y LA NATURALEZA DE TU BATALLA. EL MUNDO QUE DESEAS PUEDE CONSEGUIRSE, EXISTE, ES REAL, ES POSIBLE, ES TUYO.
AYN RAND

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo