Ya Quetzaltenango se merece un aeropuerto internacional. Y, como sería recomendable por las leyes de la física y seguridad de la navegación aérea, éste podría ubicarse a unos 40 kilómetros, más o menos, a baja altura sobre el nivel del mar, digamos… en Retalhuleu.
Un subproducto de tener 1.5 millones de migrantes guatemaltecos residentes en Norteamérica, es que provocan visitas familiares en ambas vías. Por la vía aérea casi todos. Por otro lado, las estadísticas del INGUAT nos informan que los turistas que ingresaron por vía aérea en el 2015 fueron 676,000 y que los guatemaltecos que viajaron al exterior por la misma vía fueron 530,000. El turista que vino, regresó a su país de origen. El guatemalteco que viajó, también regresó a casa. Volaron otra vez.
Estos datos son referenciales. Habría que matizarlos con el hecho de que hay turistas que llegan por avión pero salen por frontera terrestre como parte de circuitos turísticos regionales. O con el hecho que algunos connacionales que llegan a la visita familiar son “contados” como turistas. De hecho, muchos ya lo son y se comportan como tales.
Quetzaltenango ya es una metrópoli de influencia regional. Podemos estimar que dentro de un radio de 75 kilómetros del Aeropuerto Internacional de Quetzaltenango ubicado en Retalhuleu, viven unos 5.5 millones de guatemaltecos, muchos de ellos con vínculos familiares con la comunidad migrante y además constituye una región de grandes atractivos culturales, naturales e históricos. Un turista podría llegar a un aeropuerto y salir de otro, para optimizar su tiempo y abarcar más de la bella Guatemala.
Las comparaciones son algunas veces incómodas pero necesarias. A Belice ingresaron en el 2015, por la vía aérea, 350,000 turistas. Tantos como el total de su población. Belice es un país con poca población y relativamente pocos migrantes, así que ellos no agregan mucho al movimiento de su aeropuerto. Este movimiento de turistas permite que al Belize International Airport lleguen vuelos diarios de 4 compañías aéreas de los Estados Unidos, 1 colombiana, frecuencias de 3 veces por semana de una canadiense y 2 líneas aéreas domésticas que también hacen vuelos internacionales hacia Guatemala, México y Honduras. Estos datos del país vecino, permiten asegurar que el movimiento que generaría el Aeropuerto Internacional de Quetzaltenango podría ser, conservadoramente, por lo menos, similar al beliceño y por lo tanto, ser atractivo para las grandes líneas aéreas. Ser atractivo para una inversión y administración público-privada.
Las líneas aéreas que actualmente vuelan 2 o 3 veces diarias a Ciudad de Guatemala, en principio podría interesarles trasladar uno de esos vuelos al aeropuerto quetzalteco (en Reu) para atender el mismo mercado, al que se le puede incorporar la población del sur de Chiapas, más de medio millón de personas. Sería el aeropuerto internacional más cercano a Tapachula. Sería también el aeropuerto alterno para aterrizar cuando el aeropuerto de Ciudad de Guatemala está climáticamente cerrado, en lugar de que siga siendo el Aeropuerto de El Salvador.
Por su ubicación, podría ser el aeropuerto del que salgan vuelos con duración de más de 4.5 horas, que no pueden salir de La Aurora. Aviones de carga con productos perecederos hacia Europa.
Tenemos tantas oportunidades y a veces pareciera que no las vemos.
República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo
Ya Quetzaltenango se merece un aeropuerto internacional. Y, como sería recomendable por las leyes de la física y seguridad de la navegación aérea, éste podría ubicarse a unos 40 kilómetros, más o menos, a baja altura sobre el nivel del mar, digamos… en Retalhuleu.
Un subproducto de tener 1.5 millones de migrantes guatemaltecos residentes en Norteamérica, es que provocan visitas familiares en ambas vías. Por la vía aérea casi todos. Por otro lado, las estadísticas del INGUAT nos informan que los turistas que ingresaron por vía aérea en el 2015 fueron 676,000 y que los guatemaltecos que viajaron al exterior por la misma vía fueron 530,000. El turista que vino, regresó a su país de origen. El guatemalteco que viajó, también regresó a casa. Volaron otra vez.
Estos datos son referenciales. Habría que matizarlos con el hecho de que hay turistas que llegan por avión pero salen por frontera terrestre como parte de circuitos turísticos regionales. O con el hecho que algunos connacionales que llegan a la visita familiar son “contados” como turistas. De hecho, muchos ya lo son y se comportan como tales.
Quetzaltenango ya es una metrópoli de influencia regional. Podemos estimar que dentro de un radio de 75 kilómetros del Aeropuerto Internacional de Quetzaltenango ubicado en Retalhuleu, viven unos 5.5 millones de guatemaltecos, muchos de ellos con vínculos familiares con la comunidad migrante y además constituye una región de grandes atractivos culturales, naturales e históricos. Un turista podría llegar a un aeropuerto y salir de otro, para optimizar su tiempo y abarcar más de la bella Guatemala.
Las comparaciones son algunas veces incómodas pero necesarias. A Belice ingresaron en el 2015, por la vía aérea, 350,000 turistas. Tantos como el total de su población. Belice es un país con poca población y relativamente pocos migrantes, así que ellos no agregan mucho al movimiento de su aeropuerto. Este movimiento de turistas permite que al Belize International Airport lleguen vuelos diarios de 4 compañías aéreas de los Estados Unidos, 1 colombiana, frecuencias de 3 veces por semana de una canadiense y 2 líneas aéreas domésticas que también hacen vuelos internacionales hacia Guatemala, México y Honduras. Estos datos del país vecino, permiten asegurar que el movimiento que generaría el Aeropuerto Internacional de Quetzaltenango podría ser, conservadoramente, por lo menos, similar al beliceño y por lo tanto, ser atractivo para las grandes líneas aéreas. Ser atractivo para una inversión y administración público-privada.
Las líneas aéreas que actualmente vuelan 2 o 3 veces diarias a Ciudad de Guatemala, en principio podría interesarles trasladar uno de esos vuelos al aeropuerto quetzalteco (en Reu) para atender el mismo mercado, al que se le puede incorporar la población del sur de Chiapas, más de medio millón de personas. Sería el aeropuerto internacional más cercano a Tapachula. Sería también el aeropuerto alterno para aterrizar cuando el aeropuerto de Ciudad de Guatemala está climáticamente cerrado, en lugar de que siga siendo el Aeropuerto de El Salvador.
Por su ubicación, podría ser el aeropuerto del que salgan vuelos con duración de más de 4.5 horas, que no pueden salir de La Aurora. Aviones de carga con productos perecederos hacia Europa.
Tenemos tantas oportunidades y a veces pareciera que no las vemos.
República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo