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Querer viajar

Adriana Lopez
08 de octubre, 2016

No saben cómo se pone de buena la plática con mi amiga cuando planeamos el viaje que queremos hacer antes de graduarnos de la universidad. Tenemos en mente a donde nos gustaría ir, cómo y que quisiéramos ir a ver. Planificamos irnos a Argentina y Uruguay, por muchos días a disfrutar de esos países que nos encantan. Y duramos como media hora con el tema hasta que llegamos a esa parte de la plática en donde todo se arruina.  

La verdad es que el dinero no es un problema, sé que trabajando y ahorrando podríamos juntarlo. También estamos seguras de que hacer los planes detalladamente no sería problema, porque somos muy parecidas entonces disfrutaríamos fácilmente de las mismas cosas; pero todo se arruina cuando recordamos que somos mujeres. 

Esta charla siempre se repite y termina en la misma indignación: el viaje no se va a poder hacer como lo planeamos. Vamos a tener que ir con alguien más, porque no es seguro que dos señoritas viajen solas por el mundo. De hecho, es peligroso y un acto suicida.  

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Estando en reuniones familiares, en comidas con los amigos o hasta en una clase de la universidad, he escuchado recurrentemente las frases: “Viajen, la vida es demasiado corta como para quedarse en el mismo lugar”, “Hay que aventurarse y perseguir los sueños que tenemos”, “Viajar es lo mejor que te puede pasar”. Y mi cerebro siempre piensa: “Tu no Adriana, tu sos chava y las chavas no pueden viajar solas.”  

No pueden viajar dos mujeres solas porque da lo mismo que vaya solo una: son vulnerables. Somos vulnerables, nunca dejamos de serlo. Y estoy segura de que muchos muchachos y hombres han sufrido este tipo de acosos, pero en su mayoría, son las mujeres, niñas y niños los que más están amenazados por éste peligro. No lo digo yo, busquen información y se van a dar cuenta.  

Lo cierto es que hay muchos casos mediatizados de mujeres que una vez decidieron emprender un viaje solas, o con amigas y el resultado fue fatal. Algunas no volvieron o no volvieron todas. En Ecuador acaba de pasar que dos amigas argentinas murieron mientras estaban de vacaciones. Y este es el caso más fresco que tengo en la memoria, pero por supuesto hay más.  

La trata de personas, el femicidio, las violaciones, el secuestro; todos son temas que  aterran. Y que además de mantenernos en una paranoia constante, nos vetan los sueños. Y no se imaginan qué frustrante es. Sé de varios amigos que sin ningún problema pueden armar un viaje y pasarla bien. Pero de amigas, no he escuchado mucho. Y si las escucho de hablar de eso, siempre es utópico. ¿Y saben qué es lo peor? Que 5 de las 7 páginas que consulte sobre “mujeres viajando solas” en google me dijeron que “si algo malo (entiéndase violación, acoso o femicidio) pasa en el viaje, es culpa de la viajera y su falta de prudencia”. Así que con mi escritura más sarcástica se los recuerdo: es nuestra culpa de todas maneras.

En fin, para los que preguntan por qué las mujeres seguimos exigiendo si ya tenemos igualdad de género, aquí les va una pequeña muestra. Es cierto, podemos votar, estudiar y mil cosas más. Pero también queremos que se nos dignifique en las cosas más sencillas: ir solas por la calle, vestir como nos gusta o viajar; en eso todavía estamos rezagadas. ¡Ya no es tiempo de culpar a las mujeres por hacer lo que quieren!

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo

Querer viajar

Adriana Lopez
08 de octubre, 2016

No saben cómo se pone de buena la plática con mi amiga cuando planeamos el viaje que queremos hacer antes de graduarnos de la universidad. Tenemos en mente a donde nos gustaría ir, cómo y que quisiéramos ir a ver. Planificamos irnos a Argentina y Uruguay, por muchos días a disfrutar de esos países que nos encantan. Y duramos como media hora con el tema hasta que llegamos a esa parte de la plática en donde todo se arruina.  

La verdad es que el dinero no es un problema, sé que trabajando y ahorrando podríamos juntarlo. También estamos seguras de que hacer los planes detalladamente no sería problema, porque somos muy parecidas entonces disfrutaríamos fácilmente de las mismas cosas; pero todo se arruina cuando recordamos que somos mujeres. 

Esta charla siempre se repite y termina en la misma indignación: el viaje no se va a poder hacer como lo planeamos. Vamos a tener que ir con alguien más, porque no es seguro que dos señoritas viajen solas por el mundo. De hecho, es peligroso y un acto suicida.  

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Estando en reuniones familiares, en comidas con los amigos o hasta en una clase de la universidad, he escuchado recurrentemente las frases: “Viajen, la vida es demasiado corta como para quedarse en el mismo lugar”, “Hay que aventurarse y perseguir los sueños que tenemos”, “Viajar es lo mejor que te puede pasar”. Y mi cerebro siempre piensa: “Tu no Adriana, tu sos chava y las chavas no pueden viajar solas.”  

No pueden viajar dos mujeres solas porque da lo mismo que vaya solo una: son vulnerables. Somos vulnerables, nunca dejamos de serlo. Y estoy segura de que muchos muchachos y hombres han sufrido este tipo de acosos, pero en su mayoría, son las mujeres, niñas y niños los que más están amenazados por éste peligro. No lo digo yo, busquen información y se van a dar cuenta.  

Lo cierto es que hay muchos casos mediatizados de mujeres que una vez decidieron emprender un viaje solas, o con amigas y el resultado fue fatal. Algunas no volvieron o no volvieron todas. En Ecuador acaba de pasar que dos amigas argentinas murieron mientras estaban de vacaciones. Y este es el caso más fresco que tengo en la memoria, pero por supuesto hay más.  

La trata de personas, el femicidio, las violaciones, el secuestro; todos son temas que  aterran. Y que además de mantenernos en una paranoia constante, nos vetan los sueños. Y no se imaginan qué frustrante es. Sé de varios amigos que sin ningún problema pueden armar un viaje y pasarla bien. Pero de amigas, no he escuchado mucho. Y si las escucho de hablar de eso, siempre es utópico. ¿Y saben qué es lo peor? Que 5 de las 7 páginas que consulte sobre “mujeres viajando solas” en google me dijeron que “si algo malo (entiéndase violación, acoso o femicidio) pasa en el viaje, es culpa de la viajera y su falta de prudencia”. Así que con mi escritura más sarcástica se los recuerdo: es nuestra culpa de todas maneras.

En fin, para los que preguntan por qué las mujeres seguimos exigiendo si ya tenemos igualdad de género, aquí les va una pequeña muestra. Es cierto, podemos votar, estudiar y mil cosas más. Pero también queremos que se nos dignifique en las cosas más sencillas: ir solas por la calle, vestir como nos gusta o viajar; en eso todavía estamos rezagadas. ¡Ya no es tiempo de culpar a las mujeres por hacer lo que quieren!

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo