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Debemos ganar el futuro

Giovanni Fratti
16 de noviembre, 2016

La República Federal de los Estados Unidos ha masivamente rechazado al “establishment” de la izquierda, los medios y los partidos tradicionales en la política partidista.
La elección de Donald Trump y un Congreso y un Senado con mayoría republicana le da a la derecha conservadora y religiosa la posibilidad también de retener a la mayoría de magistrados en la Corte Suprema y la victoria ha significado que más del 60% de los gobernadores de los Estados de la Federación pertenecen ahora también a los republicanos.
Esta victoria de un candidato nuevo a la política, una especie de insurgencia política que se revela contra los medios tradicionales de comunicación, quizá con la única excepción de “Fox News” y “breitbart.com”, hace que todas las proyecciones de los expertos y la mayoría de las encuestas fracasaran palmariamente en sus predicciones.
En Guatemala esto también implica que la agenda socialista debe fracasar igualmente, y la invasión y la manipulación masiva de las instituciones de gobierno guatemaltecas debe igualmente detenerse. La cooperación y el entrenamiento junto con la transferencia de tecnología y los métodos de investigación criminal deben seguir, y la persecución contra la corrupción de todos los partidos políticos debe mantenerse, pero sin sesgo ideológico.
La persecución penal de la corrupción ha hecho y hace un gran beneficio al país, pero la cooptación del gobierno y la imposición de una agenda extremista y radical, que incluye ideología de género virulenta, racismo en el derecho constitucional y una toma de las ONG de la justicia para instrumentalizarla, para precisamente avanzar su agenda ideológica y política, debe fracasar también en nuestra patria.
La reforma constitucional propuesta representa esa ideología fracasada en el mundo entero: Desde los EE. UU. hasta Colombia e Inglaterra con su Brexit y la debacle del experimento estatista supranacional de la Unión Europea.
Debemos regresar a las instituciones que privilegian la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, el gobierno limitado los bajos impuestos y el presupuesto balanceado, debemos privilegiar la competitividad el crecimiento económico generalizado, la libre competencia no la burocracia estatal discrecional que promueve la corrupción y las sociedades abiertas al libre comercio.
A ningún político se le puede dar un cheque en blanco, a todos los que detentan el poder público se les debe fiscalizar y cuestionar constantemente, pero si las ideas de la libertad se afirman y expanden al hemisferio completo le espera una nueva época de prosperidad y crecimiento.

Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo

Debemos ganar el futuro

Giovanni Fratti
16 de noviembre, 2016

La República Federal de los Estados Unidos ha masivamente rechazado al “establishment” de la izquierda, los medios y los partidos tradicionales en la política partidista.
La elección de Donald Trump y un Congreso y un Senado con mayoría republicana le da a la derecha conservadora y religiosa la posibilidad también de retener a la mayoría de magistrados en la Corte Suprema y la victoria ha significado que más del 60% de los gobernadores de los Estados de la Federación pertenecen ahora también a los republicanos.
Esta victoria de un candidato nuevo a la política, una especie de insurgencia política que se revela contra los medios tradicionales de comunicación, quizá con la única excepción de “Fox News” y “breitbart.com”, hace que todas las proyecciones de los expertos y la mayoría de las encuestas fracasaran palmariamente en sus predicciones.
En Guatemala esto también implica que la agenda socialista debe fracasar igualmente, y la invasión y la manipulación masiva de las instituciones de gobierno guatemaltecas debe igualmente detenerse. La cooperación y el entrenamiento junto con la transferencia de tecnología y los métodos de investigación criminal deben seguir, y la persecución contra la corrupción de todos los partidos políticos debe mantenerse, pero sin sesgo ideológico.
La persecución penal de la corrupción ha hecho y hace un gran beneficio al país, pero la cooptación del gobierno y la imposición de una agenda extremista y radical, que incluye ideología de género virulenta, racismo en el derecho constitucional y una toma de las ONG de la justicia para instrumentalizarla, para precisamente avanzar su agenda ideológica y política, debe fracasar también en nuestra patria.
La reforma constitucional propuesta representa esa ideología fracasada en el mundo entero: Desde los EE. UU. hasta Colombia e Inglaterra con su Brexit y la debacle del experimento estatista supranacional de la Unión Europea.
Debemos regresar a las instituciones que privilegian la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, el gobierno limitado los bajos impuestos y el presupuesto balanceado, debemos privilegiar la competitividad el crecimiento económico generalizado, la libre competencia no la burocracia estatal discrecional que promueve la corrupción y las sociedades abiertas al libre comercio.
A ningún político se le puede dar un cheque en blanco, a todos los que detentan el poder público se les debe fiscalizar y cuestionar constantemente, pero si las ideas de la libertad se afirman y expanden al hemisferio completo le espera una nueva época de prosperidad y crecimiento.

Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo