Los medios mainstream a los que estamos acostumbrados los latinoamericanos (CNN, Político, Washington Post, etc.) se han encargado de alabar a Barack Obama y “echar tierra” a Donald Trump, haciéndonos ignorar aberrantemente las desgracias políticas del Demócrata y las ventajas venideras del Republicano. Hacer la vista gorda a la realidad de los retos que lega Obama a Trump no es más que fruto de las mentiras de los medios para desacreditar a quien no le resulta afín.
Videos de quince segundos que indican que Obama es “el presidente más cool del mundo”, tachas al carácter fuerte de Trump, testimonios de los tristes que hacen sentir los resultados electorales a las estrellas de Hollywood que rompen el corazón, son solo ejemplos de cómo los medios se van por la vertiente en lugar de enfrentar la realidad: Barack Obama no fue ninguna maravilla. Ni mucho menos.
Obama, el milagro del primer presidente afroamericano, el Premio Nobel de la Paz, puede vanagloriarse de que sólo en el año 2016, el ejército estadounidense lanzó un promedio de 3 bombas por hora, en un total de 26,171 bombas en 7 países. No existió un solo día en el gobierno de Barack Obama en el que los Estados Unidos no estuviesen en guerra. Además, Obama cuenta con el récord de mayor cantidad de deportaciones en la historia de los Estados Unidos (y aun así, para los Social Justice Warriors la culpa parece tenerla Trump).
El problema no es el carismático y jovial hombre que convence a casi cualquiera con su poderoso discurso. El problema es el fatal manejo que él y su partido tuvo de muchas cosas, siendo la primera de ellas la política externa de los norteamericanos. La solución tampoco es el carácter excesivamente egocéntrico y pedante de Trump, sino la idea que han impulsado los Republicanos -de la mano de Rand Paul en el Senado-de minimizar las funciones del gobierno y recortar los impuestos, así como eliminar el Obamacare y dar oportunidad al pueblo de una mejor cobertunra para su salud.
Porque será una locura mediática que Trump llame “noticias falsas” al liberal CNN, pero también lo más común que Hillary Clinton lo haga con casi todos los medios, y Obama especialmente con el conservador Fox News.
Al final, los medios, “no exentos de parcialidad” como diría el periodista y supervillano Milo Yiannopoulos, seguirán en su afán de destrozar la imagen de Trump. Mientras la libertad sea el motor, ojalá que sus acciones destrocen la imagen de los medios, que ya de por sí resultan poco creíbles.
Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo
Los medios mainstream a los que estamos acostumbrados los latinoamericanos (CNN, Político, Washington Post, etc.) se han encargado de alabar a Barack Obama y “echar tierra” a Donald Trump, haciéndonos ignorar aberrantemente las desgracias políticas del Demócrata y las ventajas venideras del Republicano. Hacer la vista gorda a la realidad de los retos que lega Obama a Trump no es más que fruto de las mentiras de los medios para desacreditar a quien no le resulta afín.
Videos de quince segundos que indican que Obama es “el presidente más cool del mundo”, tachas al carácter fuerte de Trump, testimonios de los tristes que hacen sentir los resultados electorales a las estrellas de Hollywood que rompen el corazón, son solo ejemplos de cómo los medios se van por la vertiente en lugar de enfrentar la realidad: Barack Obama no fue ninguna maravilla. Ni mucho menos.
Obama, el milagro del primer presidente afroamericano, el Premio Nobel de la Paz, puede vanagloriarse de que sólo en el año 2016, el ejército estadounidense lanzó un promedio de 3 bombas por hora, en un total de 26,171 bombas en 7 países. No existió un solo día en el gobierno de Barack Obama en el que los Estados Unidos no estuviesen en guerra. Además, Obama cuenta con el récord de mayor cantidad de deportaciones en la historia de los Estados Unidos (y aun así, para los Social Justice Warriors la culpa parece tenerla Trump).
El problema no es el carismático y jovial hombre que convence a casi cualquiera con su poderoso discurso. El problema es el fatal manejo que él y su partido tuvo de muchas cosas, siendo la primera de ellas la política externa de los norteamericanos. La solución tampoco es el carácter excesivamente egocéntrico y pedante de Trump, sino la idea que han impulsado los Republicanos -de la mano de Rand Paul en el Senado-de minimizar las funciones del gobierno y recortar los impuestos, así como eliminar el Obamacare y dar oportunidad al pueblo de una mejor cobertunra para su salud.
Porque será una locura mediática que Trump llame “noticias falsas” al liberal CNN, pero también lo más común que Hillary Clinton lo haga con casi todos los medios, y Obama especialmente con el conservador Fox News.
Al final, los medios, “no exentos de parcialidad” como diría el periodista y supervillano Milo Yiannopoulos, seguirán en su afán de destrozar la imagen de Trump. Mientras la libertad sea el motor, ojalá que sus acciones destrocen la imagen de los medios, que ya de por sí resultan poco creíbles.
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