Las exportaciones y las importaciones de Centroamérica registraron al tercer trimestre del 2016 una caída del orden del 2.1% y 4.1% respectivamente.
Los principales destinos de las ventas de la región hacia el exterior fueron: Estados Unidos (49.7), la Eurozona (22.5%), México (4.1%), República Dominicana (2.8%) y Canadá (2.2%).
Este comportamiento en el comercio exterior de la región se explica principalmente por la caída de los precios de las materias primas en los mercados internacionales. Asimismo, se registró una caída en los mercados no tradicionales que no compensó el repunte de las ventas hacia EE.UU, la Eurozona y México.
El total de las exportaciones de la región entre enero y septiembre sumó US$21 mil 142 millones, mientras que las importaciones alcanzaron los US$48 mil 501 millones. En cuanto a las importaciones se refiere, todos los países del istmo registraron resultados a la baja. Honduras con la mayor caída (-7.8%), seguido por El Salvador (-6.5%), Guatemala (-4.6%), Panamá (-4.1%), Costa Rica (-1.1%) y Nicaragua (-0.1%).
Es importante mencionar que Costa Rica es la única economía de la región que evidenció un crecimiento de las ventas al exterior (3.2%). Mientras que en el resto de los países de la región se registraron caídas, como en nuestro caso, de -2.6% menos al tercer trimestre del año.
Como sabemos Costa Rica se ha consolidado como el Silicon Valley de Centroamérica. Esto le ha permitido no solamente posicionarse sino consolidarse como una pieza clave en términos de competitividad tecnológica en la región.
Fuera de esta ventaja comparativa, la ralentización de la contracción de las exportaciones es una tendencia, cuya sostenibilidad es aún incierta.
La región acumula una retracción de las exportaciones de menor intensidad, pero de mayor duración, respecto al colapso de 2009. Por lo que los riesgos para el crecimiento de las exportaciones de la región permanecen sesgados a la baja.
Esta tendencia podría revertirse con un escenario de estabilidad mientras exista una mejora en las cotizaciones de los productos básicos, y se produzca una aceleración de la demanda externa en Estados Unidos y China.
El panorama también podría mejorar si los países cuyos tipos de cambio reales se están depreciando se benefician de una mejora de la competitividad-precio que, a su vez, podría estimular las exportaciones de manufacturas y reducir la dependencia del comercio de materias primas de la región.
Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo
Las exportaciones y las importaciones de Centroamérica registraron al tercer trimestre del 2016 una caída del orden del 2.1% y 4.1% respectivamente.
Los principales destinos de las ventas de la región hacia el exterior fueron: Estados Unidos (49.7), la Eurozona (22.5%), México (4.1%), República Dominicana (2.8%) y Canadá (2.2%).
Este comportamiento en el comercio exterior de la región se explica principalmente por la caída de los precios de las materias primas en los mercados internacionales. Asimismo, se registró una caída en los mercados no tradicionales que no compensó el repunte de las ventas hacia EE.UU, la Eurozona y México.
El total de las exportaciones de la región entre enero y septiembre sumó US$21 mil 142 millones, mientras que las importaciones alcanzaron los US$48 mil 501 millones. En cuanto a las importaciones se refiere, todos los países del istmo registraron resultados a la baja. Honduras con la mayor caída (-7.8%), seguido por El Salvador (-6.5%), Guatemala (-4.6%), Panamá (-4.1%), Costa Rica (-1.1%) y Nicaragua (-0.1%).
Es importante mencionar que Costa Rica es la única economía de la región que evidenció un crecimiento de las ventas al exterior (3.2%). Mientras que en el resto de los países de la región se registraron caídas, como en nuestro caso, de -2.6% menos al tercer trimestre del año.
Como sabemos Costa Rica se ha consolidado como el Silicon Valley de Centroamérica. Esto le ha permitido no solamente posicionarse sino consolidarse como una pieza clave en términos de competitividad tecnológica en la región.
Fuera de esta ventaja comparativa, la ralentización de la contracción de las exportaciones es una tendencia, cuya sostenibilidad es aún incierta.
La región acumula una retracción de las exportaciones de menor intensidad, pero de mayor duración, respecto al colapso de 2009. Por lo que los riesgos para el crecimiento de las exportaciones de la región permanecen sesgados a la baja.
Esta tendencia podría revertirse con un escenario de estabilidad mientras exista una mejora en las cotizaciones de los productos básicos, y se produzca una aceleración de la demanda externa en Estados Unidos y China.
El panorama también podría mejorar si los países cuyos tipos de cambio reales se están depreciando se benefician de una mejora de la competitividad-precio que, a su vez, podría estimular las exportaciones de manufacturas y reducir la dependencia del comercio de materias primas de la región.
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