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Retrato comunicacional de la imagen

Redacción
19 de enero, 2017

Existe gran diferencia entre publicidad e información, porque en medios la primera se paga y la segunda se conquista. Ser una fuente confiable y de consulta, resulta mejor que generar un espacio mediático solo por el beneficio que brinda una transacción económica, que al final es imperativa e interesada.

La información en medios debe ser resultado de una estrategia de proyección hacia la audiencia objetivo. Se trata de generar valor a la institución, organismo, político o empresario que busca la buena imagen, según lo dictan sus objetivos. Sin embargo, la buena imagen debe perdurar no sólo por ser positiva, sino ser verificada según la experiencia de la audiencia, una suerte de prueba de fuego, que le hará salir fortalecida o debilitada. Esto es un tema complicado porque estar expuesto mediáticamente e interactuar con la audiencia conlleva una serie de desafíos, hasta llenar y cumplir las expectativas.

Desde la planificación estratégica de comunicación deben contemplarse cinco elementos que sostienen la ingeniería de la imagen, la que se vale de una serie de mensajes claves, y la construcción de lo que deseo que otros perciban y opinen. Estos puntos son: el pensamiento, el conocimiento, el criterio, la acción y la medición para la creación de un plan maestro de comunicación.

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El pensamiento, como fuente creativa, debe producir respuestas genuinas que permitan desarrollar planes persuasivos que seduzcan a la audiencia. No se trata de inventar mentiras, sino potencializar las virtudes y atributos de lo que queremos comunicar sobre algo o alguien. En concreto, se trata de exponer lo mejor del sujeto, lo que en sí es un verdadero arte. En lo que respecta al conocimiento, constituye una herramienta indispensable, porque con conocer de cerca a la audiencia, sus necesidades, y sobre todo comprender su funcionamiento emotivo y racional, tendremos la clave que nos permitirá concretar una estrategia de éxito. En cuanto al criterio, es necesario elaborar planes agresivos y ambiciosos, pero con la certeza de que se correrán algunos riesgos, que permitirán alcanzar la buena imagen. En algunas ocasiones para que esto suceda, es necesario ser irreverente e intrépido, pero mesurado para que predomine la sutiliza.

Por otra parte es necesario, en el terreno de la acción, que se planteen movimientos estratégicos que se implementen durante la estrategia de comunicación, que sean mojones de la ruta que se debe emprender, en otras palabras es el abc y d, el qué y el cómo de nuestro plan. Por último, es importante generar parámetros de evaluación que se conviertan en indicadores de éxito, para cuantificar e identificar lo positivo y negativo, a manera de resultados que se traducirán en lecciones aprendidas.

En suma, el retrato comunicacional de la imagen nos permitirá identificar la hoja de ruta a seguir y definir el método con el cual abordaremos el reto de la construcción de la buena imagen, a través de los procesos de involucramiento y participación del equipo, que al desarrollar la estrategia debería tener como resultado final un posicionamiento estratégico de la institución, organismo, corporación, político o empresario, objeto del plan.

Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo

Retrato comunicacional de la imagen

Redacción
19 de enero, 2017

Existe gran diferencia entre publicidad e información, porque en medios la primera se paga y la segunda se conquista. Ser una fuente confiable y de consulta, resulta mejor que generar un espacio mediático solo por el beneficio que brinda una transacción económica, que al final es imperativa e interesada.

La información en medios debe ser resultado de una estrategia de proyección hacia la audiencia objetivo. Se trata de generar valor a la institución, organismo, político o empresario que busca la buena imagen, según lo dictan sus objetivos. Sin embargo, la buena imagen debe perdurar no sólo por ser positiva, sino ser verificada según la experiencia de la audiencia, una suerte de prueba de fuego, que le hará salir fortalecida o debilitada. Esto es un tema complicado porque estar expuesto mediáticamente e interactuar con la audiencia conlleva una serie de desafíos, hasta llenar y cumplir las expectativas.

Desde la planificación estratégica de comunicación deben contemplarse cinco elementos que sostienen la ingeniería de la imagen, la que se vale de una serie de mensajes claves, y la construcción de lo que deseo que otros perciban y opinen. Estos puntos son: el pensamiento, el conocimiento, el criterio, la acción y la medición para la creación de un plan maestro de comunicación.

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Por otra parte es necesario, en el terreno de la acción, que se planteen movimientos estratégicos que se implementen durante la estrategia de comunicación, que sean mojones de la ruta que se debe emprender, en otras palabras es el abc y d, el qué y el cómo de nuestro plan. Por último, es importante generar parámetros de evaluación que se conviertan en indicadores de éxito, para cuantificar e identificar lo positivo y negativo, a manera de resultados que se traducirán en lecciones aprendidas.

En suma, el retrato comunicacional de la imagen nos permitirá identificar la hoja de ruta a seguir y definir el método con el cual abordaremos el reto de la construcción de la buena imagen, a través de los procesos de involucramiento y participación del equipo, que al desarrollar la estrategia debería tener como resultado final un posicionamiento estratégico de la institución, organismo, corporación, político o empresario, objeto del plan.

Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo