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Qué Dios bendiga América

Redacción
21 de enero, 2017

Siempre he sido de las personas que se molestan cuando alguien se refiere a Estados Unidos como “América” porque debe quedar bien claro que ese nombre le corresponde a todo un continente y no solamente a ese país. Pero lo cierto es que ahora mismo tiene sentido decir la frase del título de esta semana. Pues sabiendo como todo lo que ocurre en USA nos afecta a todos los países americanos, en lo que se viene seguramente necesitaremos ayuda divina.
Habrá que empezar diciendo, o recordando más bien, lo controversial que ha sido Donald Trump incluso antes de ser candidato a la presidencia de los Estados Unidos. Siempre dando de qué hablar por sus declaraciones o por como terminó la conversación en la WWE. Y luego cuando empezó a aspirar por el puesto de trabajo que tiene, su entusiasmo por darnos a entender la persona que realmente es, no se quedó atrás.
Igual y sí, el problema inició solamente con un país en específico, pero poco a poco pudimos darnos cuenta que su xenofobia era real. Luego su manera de decir que gracias a su fama podía “conseguir”, y de la peor forma, a cualquier mujer que quisiera. En un audio que circulo el año pasado se le podía escuchar hablar de una manera muy despectiva de una de esas sus conquistas. Y se podía escuchar el desdén y lo habitual de la situación de poder estar gracias a su nombre con una mujer, casada, que le pareciera atractiva.
La forma de los discursos de Trump parecía en algunas ocasiones tan vergonzoso, como un mal chiste, que antes de las elecciones algunos de mis amigos y yo nos aventuramos a pensar que su candidatura era solamente una estrategia de sus contrincantes. Pero no, fue precisamente gracias a sus desafortunados comentarios en contra de los emigrantes que llegó a ser el Presidente de los Estados Unidos. Y esto porque su discurso estaba lleno de comentarios que todos los ciudadanos estadunidenses niegan tener, pero con el que sin lugar a dudas se sienten identificados.
Probablemente lo que siga será complicado, y no solamente para Estados Unidos, pero para el mundo. Y se complica porque podemos darnos cuenta que tratamos con alguien que no sabe controlar muy bien sus emociones y ahora estará en la “silla más importante” del mundo. Lo que sigue tendremos que evadirlo de varias maneras, siendo tolerantes entre nuestras diferencias y estar siempre dispuestos a demostrar lo que realmente somos a través de nuestro trabajo y nuestra actitud.
No hay mucho más que decir que ahora que Donald Trump es ya el presidente número 45 de los Estados Unidos, Dios bendiga a América.

Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo

Qué Dios bendiga América

Redacción
21 de enero, 2017

Siempre he sido de las personas que se molestan cuando alguien se refiere a Estados Unidos como “América” porque debe quedar bien claro que ese nombre le corresponde a todo un continente y no solamente a ese país. Pero lo cierto es que ahora mismo tiene sentido decir la frase del título de esta semana. Pues sabiendo como todo lo que ocurre en USA nos afecta a todos los países americanos, en lo que se viene seguramente necesitaremos ayuda divina.
Habrá que empezar diciendo, o recordando más bien, lo controversial que ha sido Donald Trump incluso antes de ser candidato a la presidencia de los Estados Unidos. Siempre dando de qué hablar por sus declaraciones o por como terminó la conversación en la WWE. Y luego cuando empezó a aspirar por el puesto de trabajo que tiene, su entusiasmo por darnos a entender la persona que realmente es, no se quedó atrás.
Igual y sí, el problema inició solamente con un país en específico, pero poco a poco pudimos darnos cuenta que su xenofobia era real. Luego su manera de decir que gracias a su fama podía “conseguir”, y de la peor forma, a cualquier mujer que quisiera. En un audio que circulo el año pasado se le podía escuchar hablar de una manera muy despectiva de una de esas sus conquistas. Y se podía escuchar el desdén y lo habitual de la situación de poder estar gracias a su nombre con una mujer, casada, que le pareciera atractiva.
La forma de los discursos de Trump parecía en algunas ocasiones tan vergonzoso, como un mal chiste, que antes de las elecciones algunos de mis amigos y yo nos aventuramos a pensar que su candidatura era solamente una estrategia de sus contrincantes. Pero no, fue precisamente gracias a sus desafortunados comentarios en contra de los emigrantes que llegó a ser el Presidente de los Estados Unidos. Y esto porque su discurso estaba lleno de comentarios que todos los ciudadanos estadunidenses niegan tener, pero con el que sin lugar a dudas se sienten identificados.
Probablemente lo que siga será complicado, y no solamente para Estados Unidos, pero para el mundo. Y se complica porque podemos darnos cuenta que tratamos con alguien que no sabe controlar muy bien sus emociones y ahora estará en la “silla más importante” del mundo. Lo que sigue tendremos que evadirlo de varias maneras, siendo tolerantes entre nuestras diferencias y estar siempre dispuestos a demostrar lo que realmente somos a través de nuestro trabajo y nuestra actitud.
No hay mucho más que decir que ahora que Donald Trump es ya el presidente número 45 de los Estados Unidos, Dios bendiga a América.

Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo