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Aprendiendo a ser presidente

Redacción
23 de enero, 2017

El aprendizaje no solo se adquiere en las aulas.  Los primeros docentes son los padres de familia quienes comparten dentro del entorno del hogar, que también comparte la formación  de manera silenciosa. La comunidad participa la actividad educativa; los compañeros de patio, de aula y de la institución también. Los valores ejemplificados en el actuar diario de los mentores y modelos inspiran al bien, o al inverso, puedan comunicar una aprobación aunque fueran actividades no correctas, de acuerdo a las actitudes. Aunado al aprendizaje individual está el colectivo. Las redes sociales ahora hacen obvias las experiencias mundiales, para la interpretación de cada individuo, necesitándose entonces una estructura moral bien cimentada,  y las destrezas de discernimiento para la interpretación de la infinita información que está a la solicitud de los usuarios del Internet. Allí se desarrolla la visión del conectivismo, que nos demuestra que la totalidad de las herramientas digitales proveen materiales de aprendizaje y crecimiento.

Dentro de los valores que se aprenden por medio de la observación al ejemplo,  se encuentran la tolerancia, la paciencia, la comprensión, no siendo un valor per se, pero sí una virtud por abarcar la generosidad del alma,  y la empatía.  La observación del ejemplo es un proceso de cierto periodo de tiempo; la consistencia y continuidad en el actuar permitirán la observación puntual y correcta sobre la sinceridad del observado. Tomará tiempo descubrir  la real verdad.

Esta contemplación sobre los valores humanos ideales nace de la reflexión de las reacciones públicas en cuanto a la presidencia de Donald Trump. Se hace la salvedad que el presente no es comentario político, sino que sobre la actividad humana y sus manifestaciones instantáneas pos toma de posesión del Presidente Trump.

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Las variadas ceremonias de inauguración se cumplieron con la reverencia y el respeto que merece la democracia estadounidense. Cada momento histórico ha sido repetido en cuarenta y cuatro entregas de poder, siendo esta la entrega número cuarenta y cinco.  La transición pacifica de la gestión gubernamental es digna de admiración y copia. Indistintamente de las rivalidades recias entre candidatos y partidos, se respeta la voz del electorado; y él que se retira  ofrece apoyo al nuevo ocupante de la oficina ovalada con el fin de asegurar una atención sin interrupción hacia la población,  sin tropiezos, afianzándose en el servicio al la población, como indica el término estadounidense , ser “civil servant”.

Llama la atención los vigorosos rechazos hacia el nuevo presidente, desde el día que quedó elegido. Su retorica política fue fuerte al extremo de agresivo; su vocabulario simple, directo y en momentos, al borde de ofensivo. Sin embargo, al asumir el rol, primero de elegido y ahora en funciones, ha modificado su tonalidad, y las experiencias que vienen a futuro limarán las pretensiones, y relaciones, pues cada nuevo empleo es un distinto mundo  de aprendizaje.

Instantáneamente, veinticuatro horas después de asumir la presidencia, hubo manifestaciones organizadas por todo Estados Unidos en contra del mandato suyo. Abundan comentarios negativos sobre su posible actuar cuando ha ejercido el poder por escasos cuatro días. Y aquí es donde nace la observación.

Cada individuo que inicia una nueva etapa de su vida, se encuentra en un momento de aprendizaje, de adquisición de nuevos conocimientos. Se ha comentado que el proceso de aprendizaje es una construcción; esta construcción se basa en los conocimientos previos, enlazándolos con las nuevas experiencias y aprendizajes, así afianzado su adquisición, conceptos de Piaget. Luego los expertos alrededor comparten su sabiduría con el aprendiz, en la Zona de Desarrollo Próximo, Vigotsky, para trabajar colaborativamente, Kagan, así encontrando el estilo propio de trabajo, aprendiendo y aprehendiendo, perfeccionando la labor.

Pareciera que no existe la generosidad de permitir un periodo de aprendizaje con los enfoques citados; la tolerancia, la paciencia, la comprensión han sido obviadas con un desdén palpable.  Cualquier ser humano merece una oportunidad, indistintamente si es agradable o no. Su visión fue elegida por ciudadanos estadounidenses; si, hay personas que no votaron por él. Pero el sistema se respeta, y se debe respetar al individuo; es parte de la educación humana. No todas las personas son iguales, no todas las personas son de simpatía, pero si cada persona humana merece ser escuchado, y comprendido, y ser dado la oportunidad.

No hay que prejuzgar; hay que esperar, observar y luego comentar, después de un periodo sensato de tiempo; y aconsejar de ser posible. Todo ser humano debe gozar de la oportunidad  de aprender y crecer ; también el Presidente de los Estados Unidos.

Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo

Aprendiendo a ser presidente

Redacción
23 de enero, 2017

El aprendizaje no solo se adquiere en las aulas.  Los primeros docentes son los padres de familia quienes comparten dentro del entorno del hogar, que también comparte la formación  de manera silenciosa. La comunidad participa la actividad educativa; los compañeros de patio, de aula y de la institución también. Los valores ejemplificados en el actuar diario de los mentores y modelos inspiran al bien, o al inverso, puedan comunicar una aprobación aunque fueran actividades no correctas, de acuerdo a las actitudes. Aunado al aprendizaje individual está el colectivo. Las redes sociales ahora hacen obvias las experiencias mundiales, para la interpretación de cada individuo, necesitándose entonces una estructura moral bien cimentada,  y las destrezas de discernimiento para la interpretación de la infinita información que está a la solicitud de los usuarios del Internet. Allí se desarrolla la visión del conectivismo, que nos demuestra que la totalidad de las herramientas digitales proveen materiales de aprendizaje y crecimiento.

Dentro de los valores que se aprenden por medio de la observación al ejemplo,  se encuentran la tolerancia, la paciencia, la comprensión, no siendo un valor per se, pero sí una virtud por abarcar la generosidad del alma,  y la empatía.  La observación del ejemplo es un proceso de cierto periodo de tiempo; la consistencia y continuidad en el actuar permitirán la observación puntual y correcta sobre la sinceridad del observado. Tomará tiempo descubrir  la real verdad.

Esta contemplación sobre los valores humanos ideales nace de la reflexión de las reacciones públicas en cuanto a la presidencia de Donald Trump. Se hace la salvedad que el presente no es comentario político, sino que sobre la actividad humana y sus manifestaciones instantáneas pos toma de posesión del Presidente Trump.

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Las variadas ceremonias de inauguración se cumplieron con la reverencia y el respeto que merece la democracia estadounidense. Cada momento histórico ha sido repetido en cuarenta y cuatro entregas de poder, siendo esta la entrega número cuarenta y cinco.  La transición pacifica de la gestión gubernamental es digna de admiración y copia. Indistintamente de las rivalidades recias entre candidatos y partidos, se respeta la voz del electorado; y él que se retira  ofrece apoyo al nuevo ocupante de la oficina ovalada con el fin de asegurar una atención sin interrupción hacia la población,  sin tropiezos, afianzándose en el servicio al la población, como indica el término estadounidense , ser “civil servant”.

Llama la atención los vigorosos rechazos hacia el nuevo presidente, desde el día que quedó elegido. Su retorica política fue fuerte al extremo de agresivo; su vocabulario simple, directo y en momentos, al borde de ofensivo. Sin embargo, al asumir el rol, primero de elegido y ahora en funciones, ha modificado su tonalidad, y las experiencias que vienen a futuro limarán las pretensiones, y relaciones, pues cada nuevo empleo es un distinto mundo  de aprendizaje.

Instantáneamente, veinticuatro horas después de asumir la presidencia, hubo manifestaciones organizadas por todo Estados Unidos en contra del mandato suyo. Abundan comentarios negativos sobre su posible actuar cuando ha ejercido el poder por escasos cuatro días. Y aquí es donde nace la observación.

Cada individuo que inicia una nueva etapa de su vida, se encuentra en un momento de aprendizaje, de adquisición de nuevos conocimientos. Se ha comentado que el proceso de aprendizaje es una construcción; esta construcción se basa en los conocimientos previos, enlazándolos con las nuevas experiencias y aprendizajes, así afianzado su adquisición, conceptos de Piaget. Luego los expertos alrededor comparten su sabiduría con el aprendiz, en la Zona de Desarrollo Próximo, Vigotsky, para trabajar colaborativamente, Kagan, así encontrando el estilo propio de trabajo, aprendiendo y aprehendiendo, perfeccionando la labor.

Pareciera que no existe la generosidad de permitir un periodo de aprendizaje con los enfoques citados; la tolerancia, la paciencia, la comprensión han sido obviadas con un desdén palpable.  Cualquier ser humano merece una oportunidad, indistintamente si es agradable o no. Su visión fue elegida por ciudadanos estadounidenses; si, hay personas que no votaron por él. Pero el sistema se respeta, y se debe respetar al individuo; es parte de la educación humana. No todas las personas son iguales, no todas las personas son de simpatía, pero si cada persona humana merece ser escuchado, y comprendido, y ser dado la oportunidad.

No hay que prejuzgar; hay que esperar, observar y luego comentar, después de un periodo sensato de tiempo; y aconsejar de ser posible. Todo ser humano debe gozar de la oportunidad  de aprender y crecer ; también el Presidente de los Estados Unidos.

Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo