La semana pasada mientras tomaba posesión el cuadragésimo quinto Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, muchos medios de comunicación parecían querer provocar pánico, por aquellas acciones que el nuevo mandatario ha mencionado o sugerido, pero que todavía no comprendemos cómo las irá a realizar y qué repercusiones tendrán para nuestro país.
Sin duda, la mayor preocupación tiene que ver con los migrantes, especialmente si se incrementaran las deportaciones como lo ha mencionado en reiteradas ocasiones y la construcción del famoso muro, que dicho sea de paso sería un gran problema para México, puesto que se volvería un embudo para todos los inmigrantes que llegan desde Centroamérica, Suramérica y el Caribe.
En el caso de Guatemala, está claro que hay temor por la pérdida que tendría para la economía, una caída en las remesas. Sin embargo, tenemos que intentar ver este momento como algo positivo, para que finalmente generemos políticas de desarrollo que incentiven la creación de fuentes de trabajo en nuestro país, para que las personas no tengan que emigrar.
La migración ilegal, genera dramas humanos debido a los peligros a los que se enfrentan y a la triste separación de familias, que si tuvieran mejores empleos, optarían por no salir de su propio país. Por ello, esta amenaza debería ser vista como una oportunidad, para empezar a platear soluciones concretas a la institucionalidad que limita la inversión en infraestructura y buscar nuevos modelos, que permitan una mayor descentralización de los recursos, hacia la creación y urbanización de nuevos polos de desarrollo.
La Agenda Urbana para Guatemala, debe ser la prioridad de todas las organizaciones formales, tanto gubernamentales, de sociedad civil y de cooperación internacional, para establecer con urgencia mejores mecanismos para la creación de empleo en ciudades intermedias y que esto ayude a reducir la necesidad de migrar.
Otra preocupación es el cierre de fronteras que pudiera perjudicar las exportaciones. Lejos de ver esto como algo negativo, tenemos que empezar a buscar nuevos mercados. Esto implica mejorar nuestros puertos, para reducir el tiempo y costo que tardan ahora nuestros productos y que sea más competitivo exportar hacia Europa y Asia. Mientras tanto, las cámaras y asociaciones del sector empresarial deben ser capaces de fomentar que sus agremiados aprovechen el momento y generen más relaciones comerciales con países asiáticos, por las ventajas que el tratado de libre comercio (DR-CAFTA), nos brinda para atraer inversiones en manufactura a Guatemala y aumentar nuestra productividad, que a su vez permita mejores ingresos en nuestra economía. @jczapata_s
Republicagt es ajena a la opinión expresada en este artículo
La semana pasada mientras tomaba posesión el cuadragésimo quinto Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, muchos medios de comunicación parecían querer provocar pánico, por aquellas acciones que el nuevo mandatario ha mencionado o sugerido, pero que todavía no comprendemos cómo las irá a realizar y qué repercusiones tendrán para nuestro país.
Sin duda, la mayor preocupación tiene que ver con los migrantes, especialmente si se incrementaran las deportaciones como lo ha mencionado en reiteradas ocasiones y la construcción del famoso muro, que dicho sea de paso sería un gran problema para México, puesto que se volvería un embudo para todos los inmigrantes que llegan desde Centroamérica, Suramérica y el Caribe.
En el caso de Guatemala, está claro que hay temor por la pérdida que tendría para la economía, una caída en las remesas. Sin embargo, tenemos que intentar ver este momento como algo positivo, para que finalmente generemos políticas de desarrollo que incentiven la creación de fuentes de trabajo en nuestro país, para que las personas no tengan que emigrar.
La migración ilegal, genera dramas humanos debido a los peligros a los que se enfrentan y a la triste separación de familias, que si tuvieran mejores empleos, optarían por no salir de su propio país. Por ello, esta amenaza debería ser vista como una oportunidad, para empezar a platear soluciones concretas a la institucionalidad que limita la inversión en infraestructura y buscar nuevos modelos, que permitan una mayor descentralización de los recursos, hacia la creación y urbanización de nuevos polos de desarrollo.
La Agenda Urbana para Guatemala, debe ser la prioridad de todas las organizaciones formales, tanto gubernamentales, de sociedad civil y de cooperación internacional, para establecer con urgencia mejores mecanismos para la creación de empleo en ciudades intermedias y que esto ayude a reducir la necesidad de migrar.
Otra preocupación es el cierre de fronteras que pudiera perjudicar las exportaciones. Lejos de ver esto como algo negativo, tenemos que empezar a buscar nuevos mercados. Esto implica mejorar nuestros puertos, para reducir el tiempo y costo que tardan ahora nuestros productos y que sea más competitivo exportar hacia Europa y Asia. Mientras tanto, las cámaras y asociaciones del sector empresarial deben ser capaces de fomentar que sus agremiados aprovechen el momento y generen más relaciones comerciales con países asiáticos, por las ventajas que el tratado de libre comercio (DR-CAFTA), nos brinda para atraer inversiones en manufactura a Guatemala y aumentar nuestra productividad, que a su vez permita mejores ingresos en nuestra economía. @jczapata_s
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