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Quienes hacen y quienes gritan

Redacción República
18 de marzo, 2017

“Una desgracia nacional de ese tamaño reportada en el mundo entero (…), es total, completa y absoluta responsabilidad del Gobierno de Guatemala”.

La clásica respuesta del burócrata y del político ante cualquier escándalo, catástrofe o la barbarie que vimos en ese infierno llamado “hogar seguro” es no asumir la responsabilidad, hacer discursos y conferencias de prensa, y echarle la culpa a otro burócrata a otro político o a alguien más, cualquiera que sea, menos el burócrata, el funcionario público o el político responsable de los hechos.

Otra particular forma de ser es el político, el ideólogo o el activista político que, aprovechando la notoriedad de la barbarie, el ojo público que la desgracia de esas pobres familias y esas menores niñas muertas, muy probablemente asesinadas, ya sea por sus custodios estatales (los llamados monitores) y la PNC en el lugar totalmente negligente, al igual que la Presidencia de la República, la Secretaría de Bienestar Social (he allí una ironía y un nombre mandado a hacer en el cinismo más degradante), la Procuraduría General de la Nación, el Consejo Nacional de Adopciones, la Policía Nacional Civil y el procurador de los Derechos Humanos.

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Una desgracia nacional de ese tamaño reportada en el mundo entero, igual que la desgracia del “hospital” psiquiátrico Federico Mora hace solo algunos años, es total, completa y absoluta responsabilidad del Gobierno de Guatemala. También hay responsabilidad completa de los padres o las familias de las niñas abusadas por sus propios parientes, de eso no hay duda alguna. Sin embargo, parece que algunos ideólogos e “ideólogas” (así es la degradación del lenguaje en uso por esa ideología de izquierda) de la política de género creen también que es ético, justo y moral aprovechar la desgracia ajena de esas pobres familias y niñas, para pues, claro, como es natural, hacer propaganda de esa ideología política totalmente llena de odio, mentira y distorsión.

¿Quiénes están haciendo algo efectivo por esas familias y proponiendo algo efectivo para resolver el verdadero problema? Como siempre, la iniciativa privada, que en forma anónima organizó el traslado a los mejores hospitales de EE. UU. de las niñas, en aviones privados, que aún se debaten entre la vida y la muerte, y la petición, ya presentada ante el Congreso por MCN y otros para la reforma de las leyes que crearon las condiciones para esta barbarie: La estatización del cuidado de los niños abusados y abandonados, la estatización en el Consejo Nacional de Adopciones, hecho cabildeado y forzado por Unicef y sus aliados estatistas en los distintos gobiernos y el Congreso, que crearon ese monumento burocrático a la barbarie, la ineficiencia y la desidia asesina, que creó las condiciones estatales para el maltrato y asesinato de esas niñas: el fracaso del Consejo Nacional de Adopciones.

Ver que hay ciudadanos privados que, efectivamente, se preocupan por la niñez abusada y abandonada, y ver a los políticos corruptos, que no solo están en el Congreso, queriendo aprovechar para su partido o ideología esta tragedia, allí está la comedia humana representada por completo.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Quienes hacen y quienes gritan

Redacción República
18 de marzo, 2017

“Una desgracia nacional de ese tamaño reportada en el mundo entero (…), es total, completa y absoluta responsabilidad del Gobierno de Guatemala”.

La clásica respuesta del burócrata y del político ante cualquier escándalo, catástrofe o la barbarie que vimos en ese infierno llamado “hogar seguro” es no asumir la responsabilidad, hacer discursos y conferencias de prensa, y echarle la culpa a otro burócrata a otro político o a alguien más, cualquiera que sea, menos el burócrata, el funcionario público o el político responsable de los hechos.

Otra particular forma de ser es el político, el ideólogo o el activista político que, aprovechando la notoriedad de la barbarie, el ojo público que la desgracia de esas pobres familias y esas menores niñas muertas, muy probablemente asesinadas, ya sea por sus custodios estatales (los llamados monitores) y la PNC en el lugar totalmente negligente, al igual que la Presidencia de la República, la Secretaría de Bienestar Social (he allí una ironía y un nombre mandado a hacer en el cinismo más degradante), la Procuraduría General de la Nación, el Consejo Nacional de Adopciones, la Policía Nacional Civil y el procurador de los Derechos Humanos.

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Una desgracia nacional de ese tamaño reportada en el mundo entero, igual que la desgracia del “hospital” psiquiátrico Federico Mora hace solo algunos años, es total, completa y absoluta responsabilidad del Gobierno de Guatemala. También hay responsabilidad completa de los padres o las familias de las niñas abusadas por sus propios parientes, de eso no hay duda alguna. Sin embargo, parece que algunos ideólogos e “ideólogas” (así es la degradación del lenguaje en uso por esa ideología de izquierda) de la política de género creen también que es ético, justo y moral aprovechar la desgracia ajena de esas pobres familias y niñas, para pues, claro, como es natural, hacer propaganda de esa ideología política totalmente llena de odio, mentira y distorsión.

¿Quiénes están haciendo algo efectivo por esas familias y proponiendo algo efectivo para resolver el verdadero problema? Como siempre, la iniciativa privada, que en forma anónima organizó el traslado a los mejores hospitales de EE. UU. de las niñas, en aviones privados, que aún se debaten entre la vida y la muerte, y la petición, ya presentada ante el Congreso por MCN y otros para la reforma de las leyes que crearon las condiciones para esta barbarie: La estatización del cuidado de los niños abusados y abandonados, la estatización en el Consejo Nacional de Adopciones, hecho cabildeado y forzado por Unicef y sus aliados estatistas en los distintos gobiernos y el Congreso, que crearon ese monumento burocrático a la barbarie, la ineficiencia y la desidia asesina, que creó las condiciones estatales para el maltrato y asesinato de esas niñas: el fracaso del Consejo Nacional de Adopciones.

Ver que hay ciudadanos privados que, efectivamente, se preocupan por la niñez abusada y abandonada, y ver a los políticos corruptos, que no solo están en el Congreso, queriendo aprovechar para su partido o ideología esta tragedia, allí está la comedia humana representada por completo.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo