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Lucrar a través del dolor

Redacción República
08 de abril, 2017

Ha circulado en redes sociales un nuevo video que habla acerca del ataque con químicos que se dio en Siria en ésta última semana. El video es perturbador, desde la primera escena se puede observar a un niño luchando por respirar, agonizando y sufriendo. Por si no fuera suficiente, las siguientes escenas transcurren de la misma manera: niños y  adultos con caras desesperadas que intentan mantener la calma y salvar sus vidas, personas que corren para auxiliarlos, agua, prendas tiradas por todo el lugar, destrucción y lodo en todos los alrededores. 

Parece que estamos hablando de una película de terror o la simulación de un apocalipsis zombie; pero quiero ser realmente sincera cuando les digo que derrame lágrimas al ver ese video en mi feed de Facebook. Es simplemente desconcertante. Cualquiera que vio ese video seguramente quedó tan atónito como yo. La dimensión de esa cruda realidad representada en nuestras pantallas del celular o la computadora, sobrepasa cualquier cosa que yo haya visto antes. 

Las escenas de cómo se vive la guerra en Siria están siendo crueles y despiadadas, no sólo ese video del que yo hablé al principio está circulando en las redes sociales. Hay infinidad de versiones más que ponen de manifiesto el sufrimiento de todas las víctimas que quedaron incapaces de poder respirar después de un atentado con químicos que se dio en el lugar.  

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Realmente no lo entiendo, ¿por qué un medio decide mostrar un video en donde expone las caras de las víctimas con miradas perdidas tratando de luchar por mantenerse con vida? ¿por qué publicar en una página en Facebook con 2,415,199 seguidores un video de 54 segundos que de principio a fin muestra a personas agonizando? Y más que eso, mis preguntas más importantes son: ¿qué fue lo que pasó por la mente de estos seres humanos cuando en los últimos momentos de su vida el escenario que vieron frente a ellos fue a un equipo de televisión grabando su angustia? Y más que eso, ¿qué pueden pensar aquellas personas que estaban sentimentalmente unidas a alguno de los protagonistas del video?  

Cuando se reproducen materiales como éste y se comparten masivamente en plataformas que llegan a todo el mundo, se pone de manifiesto que definitivamente el acto de comunicar dejó hace años de hacerse con buenos propósitos y que hoy en día cualquier tragedia puede convertirse en una oportunidad para levantar la popularidad de un medio de comunicación. Lo peor, es que la nota fue posteada entre decenas de noticias irrelevantes como un anuncio de Pepsi o la denuncia de una marca de leggins que se rompen. No les miento, el video fue posteado como una nota más. Alcanzó los 1.5 millones de reproducciones y además fue 12,549 veces compartido.  

¿Cuándo dejamos de creer en la integridad y dignidad humana desde el comienzo de la vida hasta su final? ¿Cómo hemos llegado a permitir que se nos muestre, y hasta incluso se nos venda, material que atenta a la dignidad de sus protagonistas? ¿En qué momento los medios comenzaron a lucrar a través del dolor de otros? Yo estoy de acuerdo en que se nos muestren videos sobre sucesos o noticias pero únicamente cuando mostrar escenas tan impactantes sirven como método de prevención o bien, no usan en primer plano la cara agonizante de la víctima.  

Hemos visto material noticioso de la guerra de Siria en otras ocasiones y ese material ha sido útil para concientizar sobre el sufrimiento y la necesidad de paz en ese país. Hemos también visto en las últimas semanas y en nuestro propio país, como otro ejemplo, material audiovisual de accidentes de tránsito que sirven para concientizar sobre el exceso de velocidad. Pero mostrar las imágenes que muchos medios mostraron esta semana para hablar del ataque con químicos en Siria, es repugnante. Un informe de la situación en planos más alejados hubiese sido suficiente.

Los medios han llegado a la cumbre de la indiferencia hacia la dignidad humana y nosotros nos convertimos también en cómplices cuando compartimos ese tipo de materiales y publicaciones. ¡Dejemos de darle a los medios más razones para lucrar a través del dolor!

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Lucrar a través del dolor

Redacción República
08 de abril, 2017

Ha circulado en redes sociales un nuevo video que habla acerca del ataque con químicos que se dio en Siria en ésta última semana. El video es perturbador, desde la primera escena se puede observar a un niño luchando por respirar, agonizando y sufriendo. Por si no fuera suficiente, las siguientes escenas transcurren de la misma manera: niños y  adultos con caras desesperadas que intentan mantener la calma y salvar sus vidas, personas que corren para auxiliarlos, agua, prendas tiradas por todo el lugar, destrucción y lodo en todos los alrededores. 

Parece que estamos hablando de una película de terror o la simulación de un apocalipsis zombie; pero quiero ser realmente sincera cuando les digo que derrame lágrimas al ver ese video en mi feed de Facebook. Es simplemente desconcertante. Cualquiera que vio ese video seguramente quedó tan atónito como yo. La dimensión de esa cruda realidad representada en nuestras pantallas del celular o la computadora, sobrepasa cualquier cosa que yo haya visto antes. 

Las escenas de cómo se vive la guerra en Siria están siendo crueles y despiadadas, no sólo ese video del que yo hablé al principio está circulando en las redes sociales. Hay infinidad de versiones más que ponen de manifiesto el sufrimiento de todas las víctimas que quedaron incapaces de poder respirar después de un atentado con químicos que se dio en el lugar.  

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Realmente no lo entiendo, ¿por qué un medio decide mostrar un video en donde expone las caras de las víctimas con miradas perdidas tratando de luchar por mantenerse con vida? ¿por qué publicar en una página en Facebook con 2,415,199 seguidores un video de 54 segundos que de principio a fin muestra a personas agonizando? Y más que eso, mis preguntas más importantes son: ¿qué fue lo que pasó por la mente de estos seres humanos cuando en los últimos momentos de su vida el escenario que vieron frente a ellos fue a un equipo de televisión grabando su angustia? Y más que eso, ¿qué pueden pensar aquellas personas que estaban sentimentalmente unidas a alguno de los protagonistas del video?  

Cuando se reproducen materiales como éste y se comparten masivamente en plataformas que llegan a todo el mundo, se pone de manifiesto que definitivamente el acto de comunicar dejó hace años de hacerse con buenos propósitos y que hoy en día cualquier tragedia puede convertirse en una oportunidad para levantar la popularidad de un medio de comunicación. Lo peor, es que la nota fue posteada entre decenas de noticias irrelevantes como un anuncio de Pepsi o la denuncia de una marca de leggins que se rompen. No les miento, el video fue posteado como una nota más. Alcanzó los 1.5 millones de reproducciones y además fue 12,549 veces compartido.  

¿Cuándo dejamos de creer en la integridad y dignidad humana desde el comienzo de la vida hasta su final? ¿Cómo hemos llegado a permitir que se nos muestre, y hasta incluso se nos venda, material que atenta a la dignidad de sus protagonistas? ¿En qué momento los medios comenzaron a lucrar a través del dolor de otros? Yo estoy de acuerdo en que se nos muestren videos sobre sucesos o noticias pero únicamente cuando mostrar escenas tan impactantes sirven como método de prevención o bien, no usan en primer plano la cara agonizante de la víctima.  

Hemos visto material noticioso de la guerra de Siria en otras ocasiones y ese material ha sido útil para concientizar sobre el sufrimiento y la necesidad de paz en ese país. Hemos también visto en las últimas semanas y en nuestro propio país, como otro ejemplo, material audiovisual de accidentes de tránsito que sirven para concientizar sobre el exceso de velocidad. Pero mostrar las imágenes que muchos medios mostraron esta semana para hablar del ataque con químicos en Siria, es repugnante. Un informe de la situación en planos más alejados hubiese sido suficiente.

Los medios han llegado a la cumbre de la indiferencia hacia la dignidad humana y nosotros nos convertimos también en cómplices cuando compartimos ese tipo de materiales y publicaciones. ¡Dejemos de darle a los medios más razones para lucrar a través del dolor!

República es ajena a la opinión expresada en este artículo