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Las Hidroeléctricas en Guatemala: ¿Beneficioso o dañino?

Redacción República
02 de mayo, 2017

Por Andy Martínez

En los últimos meses se han realizado diversas manifestaciones en contra de la construcción de hidroeléctricas en Guatemala. El 20 de febrero del presente año, los pobladores del municipio de Santa María Cahabón, en Alta Verapaz,  marcharon por las calles de la ciudad de Guatemala en rechazo de la construcción de las hidroeléctricas Oxec I y Oxec II. Los diversos movimientos en contra de las hidroeléctricas hacen dudar a los guatemaltecos sobre los beneficios que estas producen, ¿vale la pena utilizar este tipo de energía?

Según las estadísticas del Ministerio de Energía y Minas, en el año 2016 el 58% de la energía generado provino de recursos renovables. Si comparamos este dato con un país de la región, en Costa Rica el 98% de la energía producida proviene de recursos renovables. Además, en el mismo año, el 36% de la energía generada provino de hidroeléctricas, comparable con el 74% de Costa Rica. Estas estadísticas colocan a las hidroeléctricas como las mayores generadoras de energía en el país, con una capacidad de 1,300 MW. La Asociación de Generadores con Energía Renovable (AGER), tiene como visión generar el 80% de la energía del país con recursos renovables.

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El sector eléctrico en Guatemala solía estar manejado por un modelo estatal deficiente, hasta la promulgación de la Ley General de Electricidad de 1996. Antes de la reforma, el modelo estatal era poco eficiente, la demanda superaba la oferta y las tarifas “políticas” hacían insostenibles el modelo. A partir de 1996, más de 7,000 millones de dólares han sido invertidos en la generación de energía, sin que el estado intervenga. La política energética del país prioriza el uso de la energía renovable. Actualmente, solo el 13% de la capacidad generadora en Guatemala es del estado, mientras que el restante 87% es propiedad privada.

Según un estudio realizado por la Central American Business Intelligence (CABI), no desarrollar o cancelar autorizaciones existentes de proyectos de energía renovable tendría un impacto acumulado negativo de 51,364 miles de millones de quetzales, además de perder más de 400,000 empleos que son generados a partir de los proyectos de energía renovable. El impacto también se podría observar en nivel de cada ciudadano, ya que se generaría un incremento en las tarifas energéticas que pagan todos los guatemaltecos.

La Asociación de Generadores con Energía Renovable estima que en un año, sin hidroeléctricas, se incrementaría en más de 968,052,294.82 millones de quetzales la operación del sistema eléctrico nacional. La Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE) también estimó que los costos de energía podrían aumentar en un 400% si no se continúa con la construcción de las hidroeléctricas establecidas en la Política Energética Nacional.

Si vemos el caso de México, podemos ver que Guatemala no se encuentra tan atrás en la utilización de energías renovables. Según las estadísticas del Sistema de Información de Energía, de la Secretaría de Energía del gobierno mexicano, alrededor del 8% de la energía producida en el 2015 fue producto de recursos renovables. Si bien México es un país de mayor tamaño que Guatemala, las características geográficas son muy similares.

Al ver la perspectiva en números de lo que las hidroeléctricas significan para el país nos llevan a preguntarnos: ¿por qué las comunidades se oponen? Esta interrogante no plantean una única respuesta, ya que conlleva múltiples factores. Existen “líderes” que acarrean a las personas con la promesa de ciertos bienes, a cambio de que protesten en la calles de la ciudad. También existen sospechas sobre los contratos para la licitación  de licencias para las hidroeléctricas. Guatemala tiene muchos problemas que necesitan ser resueltos.   

El impacto económico en el país sería negativo si se cancelan los proyectos hidroeléctricos, por lo que deben impulsarse con el respeto debido a las leyes existentes del país, y el respeto debido al impacto cultural que estas generaran en las comunidades locales.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Las Hidroeléctricas en Guatemala: ¿Beneficioso o dañino?

Redacción República
02 de mayo, 2017

Por Andy Martínez

En los últimos meses se han realizado diversas manifestaciones en contra de la construcción de hidroeléctricas en Guatemala. El 20 de febrero del presente año, los pobladores del municipio de Santa María Cahabón, en Alta Verapaz,  marcharon por las calles de la ciudad de Guatemala en rechazo de la construcción de las hidroeléctricas Oxec I y Oxec II. Los diversos movimientos en contra de las hidroeléctricas hacen dudar a los guatemaltecos sobre los beneficios que estas producen, ¿vale la pena utilizar este tipo de energía?

Según las estadísticas del Ministerio de Energía y Minas, en el año 2016 el 58% de la energía generado provino de recursos renovables. Si comparamos este dato con un país de la región, en Costa Rica el 98% de la energía producida proviene de recursos renovables. Además, en el mismo año, el 36% de la energía generada provino de hidroeléctricas, comparable con el 74% de Costa Rica. Estas estadísticas colocan a las hidroeléctricas como las mayores generadoras de energía en el país, con una capacidad de 1,300 MW. La Asociación de Generadores con Energía Renovable (AGER), tiene como visión generar el 80% de la energía del país con recursos renovables.

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El sector eléctrico en Guatemala solía estar manejado por un modelo estatal deficiente, hasta la promulgación de la Ley General de Electricidad de 1996. Antes de la reforma, el modelo estatal era poco eficiente, la demanda superaba la oferta y las tarifas “políticas” hacían insostenibles el modelo. A partir de 1996, más de 7,000 millones de dólares han sido invertidos en la generación de energía, sin que el estado intervenga. La política energética del país prioriza el uso de la energía renovable. Actualmente, solo el 13% de la capacidad generadora en Guatemala es del estado, mientras que el restante 87% es propiedad privada.

Según un estudio realizado por la Central American Business Intelligence (CABI), no desarrollar o cancelar autorizaciones existentes de proyectos de energía renovable tendría un impacto acumulado negativo de 51,364 miles de millones de quetzales, además de perder más de 400,000 empleos que son generados a partir de los proyectos de energía renovable. El impacto también se podría observar en nivel de cada ciudadano, ya que se generaría un incremento en las tarifas energéticas que pagan todos los guatemaltecos.

La Asociación de Generadores con Energía Renovable estima que en un año, sin hidroeléctricas, se incrementaría en más de 968,052,294.82 millones de quetzales la operación del sistema eléctrico nacional. La Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE) también estimó que los costos de energía podrían aumentar en un 400% si no se continúa con la construcción de las hidroeléctricas establecidas en la Política Energética Nacional.

Si vemos el caso de México, podemos ver que Guatemala no se encuentra tan atrás en la utilización de energías renovables. Según las estadísticas del Sistema de Información de Energía, de la Secretaría de Energía del gobierno mexicano, alrededor del 8% de la energía producida en el 2015 fue producto de recursos renovables. Si bien México es un país de mayor tamaño que Guatemala, las características geográficas son muy similares.

Al ver la perspectiva en números de lo que las hidroeléctricas significan para el país nos llevan a preguntarnos: ¿por qué las comunidades se oponen? Esta interrogante no plantean una única respuesta, ya que conlleva múltiples factores. Existen “líderes” que acarrean a las personas con la promesa de ciertos bienes, a cambio de que protesten en la calles de la ciudad. También existen sospechas sobre los contratos para la licitación  de licencias para las hidroeléctricas. Guatemala tiene muchos problemas que necesitan ser resueltos.   

El impacto económico en el país sería negativo si se cancelan los proyectos hidroeléctricos, por lo que deben impulsarse con el respeto debido a las leyes existentes del país, y el respeto debido al impacto cultural que estas generaran en las comunidades locales.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo