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La soledad que vive Eco durante las audiencias

Giovanni Perez
02 de junio, 2017

Salvador Estuardo González Álvarez alias Eco, es sin duda alguna uno de los personajes más rechazados por los implicados en los casos de La Línea y Cooptación del Estado, debido a las múltiples declaraciones en su contra.

Ahora, de nuevo González está en el banquillo de los testigos en la audiencia de anticipo de prueba.

No hay que olvidar que Eco fue parte importante en la estructura criminal que él mismo ha sacado a la luz, relatando las fechorías que supuestamente realizaba junto con Otto Pérez Molina, Roxana Baldetti y Juan Carlos Monzón.

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Pero, ¿cómo es la vida de González durante las audiencias?, pues bien, Eco es uno de los primeros en llegar, trasladado en una camioneta blindada con casco y chaleco antibalas, y siempre es escoltado por dos o tres oficiales de seguridad.

Es ingresado a un cuarto cercano en la sala de audiencias donde espera el llamado de la del juez Miguel Ángel Gálvez. Luego ingresa en un campo de batalla entre fiscales y abogados defensores, que acompañados de pocos implicados en el caso, lo observan y escuchan muy atentos.

El colaborador eficaz, sin decir alguna palabra aparte de su testimonio, espera que le quiten las esposas y toma asiento. Su mirada no puede ser a otro lado que no sea hacia el juez Gálvez quien le da las instrucciones que debe de cumplir durante su testimonio y con el interrogatorio del fiscal, empieza a delatar.

A pesar de esto, Eco, quien está acompañado de más de 100 personas en la sala, para él cada audiencia son horas de soledad. Sin poder dirigir su mirada a otra parte, tampoco se le permite saludar a las personas presentes, aquellos que un tiempo fueron sus “amigos” y  cómplices.

La soledad de González queda reflejada en un video en el que se muestra la necesidad que tiene de hablar con otras personas. La grabación es de la actual audiencia de anticipo de prueba y fue captada durante un pequeño receso,mientras el juez Gálvez revisaba evidencia.

En esta grabación se muestra cómo todas las partes involucradas en el caso: fiscales, querellantes, abogados de la defensa, sindicados, personal del Organismo Judicial y los guardias del sistema penitenciario están dialogando e incluso, riéndose, en fin, todos socializando, menos Eco.

En este pequeño mundo está ubicado el colaborador eficaz, quien al centro de la sala solo escucha las risas y los murmullos, pero seguro no lo soporta y mejor decide ponerse de pie e ir con los guardias que lo escoltan, siendo sus custodios los únicos a quien les puede hablar.

La soledad que vive Eco durante las audiencias

Giovanni Perez
02 de junio, 2017

Salvador Estuardo González Álvarez alias Eco, es sin duda alguna uno de los personajes más rechazados por los implicados en los casos de La Línea y Cooptación del Estado, debido a las múltiples declaraciones en su contra.

Ahora, de nuevo González está en el banquillo de los testigos en la audiencia de anticipo de prueba.

No hay que olvidar que Eco fue parte importante en la estructura criminal que él mismo ha sacado a la luz, relatando las fechorías que supuestamente realizaba junto con Otto Pérez Molina, Roxana Baldetti y Juan Carlos Monzón.

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Pero, ¿cómo es la vida de González durante las audiencias?, pues bien, Eco es uno de los primeros en llegar, trasladado en una camioneta blindada con casco y chaleco antibalas, y siempre es escoltado por dos o tres oficiales de seguridad.

Es ingresado a un cuarto cercano en la sala de audiencias donde espera el llamado de la del juez Miguel Ángel Gálvez. Luego ingresa en un campo de batalla entre fiscales y abogados defensores, que acompañados de pocos implicados en el caso, lo observan y escuchan muy atentos.

El colaborador eficaz, sin decir alguna palabra aparte de su testimonio, espera que le quiten las esposas y toma asiento. Su mirada no puede ser a otro lado que no sea hacia el juez Gálvez quien le da las instrucciones que debe de cumplir durante su testimonio y con el interrogatorio del fiscal, empieza a delatar.

A pesar de esto, Eco, quien está acompañado de más de 100 personas en la sala, para él cada audiencia son horas de soledad. Sin poder dirigir su mirada a otra parte, tampoco se le permite saludar a las personas presentes, aquellos que un tiempo fueron sus “amigos” y  cómplices.

La soledad de González queda reflejada en un video en el que se muestra la necesidad que tiene de hablar con otras personas. La grabación es de la actual audiencia de anticipo de prueba y fue captada durante un pequeño receso,mientras el juez Gálvez revisaba evidencia.

En esta grabación se muestra cómo todas las partes involucradas en el caso: fiscales, querellantes, abogados de la defensa, sindicados, personal del Organismo Judicial y los guardias del sistema penitenciario están dialogando e incluso, riéndose, en fin, todos socializando, menos Eco.

En este pequeño mundo está ubicado el colaborador eficaz, quien al centro de la sala solo escucha las risas y los murmullos, pero seguro no lo soporta y mejor decide ponerse de pie e ir con los guardias que lo escoltan, siendo sus custodios los únicos a quien les puede hablar.