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Comunidades luchan contra las invasiones

Luis Gonzalez
20 de junio, 2017

La falta de acción de las autoridades del Ejecutivo y del sistema de justicia ha propiciado ingobernabilidad, irrespeto a la ley, zozobra, vandalismo, criminalidad y desempleo en el Valle del Polochic; sin embargo, todas estas adversidades no impiden que los comunitarios luchen por conservar su empleo y patrimonio.

Panzós y El Estor son ejemplos de cómo las comunidades defienden su derecho a trabajar y hasta arriesgan su vida por recuperar lo que otros les han quitado por la fuerza. En estos municipios operan grupos dirigidos por organizaciones que desarrollan sus actividades con impunidad para invadir propiedades, ya que saben que el Estado perdió el control de estos territorios.

En Panzós las autoridades municipales reconocen la necesidad de fuentes de empleo para combatir la pobreza, desnutrición y falta de educación, por ello comprenden la actitud de los trabajadores de las fincas invadidas que ya no soportaron más seguir desempleados y buscaron la forma de presionar a los invasores para que se fueran de los terrenos.

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Esto ocurrió en la finca Palestina y está sucediendo en la finca Venecia. En este último lugar se estableció una mesa de diálogo que no funcionó, pues no resolvió el problema y ahora los afectados buscan resolver estas dificultades sin intervención del Ejecutivo y el sistema de justicia.

En la finca Venecia ya pasó más de un año de la invasión y 25 comunidades resultaron afectadas por la falta de trabajo.

Los comunitarios solo quieren trabajar, ya no aceptan que alguien les niegue el derecho que tienen de llevar el sustento a sus familias.

Alzan la voz

En El Estor este año las invasiones y la ingobernabilidad son una pesadilla. En solo cuatro meses grupos dirigidos por organizaciones no locales se adueñaron de nueve propiedades y “cuidado” con quien intente acercarse a reclamar su patrimonio, ya que hasta la Policía y el Ministerio Público tiene temor de cumplir su trabajo.

La Asociación Una Voz por El Estor se creó para promover el desarrollo en las 133 comunidades del municipio, pero este año cambió de giro porque áreas ajenas a los invasores fueron tomadas con violencia y su esfuerzo se ha centrado en denunciar estos hechos y demandar que el Estado cumpla y garantice la propiedad privada.

Los afectados han presentado las denuncias en el Ministerio Público y aunque comprenden los riesgos de los fiscales, esperan que se cumpla la ley y prevalezca el estado de derecho porque en caso contrario la situación empeorará en el Valle del Polochic.

Tras los disturbios ocurridos en El Estor, el casco urbano sigue tomado por la Policía, pero al salir del municipio no hay presencia policial y ello genera temor y zozobra, indica la citada Asociación que batalla con sus propios medios para garantizar la gobernabilidad y que vuelva la paz al municipio.

El alcalde de Panzós, Jaime Chub (al centro), no recibió ningún apoyo de las autoridades del gobierno central, pero no se desanimó y evitó enfrentamientos entre los afectados que reclamaban trabajo y los invasores.

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Panzós y El Estor son ejemplos de cómo las comunidades defienden su derecho a trabajar y hasta arriesgan su vida por recuperar lo que otros les han quitado por la fuerza. En estos municipios operan grupos dirigidos por organizaciones que desarrollan sus actividades con impunidad para invadir propiedades, ya que saben que el Estado perdió el control de estos territorios.

En Panzós las autoridades municipales reconocen la necesidad de fuentes de empleo para combatir la pobreza, desnutrición y falta de educación, por ello comprenden la actitud de los trabajadores de las fincas invadidas que ya no soportaron más seguir desempleados y buscaron la forma de presionar a los invasores para que se fueran de los terrenos.

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Los comunitarios solo quieren trabajar, ya no aceptan que alguien les niegue el derecho que tienen de llevar el sustento a sus familias.

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En El Estor este año las invasiones y la ingobernabilidad son una pesadilla. En solo cuatro meses grupos dirigidos por organizaciones no locales se adueñaron de nueve propiedades y “cuidado” con quien intente acercarse a reclamar su patrimonio, ya que hasta la Policía y el Ministerio Público tiene temor de cumplir su trabajo.

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