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Blog de música: Una cantimplora, demos y amores perdidos con Anna Nalick y Wreck of the Day

Redacción República
09 de julio, 2017

Versión Deluxe, es el blog de música de Luis Fernando Alejos y República.

Pocas cosas me dan tanto gozo en esta vida como: una voz femenina, un alma que comulgue con mis gustos musicales (o que me abra la mente a nuevas avenidas sonoras) y una letra conmovedora. La versión extendida del álbum debut de Anna Nalick, Wreck of the Day, ya se ganó un lugar en mi banda sonora personal. Editado en 2006, es el primer trabajo de una cantautora con creatividad y una voz privilegiada, sin pretensiones.

Su estilo lleva rock, folk, un dejo de country y pop. Como el resto del mundo la descubrí por medio de Breathe (2 AM), esa hermosa balada que lo tiene todo: desamor y llamadas telefónicas en la madrugada, existencialismo y libertad, romanticismo (“but, my God, it’s so beautiful when the boy smiles / Wanna hold him / Maybe I’ll just sing about it”), bloqueo lírico, sobriedad.

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Ese primer sencillo estuvo presente en series y películas como Grey´s Anatomy y A Lot Like Love. Parte esencial de su repertorio, suele despedir sus conciertos con esta canción. Wreck of the Day, si bien abre con Breathe, cuyo arreglo incluye cuerdas y violoncello, es consistente. En él, a lo largo de las 11 canciones de total autoría de Nalick, despliega la confianza de una artista consumada. La acompañaron músicos que también estuvieron en las grandes ligas: Joey Waronker (Beck, Smashing Pumpkins, Atoms for Peace, R.E.M.) y Matt Chamberlain (Tori Amos, Smashing Pumpkins, Dave Navarro, Fiona Apple), por ejemplo.

Citadel, Catalyst y Forever Love (Dígame) son algunas de las joyas que la versión original incluye. La canción que le da título al álbum es por si sola una obra de arte. La extended version de Wreck of the Day incluye a su vez otra grabación del mismo tema, circa 2006, mucho más teatral e igualmente eficaz.

No es casualidad que todas las voces pertenezcan a Anna en su ópera prima. En Catalyst, y en los demos adicionales de Drink Me, Soldier y More Than Melody, además toca la guitarra acústica. El disco es una obra independiente. Lo curioso de su carrera es que la trayectoria que la cantautora −nacida en Temple City, California− ha tomado riesgos que han retrasado eso que llamamos éxito. A diferencia de Kelly Clarkson o Taylor Swift, no ha vuelto a dominar la preferencia de las radios, los festivales, ni aparece en videoclips. Y no lo necesita. Se nota que tiene integridad y se ha tomado tiempo para volver a lanzar el que sería su tercer álbum.

La producción no opaca el corazón de las canciones. In the Rough puede compartir espacio junto a Soldier, un demo que no estaría fuera de lugar en un disco de Bob Dylan, Johnny Cash o Jewel. Es maravilloso reconocer que cuando tendría alrededor de 21 años, Anna Nalick escribió reflexiones sobre la mortalidad de un soldado, mártir X: “And if this life doesn’t give you the love you expect / There’s always the next”. Amén.

Escucha el álbum en este enlace

Lea también: California, un estado mental para Blink-182

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Blog de música: Una cantimplora, demos y amores perdidos con Anna Nalick y Wreck of the Day

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09 de julio, 2017

Versión Deluxe, es el blog de música de Luis Fernando Alejos y República.

Pocas cosas me dan tanto gozo en esta vida como: una voz femenina, un alma que comulgue con mis gustos musicales (o que me abra la mente a nuevas avenidas sonoras) y una letra conmovedora. La versión extendida del álbum debut de Anna Nalick, Wreck of the Day, ya se ganó un lugar en mi banda sonora personal. Editado en 2006, es el primer trabajo de una cantautora con creatividad y una voz privilegiada, sin pretensiones.

Su estilo lleva rock, folk, un dejo de country y pop. Como el resto del mundo la descubrí por medio de Breathe (2 AM), esa hermosa balada que lo tiene todo: desamor y llamadas telefónicas en la madrugada, existencialismo y libertad, romanticismo (“but, my God, it’s so beautiful when the boy smiles / Wanna hold him / Maybe I’ll just sing about it”), bloqueo lírico, sobriedad.

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Ese primer sencillo estuvo presente en series y películas como Grey´s Anatomy y A Lot Like Love. Parte esencial de su repertorio, suele despedir sus conciertos con esta canción. Wreck of the Day, si bien abre con Breathe, cuyo arreglo incluye cuerdas y violoncello, es consistente. En él, a lo largo de las 11 canciones de total autoría de Nalick, despliega la confianza de una artista consumada. La acompañaron músicos que también estuvieron en las grandes ligas: Joey Waronker (Beck, Smashing Pumpkins, Atoms for Peace, R.E.M.) y Matt Chamberlain (Tori Amos, Smashing Pumpkins, Dave Navarro, Fiona Apple), por ejemplo.

Citadel, Catalyst y Forever Love (Dígame) son algunas de las joyas que la versión original incluye. La canción que le da título al álbum es por si sola una obra de arte. La extended version de Wreck of the Day incluye a su vez otra grabación del mismo tema, circa 2006, mucho más teatral e igualmente eficaz.

No es casualidad que todas las voces pertenezcan a Anna en su ópera prima. En Catalyst, y en los demos adicionales de Drink Me, Soldier y More Than Melody, además toca la guitarra acústica. El disco es una obra independiente. Lo curioso de su carrera es que la trayectoria que la cantautora −nacida en Temple City, California− ha tomado riesgos que han retrasado eso que llamamos éxito. A diferencia de Kelly Clarkson o Taylor Swift, no ha vuelto a dominar la preferencia de las radios, los festivales, ni aparece en videoclips. Y no lo necesita. Se nota que tiene integridad y se ha tomado tiempo para volver a lanzar el que sería su tercer álbum.

La producción no opaca el corazón de las canciones. In the Rough puede compartir espacio junto a Soldier, un demo que no estaría fuera de lugar en un disco de Bob Dylan, Johnny Cash o Jewel. Es maravilloso reconocer que cuando tendría alrededor de 21 años, Anna Nalick escribió reflexiones sobre la mortalidad de un soldado, mártir X: “And if this life doesn’t give you the love you expect / There’s always the next”. Amén.

Escucha el álbum en este enlace

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