Unos fueron víctimas de abuso físico otros de ataque sexual, pero todos formaron parte de un coro de un colegio católico en Alemania. La institución fue presidida por Georg Ratzinger, el hermano del papa emérito Benedicto XVI.
El abogado alemán Ulrich Weber, recolecta los casos de más de 547 niños que fueron sujeto de abuso entre 1945 y 1992.
Georg Ratzinger, el hermano de Benedicto XVI, presidió dicho coro entre 1964 y 1994. Según Weber, el hermano de Benedicto XVI es culpado en el informe de haber “hecho la vista gorda” a lo que sucedía en el coro y no intervenir.
No menos de 49 personas son los responsables del abuso los 547 niños pertenecientes al famoso coro Domspatzen.
Weber comenzó su estudio en 2015, cuando fue encargado de la investigación a raíz del escándalo de abuso sexual dentro de la Iglesia Católica en 2010. Según el abogado, las víctimas se sintieron dominadas por “la violencia, el miedo y la desesperanza” y asociaban el colegio con “la cárcel, el infierno o un campo de concentración”.
Georg Ratzinger ha negado tener conocimiento de los casos y a su vez la diócesis local de la Iglesia Católica ha dicho que planea ofrecer a las víctimas hasta US$23 mil en compensaciones antes de terminar el año.
Unos fueron víctimas de abuso físico otros de ataque sexual, pero todos formaron parte de un coro de un colegio católico en Alemania. La institución fue presidida por Georg Ratzinger, el hermano del papa emérito Benedicto XVI.
El abogado alemán Ulrich Weber, recolecta los casos de más de 547 niños que fueron sujeto de abuso entre 1945 y 1992.
Georg Ratzinger, el hermano de Benedicto XVI, presidió dicho coro entre 1964 y 1994. Según Weber, el hermano de Benedicto XVI es culpado en el informe de haber “hecho la vista gorda” a lo que sucedía en el coro y no intervenir.
No menos de 49 personas son los responsables del abuso los 547 niños pertenecientes al famoso coro Domspatzen.
Weber comenzó su estudio en 2015, cuando fue encargado de la investigación a raíz del escándalo de abuso sexual dentro de la Iglesia Católica en 2010. Según el abogado, las víctimas se sintieron dominadas por “la violencia, el miedo y la desesperanza” y asociaban el colegio con “la cárcel, el infierno o un campo de concentración”.
Georg Ratzinger ha negado tener conocimiento de los casos y a su vez la diócesis local de la Iglesia Católica ha dicho que planea ofrecer a las víctimas hasta US$23 mil en compensaciones antes de terminar el año.