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La laxitud del sistema de justicia con Bernardo Caal

Redacción República
26 de julio, 2017

Haber sido prófugo de la justicia por más de tres meses no fue obstáculo para que el dirigente Bernardo Caal  Xol fuera beneficiado con una caución económica y evitara ir a prisión. Es más, el juzgado segundo de instancia penal de Alta Verapaz le otorgó quince días para pagar la fianza de Q25 mil.

Presentarse voluntariamente ante el juzgado fue suficiente para que el juez olvidara los 113 días que estuvo evadiendo a la justicia.

Un grupo de personas afines a su causa se mantuvieron en las afueras del juzgado para celebrar la decisión del juez Ricardo García Caal. Decir que todo se debía a una “persecución política”, resultó ser el discurso perfecto para convencer a sus seguidores.

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Caal se muestra convencido que su rechazo a los proyectos hidroeléctricos fueron el detonante para que se iniciara un proceso en su contra. Sin embargo, la historia no encaja con ese argumento, incluso lo contradice.

El señalamiento no es nuevo, todo se remonta al 2012 cuando la Dirección Departamental del Ministerio de Educación (MINEDUC) detectó que no impartió clases durante un año en la Escuela Oficial Rural Mixta ubicada en la aldea Semoch, Santa María Cahabón, Alta Verapaz donde estaba asignado.

Pero no fue solo su inasistencia lo que lo tiene bajo la lupa de las autoridades, fue también el cobro de honorarios. Se llevó a sus bolsillos Q104 mil sin haber trabajado.

Cinthya del Aguila, entonces titular del MINEDUC, confirmó en su momento que Caal nunca justificó su ausencia. “El no llegó desde enero y fue en agosto que el director presentó la denuncia. En todo el año no trabajó”, declaró.

Pese a ello, cobró Q104 mil en salarios. Eso llevó a las autoridades a iniciar su proceso de destitución. Pero no fue fácil, Caal dio batalla y presentó varias acciones para mantener su plaza ya que sus planes como docente y sindicalista era sustituir a Joviel Acevedo en la dirigencia del sindicato más grande del magisterio.

Pero en 2013 perdió la batalla y fue Cynthia del Aguila, quien firmó su carta de despido. Fue en ese momento que hizo pausa a su intento por desbancar a Acevedo y se concentró en ganar espacio en otro tipo de activismo.

La justicia le sonrió

Cuando Caal supo que tenía orden de captura desapareció. Asegura que fue para recabar toda la información pero lo cierto es que pasó 113 días escondido y fue hasta el 18 de julio que apareció ante el juzgado de Alta Verapaz.

Pese a la orden de captura nunca le colocaron grilletes y se paseó sin custodia alguna. Incluso, brindó declaraciones a los medios de comunicación y durante el receso que otorgó el juez salió a la calle para decirle a sus seguidores que todo marchaba bien, así lo mostró el video publicado por Sam Chun informa.

El rostro de Caal nunca mostró preocupación, como si de antemano supiera que no sería encarcelado. Su optimismo tuvo razón de ser ya que pese a que el Ministerio Público pidió que fuera ligado a proceso por estafa, el juez no le dio mérito a la solicitud y decidió ligarlo por el delito de apropiación y retención indebida.

El delito lo establece el Código Penal.

El caso de Caal llama la atención ya que la información no fluye como en otros casos. Se dijo que tenía arresto domiciliario, incluso algunos medios de radio y prensa escrita así lo aseguraron, pero al consultar al departamento de Comunicación del Organismo Judicial se confirmó que solo tiene arraigo (prohibición para salir del país).

Al querer conocer más detalles se consultó vía telefónica al juzgado que lleva su caso pero la secretaria del juez fue clara en decir que si los medios de comunicación quieren más datos deben acudir personalmente al juzgado ubicado en Alta Verapaz.

Ante esto se insistió por más información en el Organismo Judicial pero lo único que se nos dijo es que aparte del arraigo, Caal está obligado a firmar el libro de asistencia el 30 de cada mes en el juzgado de paz de San Martin Jilotepeque, Chimaltenango. Si se quiere más información se debe esperar a que el departamento haga la solicitud al juzgado lo cual podría tardar varios días.

Mientras llega la audiencia de apertura a juicio fijada para el 9 de noviembre a las 9 horas, Bernardo Caal sigue disfrutando de su libertad, como lo muestra en su cuenta de facebook.

Bernardo Caal posa junto al presidente del comité organizador de FILGUA

La laxitud del sistema de justicia con Bernardo Caal

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26 de julio, 2017

Haber sido prófugo de la justicia por más de tres meses no fue obstáculo para que el dirigente Bernardo Caal  Xol fuera beneficiado con una caución económica y evitara ir a prisión. Es más, el juzgado segundo de instancia penal de Alta Verapaz le otorgó quince días para pagar la fianza de Q25 mil.

Presentarse voluntariamente ante el juzgado fue suficiente para que el juez olvidara los 113 días que estuvo evadiendo a la justicia.

Un grupo de personas afines a su causa se mantuvieron en las afueras del juzgado para celebrar la decisión del juez Ricardo García Caal. Decir que todo se debía a una “persecución política”, resultó ser el discurso perfecto para convencer a sus seguidores.

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Caal se muestra convencido que su rechazo a los proyectos hidroeléctricos fueron el detonante para que se iniciara un proceso en su contra. Sin embargo, la historia no encaja con ese argumento, incluso lo contradice.

El señalamiento no es nuevo, todo se remonta al 2012 cuando la Dirección Departamental del Ministerio de Educación (MINEDUC) detectó que no impartió clases durante un año en la Escuela Oficial Rural Mixta ubicada en la aldea Semoch, Santa María Cahabón, Alta Verapaz donde estaba asignado.

Pero no fue solo su inasistencia lo que lo tiene bajo la lupa de las autoridades, fue también el cobro de honorarios. Se llevó a sus bolsillos Q104 mil sin haber trabajado.

Cinthya del Aguila, entonces titular del MINEDUC, confirmó en su momento que Caal nunca justificó su ausencia. “El no llegó desde enero y fue en agosto que el director presentó la denuncia. En todo el año no trabajó”, declaró.

Pese a ello, cobró Q104 mil en salarios. Eso llevó a las autoridades a iniciar su proceso de destitución. Pero no fue fácil, Caal dio batalla y presentó varias acciones para mantener su plaza ya que sus planes como docente y sindicalista era sustituir a Joviel Acevedo en la dirigencia del sindicato más grande del magisterio.

Pero en 2013 perdió la batalla y fue Cynthia del Aguila, quien firmó su carta de despido. Fue en ese momento que hizo pausa a su intento por desbancar a Acevedo y se concentró en ganar espacio en otro tipo de activismo.

La justicia le sonrió

Cuando Caal supo que tenía orden de captura desapareció. Asegura que fue para recabar toda la información pero lo cierto es que pasó 113 días escondido y fue hasta el 18 de julio que apareció ante el juzgado de Alta Verapaz.

Pese a la orden de captura nunca le colocaron grilletes y se paseó sin custodia alguna. Incluso, brindó declaraciones a los medios de comunicación y durante el receso que otorgó el juez salió a la calle para decirle a sus seguidores que todo marchaba bien, así lo mostró el video publicado por Sam Chun informa.

El rostro de Caal nunca mostró preocupación, como si de antemano supiera que no sería encarcelado. Su optimismo tuvo razón de ser ya que pese a que el Ministerio Público pidió que fuera ligado a proceso por estafa, el juez no le dio mérito a la solicitud y decidió ligarlo por el delito de apropiación y retención indebida.

El delito lo establece el Código Penal.

El caso de Caal llama la atención ya que la información no fluye como en otros casos. Se dijo que tenía arresto domiciliario, incluso algunos medios de radio y prensa escrita así lo aseguraron, pero al consultar al departamento de Comunicación del Organismo Judicial se confirmó que solo tiene arraigo (prohibición para salir del país).

Al querer conocer más detalles se consultó vía telefónica al juzgado que lleva su caso pero la secretaria del juez fue clara en decir que si los medios de comunicación quieren más datos deben acudir personalmente al juzgado ubicado en Alta Verapaz.

Ante esto se insistió por más información en el Organismo Judicial pero lo único que se nos dijo es que aparte del arraigo, Caal está obligado a firmar el libro de asistencia el 30 de cada mes en el juzgado de paz de San Martin Jilotepeque, Chimaltenango. Si se quiere más información se debe esperar a que el departamento haga la solicitud al juzgado lo cual podría tardar varios días.

Mientras llega la audiencia de apertura a juicio fijada para el 9 de noviembre a las 9 horas, Bernardo Caal sigue disfrutando de su libertad, como lo muestra en su cuenta de facebook.

Bernardo Caal posa junto al presidente del comité organizador de FILGUA