Si hace unas semanas me refería al embajador Robinson y del por qué debía ser declarado non grato (ver mi columna en República del 24 de junio de 2017) hoy le dedicaré estas líneas a la flamante embajadora del chavismo venezolano en nuestra patria, “excelentísima y expertísima” (para propiciar regímenes marxistas-totalitarios en América Latina) embajadora Elena Salcedo.
La embajadora Salcedo con igual o más razón que el primer referido, debe ser declarada non grata en Guatemala por propiciar directamente el enfrentamiento étnico entre guatemaltecos, la lucha de clases, el bloqueo de carreteras, el boicot a las hidroeléctricas y a las minas y el financiamiento ilícito de partidos políticos de extrema izquierda, a saber: URNG, Convergencia y CODECA –en formación-.
¿De dónde cree usted que salen gran parte de los recursos económicos para la realización de las actividades delictivas antes descritas?
Hace dos meses nos enterábamos cómo Thelma Cabrera, presidenta de la organización extremista CODECA viajaba a Venezuela por invitación del gobierno de Maduro. Rigoberta Menchú, la premio nobel de las mentiras, tiene fuertes lazos con el régimen chavista al que apoya incondicionalmente y del cual ambas señoras alaban su forma de ejecutar con maestría la doctrina marxista-leninista: expropiaciones, detenciones ilegales, juicios espurios contra la oposición, violación de la ley, destrucción de las instituciones republicanas, ejecuciones extraoficiales, y muchos otros males.
Actuando entre las tinieblas y la clandestinidad, se puede ver la mano negra del gobierno chavista en Guatemala, al cual, los grupos delictivos antes mencionados, incluso ensalzan y apoyan con pancartas, gritos e himnos en sendas manifestaciones y bloqueos. Hasta se atreven, en contubernio con la mismísima USAC, malversando nuestros impuestos, a impartir conferencias de la doctrina dictatorial chavista a una masa de incautos muchachos y algunos borregos descerebrados.
Es más, ¿me pregunto si no valdrá más la pena romper relaciones diplomáticas con Venezuela hasta que haya un cambio de rumbo? Eso en mi opinión, sería genial, el Presidente Jimmy Morales daría un gran ejemplo de liderazgo a LATAM, sería un golpe de autoridad y recuperaría gran parte de su decaído prestigio. Óigame, “please”, señor Presidente. Y es que Venezuela, en las circunstancias actuales, no tiene absolutamente nada que ofrecerle a Guatemala, ¡nada! Aporta mucho más a Guatemala la Isla de Gilligan…
Por otro lado, he visto en redes sociales y columnas de opinión, apreciaciones distintas sobre el nuevo embajador estadounidense (que resulta que es chapín, víctima de la guerrilla marxista). Al embajador Luis Arreaga le damos la bienvenida y le pedimos que siga el cambio de rumbo que el gobierno republicano de Mr. Trump le está dando a su servicio diplomático. Que no interfiera en asuntos internos (aunque sea guatemalteco) y mucho menos se deje engañar por los farsantes activistas de la “suciedad civil” de izquierda. Ya suficiente los subvencionaron Clinton y Obama por décadas.
Suficiente excremento tenemos con todos los millones de euros que los castro-chavistas guatemaltecos reciben de los “pink-europeos”, que luego son usados para tener de rodillas a Guatemala. El caos provocado por estos indeseables hace que miles de personas emigren al Norte y cientos de empresas muden sus operaciones a otros países.
Lo que le pido al Sr. Embajador Arreaga, es que promueva la inversión privada estadounidense en Guatemala, que facilite el comercio e intercambio de bienes, personas, tecnología y cultura entre nuestros dos países hermanos y que escuche el clamor de este pueblo que no es más que: “¡QUEREMOS TRABAJO!”.
Sr. Embajador Arreaga, ayúdenos a: “MAKE GUATEMALA GREAT AGAIN”.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
Si hace unas semanas me refería al embajador Robinson y del por qué debía ser declarado non grato (ver mi columna en República del 24 de junio de 2017) hoy le dedicaré estas líneas a la flamante embajadora del chavismo venezolano en nuestra patria, “excelentísima y expertísima” (para propiciar regímenes marxistas-totalitarios en América Latina) embajadora Elena Salcedo.
La embajadora Salcedo con igual o más razón que el primer referido, debe ser declarada non grata en Guatemala por propiciar directamente el enfrentamiento étnico entre guatemaltecos, la lucha de clases, el bloqueo de carreteras, el boicot a las hidroeléctricas y a las minas y el financiamiento ilícito de partidos políticos de extrema izquierda, a saber: URNG, Convergencia y CODECA –en formación-.
¿De dónde cree usted que salen gran parte de los recursos económicos para la realización de las actividades delictivas antes descritas?
Hace dos meses nos enterábamos cómo Thelma Cabrera, presidenta de la organización extremista CODECA viajaba a Venezuela por invitación del gobierno de Maduro. Rigoberta Menchú, la premio nobel de las mentiras, tiene fuertes lazos con el régimen chavista al que apoya incondicionalmente y del cual ambas señoras alaban su forma de ejecutar con maestría la doctrina marxista-leninista: expropiaciones, detenciones ilegales, juicios espurios contra la oposición, violación de la ley, destrucción de las instituciones republicanas, ejecuciones extraoficiales, y muchos otros males.
Actuando entre las tinieblas y la clandestinidad, se puede ver la mano negra del gobierno chavista en Guatemala, al cual, los grupos delictivos antes mencionados, incluso ensalzan y apoyan con pancartas, gritos e himnos en sendas manifestaciones y bloqueos. Hasta se atreven, en contubernio con la mismísima USAC, malversando nuestros impuestos, a impartir conferencias de la doctrina dictatorial chavista a una masa de incautos muchachos y algunos borregos descerebrados.
Es más, ¿me pregunto si no valdrá más la pena romper relaciones diplomáticas con Venezuela hasta que haya un cambio de rumbo? Eso en mi opinión, sería genial, el Presidente Jimmy Morales daría un gran ejemplo de liderazgo a LATAM, sería un golpe de autoridad y recuperaría gran parte de su decaído prestigio. Óigame, “please”, señor Presidente. Y es que Venezuela, en las circunstancias actuales, no tiene absolutamente nada que ofrecerle a Guatemala, ¡nada! Aporta mucho más a Guatemala la Isla de Gilligan…
Por otro lado, he visto en redes sociales y columnas de opinión, apreciaciones distintas sobre el nuevo embajador estadounidense (que resulta que es chapín, víctima de la guerrilla marxista). Al embajador Luis Arreaga le damos la bienvenida y le pedimos que siga el cambio de rumbo que el gobierno republicano de Mr. Trump le está dando a su servicio diplomático. Que no interfiera en asuntos internos (aunque sea guatemalteco) y mucho menos se deje engañar por los farsantes activistas de la “suciedad civil” de izquierda. Ya suficiente los subvencionaron Clinton y Obama por décadas.
Suficiente excremento tenemos con todos los millones de euros que los castro-chavistas guatemaltecos reciben de los “pink-europeos”, que luego son usados para tener de rodillas a Guatemala. El caos provocado por estos indeseables hace que miles de personas emigren al Norte y cientos de empresas muden sus operaciones a otros países.
Lo que le pido al Sr. Embajador Arreaga, es que promueva la inversión privada estadounidense en Guatemala, que facilite el comercio e intercambio de bienes, personas, tecnología y cultura entre nuestros dos países hermanos y que escuche el clamor de este pueblo que no es más que: “¡QUEREMOS TRABAJO!”.
Sr. Embajador Arreaga, ayúdenos a: “MAKE GUATEMALA GREAT AGAIN”.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo