“El presidente venezolano sigue dando razones para que le llamen ‘dictador’: encarcela disidentes, silencia a la prensa y este jueves instaurará una asamblea para liquidar todos los poderes y gobernar en forma interina.
Para el gobierno de Estados Unidos, Nicolás Maduro es un “dictador”. El señalado lo niega y se presenta ante el mundo como “el presidente independiente de una nación libre”. Mas allá de la diatriba y las etiquetas propias del discurso político, los hechos hablan por si solos: el asesinato de manifestantes, el encarcelamiento de la disidencia y la instalación este jueves 3 de agosto de una Asamblea Constituyente que podrá disolver todas las instituciones de la República, confirman la destrucción de la democracia en Venezuela.
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“El presidente venezolano sigue dando razones para que le llamen ‘dictador’: encarcela disidentes, silencia a la prensa y este jueves instaurará una asamblea para liquidar todos los poderes y gobernar en forma interina.
Para el gobierno de Estados Unidos, Nicolás Maduro es un “dictador”. El señalado lo niega y se presenta ante el mundo como “el presidente independiente de una nación libre”. Mas allá de la diatriba y las etiquetas propias del discurso político, los hechos hablan por si solos: el asesinato de manifestantes, el encarcelamiento de la disidencia y la instalación este jueves 3 de agosto de una Asamblea Constituyente que podrá disolver todas las instituciones de la República, confirman la destrucción de la democracia en Venezuela.