Versión Deluxe, es el blog de música de Luis Fernando Alejos y República
Hay una especie de purgatorio a través del que los solistas, muchos de ellos británicos y gringos, deben pasar antes de graduarse a su propio paraíso. La boy o girl band. Justin Timberlake tuvo su paso por NSync’, Beyoncé creció con Destiny’s Child, Robbie Williams hizo lo suyo con Take That. Menudo fue el nido de Draco Rosa.
Y así es 2017, y Harry Styles bien pudo nunca haber bailado y cantado al unísono de One Direction. Su disco debut, Harry Styles, es británico en el mejor sentido de la palabra. Le pregunta al mundo: ”Will we ever learn, we’ve been here before” con ese primer sencillo glorioso Sign of The Times. Su letra es melancólica y esperanzadora a la vez. El piano es vulnerable, el arreglo y el video musical son épicos.
Empecé a escuchar las primeras canciones de este álbum en el carro de Kathy. No recuerdo si llovía. El pasado y el futuro hacían un pulso con esta inesperada música trascendiendo el formato pop. Dándole los mejores posibles ecos. El rock clásico de Carolina cede a un momento más agridulce, Two Ghosts. Ya imagino parejas recién casadas dedicándose Sweet Creature; es así de dulce, valga la redundancia. Only Angel regresa la moneda sexy rocker, y tiene cowbell (cencerro), ¡maldita sea! Para quien me conoce de cerca, sabe que tengo fiebre y que solo hay una receta.
Ever Since New York quizás sea para el nostálgico y cobarde que alguna vez fuimos-seremos-podemos ser. Woman suena un poco fuera de lugar, una dosis glam del tío experimental que se coló en el estudio de grabación. Pero bueno, quizás Harry es su propio tío glam. En todo caso, como sucede con el purgatorio de los exiliados de las boy bands, no hace falta haber conocido a este chavo en su viejo trabajo. Ahora encuentra su verdadera voz (y pareciera que también es un actor digno, debo ver Dunkirk para descubrirlo). Richard Ashcroft y George Michael estarían orgullosos.
Versión Deluxe, es el blog de música de Luis Fernando Alejos y República
Hay una especie de purgatorio a través del que los solistas, muchos de ellos británicos y gringos, deben pasar antes de graduarse a su propio paraíso. La boy o girl band. Justin Timberlake tuvo su paso por NSync’, Beyoncé creció con Destiny’s Child, Robbie Williams hizo lo suyo con Take That. Menudo fue el nido de Draco Rosa.
Y así es 2017, y Harry Styles bien pudo nunca haber bailado y cantado al unísono de One Direction. Su disco debut, Harry Styles, es británico en el mejor sentido de la palabra. Le pregunta al mundo: ”Will we ever learn, we’ve been here before” con ese primer sencillo glorioso Sign of The Times. Su letra es melancólica y esperanzadora a la vez. El piano es vulnerable, el arreglo y el video musical son épicos.
Empecé a escuchar las primeras canciones de este álbum en el carro de Kathy. No recuerdo si llovía. El pasado y el futuro hacían un pulso con esta inesperada música trascendiendo el formato pop. Dándole los mejores posibles ecos. El rock clásico de Carolina cede a un momento más agridulce, Two Ghosts. Ya imagino parejas recién casadas dedicándose Sweet Creature; es así de dulce, valga la redundancia. Only Angel regresa la moneda sexy rocker, y tiene cowbell (cencerro), ¡maldita sea! Para quien me conoce de cerca, sabe que tengo fiebre y que solo hay una receta.
Ever Since New York quizás sea para el nostálgico y cobarde que alguna vez fuimos-seremos-podemos ser. Woman suena un poco fuera de lugar, una dosis glam del tío experimental que se coló en el estudio de grabación. Pero bueno, quizás Harry es su propio tío glam. En todo caso, como sucede con el purgatorio de los exiliados de las boy bands, no hace falta haber conocido a este chavo en su viejo trabajo. Ahora encuentra su verdadera voz (y pareciera que también es un actor digno, debo ver Dunkirk para descubrirlo). Richard Ashcroft y George Michael estarían orgullosos.