Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

La crítica de Miguel, segunda parte

Warren Orbaugh
16 de agosto, 2017

Vimos en mi columna anterior que Miguel Roldán dice sobre mi artículo “El Hombre es lo que Hace” que es: «un intento de combinar el Objetivismo con la irracionalidad del materialismo de Nieztsche y el existencialismo de Sartre con el pragmatismo de Dewey y James», lo que evidentemente no es cierto, como lo evidencia el artículo mismo. Y continúa Miguel con: «Dice Orbaugh que nuestra vida es un absurdo, que nacemos como algo absurdo, y que solo nosotros podemos darle sentido a la vida….», lo que tampoco digo. Hasta aquí la crítica de Miguel se circunscribe a construir un hombre de paja al que ataca. (No corregí el error del original de la cita con respecto al nombre de Nietzsche).

Prosigue Miguel:

“El conocimiento solo tiene sentido para vivir, entonces, hacer una pregunta que cuestione ese hecho, es aberrante, es tirar por la borda toda seriedad. Ese tipo de pregunta no merece ser tomada en serio. Equivale a, pretender demostrar que uno mismo existe y dudar de la propia existencia. O que uno no es consciente. Y decir que el hombre es cuerpo, es puro materialismo. O que el hombre es fundamentalmente acción. Cuando la acción divorciada de valores es suicida. En fin, esto es un eclecticismo, una sopa de muchos ingredientes contradictorios.”

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Realmente no tengo ni la menor idea de dónde saca Miguel que yo digo alguna de esas cosas. Como puede verificarse leyendo mi artículo, no cuestiono en ningún lugar que somos conscientes, ni el conocimiento. No cuestiono el hecho de que existimos. No pretendo demostrar que uno no es consciente. No digo que el hombre es cuerpo –lo que digo es que es cuerpo consciente, que es otra cosa. Y por último no digo que el hombre es fundamentalmente acción.

Lo que digo distingue claramente entre lo ontológico y lo hecho por el hombre. Lo ontológico es necesario, no puede ser de otra manera de como es. Lo hecho por el hombre es contingente, puede ser de una u otra manera: “Somos seres con libre albedrío y auto-controlados, que elegimos nuestro modo de ser, lo que hacemos de nosotros mismos y la vida que creamos. Todas estas elecciones y acciones son hechos humanos, son contingentes, podrían ser de otra manera. El ser que elige, el organismo que decide, es el hombre desnudo, el “ser fundamental”, despojado de todo disfraz impuesto por la sociedad. Su estructura corporal, su facultad de ser consciente, y su facultad volitiva son hechos ontológicos, necesarios, inherentes a su identidad.” [Warren Orbaugh. El Hombre es lo que Hace].

El título del artículo, “El hombre es lo que hace” resume una idea que Rand toma, no sólo de Nietzsche, Heidegger, y Sartre, sino que también de Aristóteles. El estagirita nos dice en su ÉTICA A NICÓMACO que nos convertimos en buenos hombres de la misma manera en que nos convertimos en cualquier cosa: por medio de la práctica. El hombre se convierte en constructor construyendo, el músico tocando un instrumento musical. El justo haciendo actos justos, el templado haciendo actos de templanza, el valeroso haciendo actos de valentía, el sensato razonando bien. Igualmente el corrupto haciendo actos corruptos, el mentiroso mintiendo, etc. Esta idea es otro de los temas en la novela de Rand EL MANANTIAL. Vemos a lo largo de la trama las decisiones y acciones de los distintos personajes de la novela, y como sus acciones los convierten en lo que son. Gail Wynand, por ejemplo, descubre al final que sus acciones –basadas en una filosofía equivocada– en lugar de haberlo hecho poderoso, lo convirtieron en una impotente marioneta dependiente de la opinión de las masas.

Otra idea importante y relacionada es la idea de autonomía, descrita por Kant en “¿Qué es la ilustración?”, que es la habilidad del hombre de dirigir su vida de acuerdo a principios racionales y universales que él mismo haya escogido – «Ten la valentía de usar tu propia razón.» [Emanuel Kant. ¿Qué es la Ilustración?]. Lo contrario es lo que Kant llama heteronomía, que es vivir la vida, no de acuerdo a principios que uno mismo haya escogido, sino que por los que otros piensan que uno debería vivir, como vive Keating en la novela de Rand, por ejemplo. Rand rechaza la ética racionalista de Kant, pero no el principio de  independencia, de vivir de acuerdo a principios racionales. La importancia de Rand consiste en las correcciones que hace de ideas que por su contexto son malas, al proveer el contexto apropiado. Esta misma noción la encontramos en Nietzsche, Heidegger y Sartre, sólo que cada uno enfatizando un aspecto ligeramente distinto. Heidegger distingue el “yo-auténtico” del “yo-otro”. La vida de Keating está dominada por el “yo-otro” y nunca llega a ser el “yo-auténtico” que toma las riendas de su vida.

Continúa diciendo Miguel:

“El hombre es una entidad indivisible compuesta de cuerpo y alma. Lo cual significa que el alma y el cuerpo no pueden separarse, pero tampoco queda uno embebido en el otro. …El platonismo lo que sostiene es que el alma puede existir sin estar integrada junto con el cuerpo en una entidad y que en consecuencia algún día podrá escapar del cuerpo. Pero no es eso lo que Ayn Rand, Aristóteles, Harry Binswanger o yo haciéndome eco de sus tesis, sostenemos. Cuerpo consciente es un intento de reducir el axioma de la consciencia a mera materia. Pero uno no puede tener el concepto de materia, a menos que lo diferencie del de idea, siendo una idea algo inmaterial, siendo la consciencia por ende, algo inmaterial.”

Cuerpo consciente no es un intento de reducir el axioma de la consciencia a mera materia –no sé de dónde saca tan disparatada idea– sino que describe un cuerpo (en este caso un organismo) material que posee la facultad de conocer, de percibir lo que existe, es decir de ser consciente.   Como puede constatarse en mi libro OBJETIVISMO: LA FILOSOFÍA BENEVOLENTE, digo, parafraseando a Rand: «Una vez uno ha entendido el axioma “la existencia existe”,  uno capta  otro axioma, derivado de éste: que uno existe poseyendo consciencia, siendo ésta  la facultad de percibir lo que existe.» En ningún lado digo que la conciencia es un ente, mucho menos que es un ente material. La consciencia es una facultad biológica al igual que lo es la digestión o el caminar. Para digerir se necesita del aparato digestivo, que consiste en un tubo digestivo de aproximadamente once metros de longitud, que comienza en la boca y termina en el ano. Para caminar se precisa de las piernas que le permiten a uno desplazarse de un lugar a otro. Para conocer lo que existe se necesita del sistema sensorial.

Miguel puede creer lo que quiera, que el alma es un ente espiritual parte del cuerpo y que la consciencia es un ente inmaterial, pero se equivoca al suponer que la tesis que él sostiene es compartida por Rand, Aristóteles y Binswanger.

«La consciencia es la facultad de conocer –la facultad de percibir aquello que existe. Conocer no es un estado pasivo, sino un proceso activo» dice Ayn Rand en su INTRODUCCIÓN A LA EPISTEMOLOGÍA OBJETIVISTA. ¿Y una facultad, qué es? Es la capacidad de una entidad para realizar una actividad, y por tanto, Rand no sostiene que la consciencia es una entidad, ni material ni inmaterial.

Aristóteles, cuando habla de lo que traducimos como “ánima” se refiere a una estructura corporal que permite ciertas funciones. Así describe el “ánima nutritiva” que permite las funciones de reproducción y uso de los nutrientes, común a todo organismo vivo –el aparato digestivo y reproductor. El “anima sensitiva”, que no puede existir sin el “ánima nutritiva” es la estructura de órganos sensoriales que permiten al organismo vivo darse cuenta de la realidad, es decir, faculta al organismo su consciencia perceptual –el sistema nervioso sensorial.  Y por último, el “anima racional” que no puede existir sin las otras dos, es la estructura que faculta a los humanos a discriminar y organizar, conceptualizar, analizar y evaluar. ¡Más corporal que eso, imposible!

Y Harry Binswanger describe la consciencia, en HOW WE KNOW, pág. 54  como: «el proceso activo de percibir la realidad para adquirir la información requerida por un organismo vivo para su supervivencia». No dice que la consciencia es una cosa o un ente, sino que el proceso activo de un ente. ¡Un proceso! ¿El proceso activo de quién? ¡Del organismo vivo! ¿Y el organismo vivo de que se compone si no de materia?

Con respecto a la percepción, Harry dice en la pág. 86 del mismo libro: «”Percepción” es el conocimiento directo de la realidad, en forma de entidades ordenadas espacialmente, resultado del procesamiento neural automático de datos sensoriales activamente adquiridos.» Nuevamente, “procesamiento neural automático de datos sensoriales”, más corporal que eso no se puede.

Continuará.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

La crítica de Miguel, segunda parte

Warren Orbaugh
16 de agosto, 2017

Vimos en mi columna anterior que Miguel Roldán dice sobre mi artículo “El Hombre es lo que Hace” que es: «un intento de combinar el Objetivismo con la irracionalidad del materialismo de Nieztsche y el existencialismo de Sartre con el pragmatismo de Dewey y James», lo que evidentemente no es cierto, como lo evidencia el artículo mismo. Y continúa Miguel con: «Dice Orbaugh que nuestra vida es un absurdo, que nacemos como algo absurdo, y que solo nosotros podemos darle sentido a la vida….», lo que tampoco digo. Hasta aquí la crítica de Miguel se circunscribe a construir un hombre de paja al que ataca. (No corregí el error del original de la cita con respecto al nombre de Nietzsche).

Prosigue Miguel:

“El conocimiento solo tiene sentido para vivir, entonces, hacer una pregunta que cuestione ese hecho, es aberrante, es tirar por la borda toda seriedad. Ese tipo de pregunta no merece ser tomada en serio. Equivale a, pretender demostrar que uno mismo existe y dudar de la propia existencia. O que uno no es consciente. Y decir que el hombre es cuerpo, es puro materialismo. O que el hombre es fundamentalmente acción. Cuando la acción divorciada de valores es suicida. En fin, esto es un eclecticismo, una sopa de muchos ingredientes contradictorios.”

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Realmente no tengo ni la menor idea de dónde saca Miguel que yo digo alguna de esas cosas. Como puede verificarse leyendo mi artículo, no cuestiono en ningún lugar que somos conscientes, ni el conocimiento. No cuestiono el hecho de que existimos. No pretendo demostrar que uno no es consciente. No digo que el hombre es cuerpo –lo que digo es que es cuerpo consciente, que es otra cosa. Y por último no digo que el hombre es fundamentalmente acción.

Lo que digo distingue claramente entre lo ontológico y lo hecho por el hombre. Lo ontológico es necesario, no puede ser de otra manera de como es. Lo hecho por el hombre es contingente, puede ser de una u otra manera: “Somos seres con libre albedrío y auto-controlados, que elegimos nuestro modo de ser, lo que hacemos de nosotros mismos y la vida que creamos. Todas estas elecciones y acciones son hechos humanos, son contingentes, podrían ser de otra manera. El ser que elige, el organismo que decide, es el hombre desnudo, el “ser fundamental”, despojado de todo disfraz impuesto por la sociedad. Su estructura corporal, su facultad de ser consciente, y su facultad volitiva son hechos ontológicos, necesarios, inherentes a su identidad.” [Warren Orbaugh. El Hombre es lo que Hace].

El título del artículo, “El hombre es lo que hace” resume una idea que Rand toma, no sólo de Nietzsche, Heidegger, y Sartre, sino que también de Aristóteles. El estagirita nos dice en su ÉTICA A NICÓMACO que nos convertimos en buenos hombres de la misma manera en que nos convertimos en cualquier cosa: por medio de la práctica. El hombre se convierte en constructor construyendo, el músico tocando un instrumento musical. El justo haciendo actos justos, el templado haciendo actos de templanza, el valeroso haciendo actos de valentía, el sensato razonando bien. Igualmente el corrupto haciendo actos corruptos, el mentiroso mintiendo, etc. Esta idea es otro de los temas en la novela de Rand EL MANANTIAL. Vemos a lo largo de la trama las decisiones y acciones de los distintos personajes de la novela, y como sus acciones los convierten en lo que son. Gail Wynand, por ejemplo, descubre al final que sus acciones –basadas en una filosofía equivocada– en lugar de haberlo hecho poderoso, lo convirtieron en una impotente marioneta dependiente de la opinión de las masas.

Otra idea importante y relacionada es la idea de autonomía, descrita por Kant en “¿Qué es la ilustración?”, que es la habilidad del hombre de dirigir su vida de acuerdo a principios racionales y universales que él mismo haya escogido – «Ten la valentía de usar tu propia razón.» [Emanuel Kant. ¿Qué es la Ilustración?]. Lo contrario es lo que Kant llama heteronomía, que es vivir la vida, no de acuerdo a principios que uno mismo haya escogido, sino que por los que otros piensan que uno debería vivir, como vive Keating en la novela de Rand, por ejemplo. Rand rechaza la ética racionalista de Kant, pero no el principio de  independencia, de vivir de acuerdo a principios racionales. La importancia de Rand consiste en las correcciones que hace de ideas que por su contexto son malas, al proveer el contexto apropiado. Esta misma noción la encontramos en Nietzsche, Heidegger y Sartre, sólo que cada uno enfatizando un aspecto ligeramente distinto. Heidegger distingue el “yo-auténtico” del “yo-otro”. La vida de Keating está dominada por el “yo-otro” y nunca llega a ser el “yo-auténtico” que toma las riendas de su vida.

Continúa diciendo Miguel:

“El hombre es una entidad indivisible compuesta de cuerpo y alma. Lo cual significa que el alma y el cuerpo no pueden separarse, pero tampoco queda uno embebido en el otro. …El platonismo lo que sostiene es que el alma puede existir sin estar integrada junto con el cuerpo en una entidad y que en consecuencia algún día podrá escapar del cuerpo. Pero no es eso lo que Ayn Rand, Aristóteles, Harry Binswanger o yo haciéndome eco de sus tesis, sostenemos. Cuerpo consciente es un intento de reducir el axioma de la consciencia a mera materia. Pero uno no puede tener el concepto de materia, a menos que lo diferencie del de idea, siendo una idea algo inmaterial, siendo la consciencia por ende, algo inmaterial.”

Cuerpo consciente no es un intento de reducir el axioma de la consciencia a mera materia –no sé de dónde saca tan disparatada idea– sino que describe un cuerpo (en este caso un organismo) material que posee la facultad de conocer, de percibir lo que existe, es decir de ser consciente.   Como puede constatarse en mi libro OBJETIVISMO: LA FILOSOFÍA BENEVOLENTE, digo, parafraseando a Rand: «Una vez uno ha entendido el axioma “la existencia existe”,  uno capta  otro axioma, derivado de éste: que uno existe poseyendo consciencia, siendo ésta  la facultad de percibir lo que existe.» En ningún lado digo que la conciencia es un ente, mucho menos que es un ente material. La consciencia es una facultad biológica al igual que lo es la digestión o el caminar. Para digerir se necesita del aparato digestivo, que consiste en un tubo digestivo de aproximadamente once metros de longitud, que comienza en la boca y termina en el ano. Para caminar se precisa de las piernas que le permiten a uno desplazarse de un lugar a otro. Para conocer lo que existe se necesita del sistema sensorial.

Miguel puede creer lo que quiera, que el alma es un ente espiritual parte del cuerpo y que la consciencia es un ente inmaterial, pero se equivoca al suponer que la tesis que él sostiene es compartida por Rand, Aristóteles y Binswanger.

«La consciencia es la facultad de conocer –la facultad de percibir aquello que existe. Conocer no es un estado pasivo, sino un proceso activo» dice Ayn Rand en su INTRODUCCIÓN A LA EPISTEMOLOGÍA OBJETIVISTA. ¿Y una facultad, qué es? Es la capacidad de una entidad para realizar una actividad, y por tanto, Rand no sostiene que la consciencia es una entidad, ni material ni inmaterial.

Aristóteles, cuando habla de lo que traducimos como “ánima” se refiere a una estructura corporal que permite ciertas funciones. Así describe el “ánima nutritiva” que permite las funciones de reproducción y uso de los nutrientes, común a todo organismo vivo –el aparato digestivo y reproductor. El “anima sensitiva”, que no puede existir sin el “ánima nutritiva” es la estructura de órganos sensoriales que permiten al organismo vivo darse cuenta de la realidad, es decir, faculta al organismo su consciencia perceptual –el sistema nervioso sensorial.  Y por último, el “anima racional” que no puede existir sin las otras dos, es la estructura que faculta a los humanos a discriminar y organizar, conceptualizar, analizar y evaluar. ¡Más corporal que eso, imposible!

Y Harry Binswanger describe la consciencia, en HOW WE KNOW, pág. 54  como: «el proceso activo de percibir la realidad para adquirir la información requerida por un organismo vivo para su supervivencia». No dice que la consciencia es una cosa o un ente, sino que el proceso activo de un ente. ¡Un proceso! ¿El proceso activo de quién? ¡Del organismo vivo! ¿Y el organismo vivo de que se compone si no de materia?

Con respecto a la percepción, Harry dice en la pág. 86 del mismo libro: «”Percepción” es el conocimiento directo de la realidad, en forma de entidades ordenadas espacialmente, resultado del procesamiento neural automático de datos sensoriales activamente adquiridos.» Nuevamente, “procesamiento neural automático de datos sensoriales”, más corporal que eso no se puede.

Continuará.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo