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EL caos del desprestigio del oponente y organizaciones supranacionales

Redacción
31 de agosto, 2017

Empezamos a oír como son enfrentados a la supuesta justicia, todos aquellos que se oponen a la implementación de agendas bien orquestadas.
No justifico de ninguna manera, que NO se persiga a todos aquellos, que puedan tener ingresos de dudosa procedencia; o lo que es peor, que estén ligados a personajes obscuros o de reconocida criminalidad. De hecho estoy totalmente a favor de la lucha contra la impunidad o la corrupción. No obstante hacer una persecución selectiva, no se vale.
Lo triste, es ver cómo se da una muy sesgada persecución de personas u organizaciones que presenten una posición ideológica o política distinta.

No vemos de ninguna manera, que se realicen investigaciones en aportes a ONG’s, iglesias o sindicatos que la “vox populi” indica tienen privilegios y estafan al pueblo de Guatemala al despilfarrar los recursos financieros de todos. Se encuentran partidas de ministerios, que financian organizaciones, supuestamente campesinas o de trabajadores del Estado, que abusivamente bloquean carreteras, pasando por arriba de los derechos fundamentales, tales como la libre locomoción y en casos extremos incluso contra el derecho a la vida; cuando personas han muerto por no dejar pasar ambulancias que los conducían a un hospital. Todo esto justificado en su derecho a la libre locomoción. Al cual, por supuesto, tienen derecho, siempre y cuando no implique pasar por encima de otros derechos o los derechos de otros.
Tampoco vemos investigación en casos de altos indicios de corrupción, como los programas clientelares, o la compra y entrega de tierras a campesinos, que no han sido sino un fracaso total.

Dejando en la pobreza y atascados en el subdesarrollo, justo a aquellos a quienes dicen ayudar. Casos tales como los fideicomisos agrícolas que no han dado ningún resultado medible y menos de impacto en las MIPYMES (Micro, Pequeña y Mediana Empresa) a quien debió ser dirigida.
No estoy diciendo que no se investigue a posibles empresarios o políticos corruptos o corruptores, por el contrario, se aplaude que se haga con aquellos que sin importar su tamaño, han sido aliados de funcionarios y politiqueros corruptos.
Por otro lado, veo con preocupación que organizaciones paralelas se vuelvan herramientas de control arbitrario, con abuso de sus capacidades y sobre todo la irresponsabilidad de sus actos. Un poder que pueda corromperse a sí mismo y sin límites. Empero, lo que más preocupa es qué en vez de fortalecer las capacidades de los guatemaltecos se empodere sin límites a organizaciones judiciales paralelas.

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Por otro lado, vemos una cacería de brujas a diestra y siniestra, pero que no aterriza en condenas concretas. Se arma muchos casos mediáticos, que se duermen en los tribunales sin conclusiones judiciales o sentencias.

Y para finalizar hay una percepción muy fuerte de que se utiliza la presión judicial, como una manera de amedrentar a todo aquel que se interpone a la visión ideológica de quien dirige estas organizaciones paralelas y blindadas, que incluso tienen supremacía a la Constitución Política de la República de Guatemala.

El punto medular de una lucha frontal contra la corrupción y la impunidad es el balance y sobretodo la objetividad con la que debe actuar. La justicia debe ser ciega en el sentido de que debe ser igual para todos y debe llegar a todos. Y por ninguna razón debe ser usada como herramienta política para conseguir fines distintos a la eliminación de esa corrupción e impunidad que es lo que drena la posibilidad de desarrollo para todos. Esta lucha no es una bandera distinta a la de ser GUATEMALTECOS orgullosos de serlo porque todos tenemos las mismas oportunidades de desarrollo, y la no violación de las normas que nos permiten vivir en sociedad, las leyes se cumplen por igual. Sin que haya nadie por arriba de estas, pero nadie por debajo de ellas.
Recordemos que el poder absoluto corrompe absolutamente. Es por esta razón que vivimos en una República en la que debiera darse una división de poderes real para evitarlo.

Agradecemos la buena intención de colaborar y cooperar para que nuestra República madure, pero debemos ser nosotros los guatemaltecos los que tomemos las riendas de nuestro futuro. Estas instancias deben coadyuvar para que lleguemos a ese punto, no quienes nos impongan sus criterios e interpretaciones antojadizas cual súbditos de un poder paralelo supranacional.

APOYO LA LUCHA FRONTAL CONTRA LA CORRUPCIÓN Y LA IMPUNIDAD PERO NO LA SUMISIÓN A UN PODER SUPRANACIONAL. Y MENOS QUE EN VEZ DE UNIRNOS NOS DIVIDA SIN SENTIDO.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

EL caos del desprestigio del oponente y organizaciones supranacionales

Redacción
31 de agosto, 2017

Empezamos a oír como son enfrentados a la supuesta justicia, todos aquellos que se oponen a la implementación de agendas bien orquestadas.
No justifico de ninguna manera, que NO se persiga a todos aquellos, que puedan tener ingresos de dudosa procedencia; o lo que es peor, que estén ligados a personajes obscuros o de reconocida criminalidad. De hecho estoy totalmente a favor de la lucha contra la impunidad o la corrupción. No obstante hacer una persecución selectiva, no se vale.
Lo triste, es ver cómo se da una muy sesgada persecución de personas u organizaciones que presenten una posición ideológica o política distinta.

No vemos de ninguna manera, que se realicen investigaciones en aportes a ONG’s, iglesias o sindicatos que la “vox populi” indica tienen privilegios y estafan al pueblo de Guatemala al despilfarrar los recursos financieros de todos. Se encuentran partidas de ministerios, que financian organizaciones, supuestamente campesinas o de trabajadores del Estado, que abusivamente bloquean carreteras, pasando por arriba de los derechos fundamentales, tales como la libre locomoción y en casos extremos incluso contra el derecho a la vida; cuando personas han muerto por no dejar pasar ambulancias que los conducían a un hospital. Todo esto justificado en su derecho a la libre locomoción. Al cual, por supuesto, tienen derecho, siempre y cuando no implique pasar por encima de otros derechos o los derechos de otros.
Tampoco vemos investigación en casos de altos indicios de corrupción, como los programas clientelares, o la compra y entrega de tierras a campesinos, que no han sido sino un fracaso total.

Dejando en la pobreza y atascados en el subdesarrollo, justo a aquellos a quienes dicen ayudar. Casos tales como los fideicomisos agrícolas que no han dado ningún resultado medible y menos de impacto en las MIPYMES (Micro, Pequeña y Mediana Empresa) a quien debió ser dirigida.
No estoy diciendo que no se investigue a posibles empresarios o políticos corruptos o corruptores, por el contrario, se aplaude que se haga con aquellos que sin importar su tamaño, han sido aliados de funcionarios y politiqueros corruptos.
Por otro lado, veo con preocupación que organizaciones paralelas se vuelvan herramientas de control arbitrario, con abuso de sus capacidades y sobre todo la irresponsabilidad de sus actos. Un poder que pueda corromperse a sí mismo y sin límites. Empero, lo que más preocupa es qué en vez de fortalecer las capacidades de los guatemaltecos se empodere sin límites a organizaciones judiciales paralelas.

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Por otro lado, vemos una cacería de brujas a diestra y siniestra, pero que no aterriza en condenas concretas. Se arma muchos casos mediáticos, que se duermen en los tribunales sin conclusiones judiciales o sentencias.

Y para finalizar hay una percepción muy fuerte de que se utiliza la presión judicial, como una manera de amedrentar a todo aquel que se interpone a la visión ideológica de quien dirige estas organizaciones paralelas y blindadas, que incluso tienen supremacía a la Constitución Política de la República de Guatemala.

El punto medular de una lucha frontal contra la corrupción y la impunidad es el balance y sobretodo la objetividad con la que debe actuar. La justicia debe ser ciega en el sentido de que debe ser igual para todos y debe llegar a todos. Y por ninguna razón debe ser usada como herramienta política para conseguir fines distintos a la eliminación de esa corrupción e impunidad que es lo que drena la posibilidad de desarrollo para todos. Esta lucha no es una bandera distinta a la de ser GUATEMALTECOS orgullosos de serlo porque todos tenemos las mismas oportunidades de desarrollo, y la no violación de las normas que nos permiten vivir en sociedad, las leyes se cumplen por igual. Sin que haya nadie por arriba de estas, pero nadie por debajo de ellas.
Recordemos que el poder absoluto corrompe absolutamente. Es por esta razón que vivimos en una República en la que debiera darse una división de poderes real para evitarlo.

Agradecemos la buena intención de colaborar y cooperar para que nuestra República madure, pero debemos ser nosotros los guatemaltecos los que tomemos las riendas de nuestro futuro. Estas instancias deben coadyuvar para que lleguemos a ese punto, no quienes nos impongan sus criterios e interpretaciones antojadizas cual súbditos de un poder paralelo supranacional.

APOYO LA LUCHA FRONTAL CONTRA LA CORRUPCIÓN Y LA IMPUNIDAD PERO NO LA SUMISIÓN A UN PODER SUPRANACIONAL. Y MENOS QUE EN VEZ DE UNIRNOS NOS DIVIDA SIN SENTIDO.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo