“Jerson Trujillo ya se había hecho varias cirugías para hacer su cara más femenina. Nunca había tenido problemas hasta hace cuatro años. Una doctora le propuso inyectarle una sustancia en los pómulos para darles más volumen.
Un tiempo después se hizo un tratamiento de hidratación facial. De nuevo, se inyectó unos aceites en la cara. La mezcla de las sustancias terminó en caos.
“Tres meses después empecé a tener la piel dura, me empezaron a salir granulomas en la cara, se me ponía todo rojo, caliente…”.
Hoy, con 28 años y tras cuatro cirugías más de reparación, Trujillo dice que ha recuperado aproximadamente el 50 o el 60% de su rostro. Pero estima que todavía le quedan dos operaciones más”.
Lee la nota: “Tenía mi cara destruida, podrida, me salía pus”: los peligros de caer en malas manos al hacerse cirugías estéticas
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“Tres meses después empecé a tener la piel dura, me empezaron a salir granulomas en la cara, se me ponía todo rojo, caliente…”.
Hoy, con 28 años y tras cuatro cirugías más de reparación, Trujillo dice que ha recuperado aproximadamente el 50 o el 60% de su rostro. Pero estima que todavía le quedan dos operaciones más”.
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