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Falsa filantropía

Redacción
06 de noviembre, 2017

Los programas de vivienda popular instrumentalizados por los gobiernos de turno han hecho del Fondo para la vivienda, Fopavi, anteriormente, Foguavi, un programa que favoreció con fondos del Banco de Guatemala a bancos privados. Algunos de estos bancos, a su vez entregaron sendos proyectos a seudo desarrolladores de obras de vivienda popular. Estas desde hace veinte años a la fecha, inconclusas y fondos de capital del Estado malversados en negocios de corrupción como el proyecto Forest Hill situado en el kilómetro 32 carretera a San Raymundo, municipio del Departamento de Guatemala.

El resultado fue una cantidad de familias estafadas que no han podido a la fecha, ni por la vía penal o civil rescatar si dignidad de vida. La falsa filantropía del Estado y sus mecenas se ve reflejado en un proyecto que refleja la estructura del Estado de Guatemala, políticamente fallido. Totalmente destruido por personas íntegramente mal intencionadas, clientelistas y con poder.

Muchas de las familias han terminado en circunstancias totalmente deshumanizadas sin que el Procurador de los Derechos Humanos tenga conciencia de la gravedad del problema o lo desconoce completamente. Sin embargo, en el mejor espíritu liberal, las familias intentan reconstruir desde escombros un hogar digno para sus hijos. Pero el ahogo de un sistema de justicia colapsado y atrincherado en defender a sus padrinos de siempre ha provocado lo que para ellos solo es un daño colateral sin mayor responsabilidad.
Tal es el ejemplo de una señora que viajando en la carretera que de la zona 6 de Mixco hacia Forest Hill alquila un flete para trasladar material para reconstruir su vivienda. Antes de finalizar la pendiente en un camino totalmente destruido, sin atención de Neto Bran y su administración, se encuentran con un vehículo de transporte pesado, sin ninguna señalización, en vía pública quien protagoniza un trágico accidente que deja en una grave situación a la madre de familia. Los bomberos la trasladan al Hospital Roosevelt cuyo exdirector y actual ministro mantiene en total abandono pues está mucho más interesado en la publicidad política que las necesidades de salud.

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El transporte pesado, asegurado con la misma entidad financiera que a través de un fideicomiso malversó los fondos de Forest Hill se negó a hacerse responsable del daño causado a una vecina del mismo proyecto. El ministro de Salud mantiene, con una enorme sordidez un hospital con las características del bunker de Hitler sin ningún protocolo sanitario para atender una emergencia en su dimensión humana.

Vivir en Guatemala es vivir en un país donde sus autoridades desde el alcalde de Mixco y sus funcionarios, el Ministro de Salud y sus funcionarios, el Ministerio de Gobernación y sus funcionarios, la Superintendencia de bancos y sus funcionarios, el alcalde de San Raymundo y sus funcionarios, el Fondo para la vivienda y sus funcionarios fueron incapaces de intervenir y salvaguardar una familia guatemalteca que lo único que busca es vivir en paz y armonía. Ahora yace sin trabajo, sin atención médica y sin hogar. Esa es la falsa filantropía y la falta de un Estado de Derecho.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Falsa filantropía

Redacción
06 de noviembre, 2017

Los programas de vivienda popular instrumentalizados por los gobiernos de turno han hecho del Fondo para la vivienda, Fopavi, anteriormente, Foguavi, un programa que favoreció con fondos del Banco de Guatemala a bancos privados. Algunos de estos bancos, a su vez entregaron sendos proyectos a seudo desarrolladores de obras de vivienda popular. Estas desde hace veinte años a la fecha, inconclusas y fondos de capital del Estado malversados en negocios de corrupción como el proyecto Forest Hill situado en el kilómetro 32 carretera a San Raymundo, municipio del Departamento de Guatemala.

El resultado fue una cantidad de familias estafadas que no han podido a la fecha, ni por la vía penal o civil rescatar si dignidad de vida. La falsa filantropía del Estado y sus mecenas se ve reflejado en un proyecto que refleja la estructura del Estado de Guatemala, políticamente fallido. Totalmente destruido por personas íntegramente mal intencionadas, clientelistas y con poder.

Muchas de las familias han terminado en circunstancias totalmente deshumanizadas sin que el Procurador de los Derechos Humanos tenga conciencia de la gravedad del problema o lo desconoce completamente. Sin embargo, en el mejor espíritu liberal, las familias intentan reconstruir desde escombros un hogar digno para sus hijos. Pero el ahogo de un sistema de justicia colapsado y atrincherado en defender a sus padrinos de siempre ha provocado lo que para ellos solo es un daño colateral sin mayor responsabilidad.
Tal es el ejemplo de una señora que viajando en la carretera que de la zona 6 de Mixco hacia Forest Hill alquila un flete para trasladar material para reconstruir su vivienda. Antes de finalizar la pendiente en un camino totalmente destruido, sin atención de Neto Bran y su administración, se encuentran con un vehículo de transporte pesado, sin ninguna señalización, en vía pública quien protagoniza un trágico accidente que deja en una grave situación a la madre de familia. Los bomberos la trasladan al Hospital Roosevelt cuyo exdirector y actual ministro mantiene en total abandono pues está mucho más interesado en la publicidad política que las necesidades de salud.

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El transporte pesado, asegurado con la misma entidad financiera que a través de un fideicomiso malversó los fondos de Forest Hill se negó a hacerse responsable del daño causado a una vecina del mismo proyecto. El ministro de Salud mantiene, con una enorme sordidez un hospital con las características del bunker de Hitler sin ningún protocolo sanitario para atender una emergencia en su dimensión humana.

Vivir en Guatemala es vivir en un país donde sus autoridades desde el alcalde de Mixco y sus funcionarios, el Ministro de Salud y sus funcionarios, el Ministerio de Gobernación y sus funcionarios, la Superintendencia de bancos y sus funcionarios, el alcalde de San Raymundo y sus funcionarios, el Fondo para la vivienda y sus funcionarios fueron incapaces de intervenir y salvaguardar una familia guatemalteca que lo único que busca es vivir en paz y armonía. Ahora yace sin trabajo, sin atención médica y sin hogar. Esa es la falsa filantropía y la falta de un Estado de Derecho.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo