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Si Dios me quita la vida 2

Gabriel Arana Fuentes
19 de noviembre, 2017

Estas son las Crónicas policiales del Comisario W.P. Chanan. Comenzamos con Si Dios me quita la vida. El autor es Francisco Alejandro Méndez. República la publicará domingo a domingo. Para más información consultá el correo [email protected] o en Twitter: @elgranfascinado

Capítulo 2

Estadio Doroteo Flores Guamuch, 19:45 horas (2)

En cuanto al fútbol, el comisario tenía su opinión particular: observaba algunos encuentros en la televisión cuando se encontraba de descanso y no era momento de jugar con sus hijos.

Tampoco cuando se divertía con Muñeca, su american pit bull terrier retirada, que solamente comía pizza y a la que acariciaba la panza con su pies.

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Una vez había asistido como espectador al estadio. Fue un encuentro de la selección. Sin embargo, nunca prestó atención al partido. Cuando escuchó los gritos de gol, de inmediato buscó un inexistente televisor para observar la repetición. Esa situación provocó que sus compañeros se rieran de él.

A los pocos minutos

El comisario Wenceslao Pérez Chanán se comunicó con sus dos detectives estrella. Primero con Fabio, quien se encontraba dentro de las instalaciones del Mateo Flores y luego llamó a Enio. Su segundo de abordo permanecía sentado dentro de una patrulla, la cual estaba estacionada frente a la entrada del palco presidencial.

Tras hablar con sus dos asistentes, Wenceslao llamó a Wendy, su esposa. Todo estaba en orden en la colonia El Mezquital. Los hijos de la pareja estaban prendidos frente a la pantalla. Wendy se encargó de prepararles poporopos, compró aguas gaseosas y camisetas azul y blanco. El comisario envió saludos a sus pequeños y les prometió que en alguna ocasión los llevaría a un partido de la selección guatemalteca.

Mientras manejaba su patrulla por la décima avenida, el comisario sintonizó la radio. El comentarista deportivo pidió que todos se pusieran de pie, pues en ese momento sonarían las notas del himno nacional.

Terminaron los actos protocolarios, el árbitro rifó la cancha y el balón entre los dos capitanes. Ambos equipos estaban prestos para disputar el partido que daba al ganador un espacio en la copa del mundo.

Antes que el árbitro pitara, Wenceslao escuchó que el narrador expresaba su preocupación, pues en la sección de galería muchos fanáticos gritaban de dolor, ya que perecerían prensados contra la malla.

El árbitro principal ha decidido no pitar el inicio y a cambio ha solicitado al cuarto árbitro que envíe seguridad hacia el área de la galería. Dios mío. No lo puedo creer. Hay una estampida humana en la gradas. Muchos están pegados contra la malla. Podrían ser aplastados o asfixiados. Solicitamos, desde esta radio primera en deportes, que la Policía, el Ejército, los bomberos se dirijan hacia esta área. ¿Cuál es la pila?

A Wenceslao se le trabó un maní garapiñado en la garganta. Tragó como pudo y llamó de inmediato a sus dos policías estrella. Todo apuntaba hacia una tragedia.

Lee también: Si Dios me quita la vida, capítulo 1

Estas son las Crónicas policiales del Comisario W.P. Chanan. Comenzamos con Si Dios me quita la vida. El autor es Francisco Alejandro Méndez. República la publicará domingo a domingo. Para más información consultá el correo [email protected] o en Twitter: @elgranfascinado

Francisco Alejandro Méndez es Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias 2017

Si Dios me quita la vida 2

Gabriel Arana Fuentes
19 de noviembre, 2017

Estas son las Crónicas policiales del Comisario W.P. Chanan. Comenzamos con Si Dios me quita la vida. El autor es Francisco Alejandro Méndez. República la publicará domingo a domingo. Para más información consultá el correo [email protected] o en Twitter: @elgranfascinado

Capítulo 2

Estadio Doroteo Flores Guamuch, 19:45 horas (2)

En cuanto al fútbol, el comisario tenía su opinión particular: observaba algunos encuentros en la televisión cuando se encontraba de descanso y no era momento de jugar con sus hijos.

Tampoco cuando se divertía con Muñeca, su american pit bull terrier retirada, que solamente comía pizza y a la que acariciaba la panza con su pies.

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Una vez había asistido como espectador al estadio. Fue un encuentro de la selección. Sin embargo, nunca prestó atención al partido. Cuando escuchó los gritos de gol, de inmediato buscó un inexistente televisor para observar la repetición. Esa situación provocó que sus compañeros se rieran de él.

A los pocos minutos

El comisario Wenceslao Pérez Chanán se comunicó con sus dos detectives estrella. Primero con Fabio, quien se encontraba dentro de las instalaciones del Mateo Flores y luego llamó a Enio. Su segundo de abordo permanecía sentado dentro de una patrulla, la cual estaba estacionada frente a la entrada del palco presidencial.

Tras hablar con sus dos asistentes, Wenceslao llamó a Wendy, su esposa. Todo estaba en orden en la colonia El Mezquital. Los hijos de la pareja estaban prendidos frente a la pantalla. Wendy se encargó de prepararles poporopos, compró aguas gaseosas y camisetas azul y blanco. El comisario envió saludos a sus pequeños y les prometió que en alguna ocasión los llevaría a un partido de la selección guatemalteca.

Mientras manejaba su patrulla por la décima avenida, el comisario sintonizó la radio. El comentarista deportivo pidió que todos se pusieran de pie, pues en ese momento sonarían las notas del himno nacional.

Terminaron los actos protocolarios, el árbitro rifó la cancha y el balón entre los dos capitanes. Ambos equipos estaban prestos para disputar el partido que daba al ganador un espacio en la copa del mundo.

Antes que el árbitro pitara, Wenceslao escuchó que el narrador expresaba su preocupación, pues en la sección de galería muchos fanáticos gritaban de dolor, ya que perecerían prensados contra la malla.

El árbitro principal ha decidido no pitar el inicio y a cambio ha solicitado al cuarto árbitro que envíe seguridad hacia el área de la galería. Dios mío. No lo puedo creer. Hay una estampida humana en la gradas. Muchos están pegados contra la malla. Podrían ser aplastados o asfixiados. Solicitamos, desde esta radio primera en deportes, que la Policía, el Ejército, los bomberos se dirijan hacia esta área. ¿Cuál es la pila?

A Wenceslao se le trabó un maní garapiñado en la garganta. Tragó como pudo y llamó de inmediato a sus dos policías estrella. Todo apuntaba hacia una tragedia.

Lee también: Si Dios me quita la vida, capítulo 1

Estas son las Crónicas policiales del Comisario W.P. Chanan. Comenzamos con Si Dios me quita la vida. El autor es Francisco Alejandro Méndez. República la publicará domingo a domingo. Para más información consultá el correo [email protected] o en Twitter: @elgranfascinado

Francisco Alejandro Méndez es Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias 2017